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Miguel Mejía dice visita de Obama a Jamaica busca «apretar cerco» contra Venezuela

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miguelEl secretario general del Movimiento Izquierda Unida (MIU), Miguel Mejía sostuvo que la visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a Jamaica, prevista para el 9 de abril próximo, solo busca «apretar un poco más» el cerco que dice ha estado montando alrededor de la Revolución Bolivariana de Venezuela.

A continuación el texto integro del MIU:

Obama viaja a Jamaica, antes de hacerlo a Panamá para participar en la Cumbre de las Américas, simplemente para apretar un poco más el cerco que ha estado montando alrededor de la Revolución bolivariana de Venezuela; para restar influencia a las iniciativas solidarias y humanas como la de Petrocaribe.

La próxima visita del presidente estadounidense Barack Obama a Jamaica, a donde arribará el próximo 9 de abril para entrevistarse con los líderes del CARICOM, no obedece al deseos de rendir homenaje, y mucho menos apoyar, esta iniciativa integracionista, que ha permitido a los pequeños Estados insulares de la región ser más libres, soberanos e independientes. Tampoco para examinar una agenda común con temas candentes como el de la lucha contra el narcotráfico, la protección de las naciones ante el flagelo del terrorismo, el tráfico de personas, el comercio justo, ni el cuidado del medio ambiente.

Su intención e interés es viajar a Jamaica, antes de hacerlo a Panamá para participar en la Cumbre de las Américas, simplemente para apretar un poco más el cerco que ha estado montando alrededor de la Revolución bolivariana de Venezuela; para restar influencia a las iniciativas solidarias y humanas como la de Petrocaribe, que tanto prestigio y agradecimiento ha cosechado entre los pueblos de la región, y finalmente, para preparar las condiciones y explorar posibles alianzas con miras a asestar un zarpazo militar contra la Patria de Bolívar.

Pero este Premio Nobel de la Paz, que lleva la guerra, las masacres y las invasiones en sus maletas de viajero, llega tarde al encuentro de los pueblos libres del Caribe, como llegará tarde al encuentro del resto de los pueblos libres del hemisferio, que tendrá por sede a Panamá.

Demasiada historia para olvidar, y demasiado agravios que perdonar en lo que Juan Bosch llamó, con plena lucidez, como “frontera imperial”, para que la sonrisa estereotipada de Obama, o el color oscuro de su tez, puedan bastar para hacer que las naciones caribeñas abjuren de una alianza sagrada con la Venezuela libertaria de hoy, como ni presiones, ni sanciones, ni promesas, ni chantajes pudieron contra la solidaridad caribeña, monolítica y antigua, mostrada durante décadas a la Revolución cubana.

En efecto, es un viaje tardío y condenado al fracaso antes de iniciarse. Los antiguos esclavos; las antiguas colonias saqueadas; las antiguas naciones invadidas y reiteradamente ocupadas militarmente por fuerzas extranjeras; los antiguos pueblos despreciados, olvidados, explotados y discriminados ya no son más las repúblicas bananeras de ayer, destino para turistas y marines en descanso, o fuente de materia prima o mano de obra barata. La historia de dolor, sangre, sacrificios y luchas en el Caribe es demasiado fuerte y demasiado reciente para que alguien ose traicionarla, uniéndose al carro imperialista contra una nación hermana.

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