Cennect with us

POLITICA

Miguel Mejía: declaraciones alcalde Nueva York obedecen a intereses antidominicanos

Publicado

en

miguel m

El Movimiento Izquierda Unida (MIU) que lidera Miguel Mejía sostuvo que el discurso del alcalde de Nueva York contra la política migratoria ejecutada por el Gobierno dominicano para regularizar a extranjeros indocumentados están motivadas por intereses “antidominicanos”.

A continuación el documento íntegro con la respuesta del MIU al alcalde de Nueva York:

El pasado domingo el alcalde de New York, Bill De Blasio, brindó una extraña conferencia de prensa que, por su carácter agresivo y el nivel de desinformación exhibido, pareció sacada de los peores días de una vulgar campaña electoral en la que, para algunos, la verdad y hasta la decencia, se sacrifican ante el altar del voto.

Rodeado de haitianos y dominicanos, a los que halagar o perdonar, el Sr. De Blasio dedicó sus palabras, no a felicitar a los padres en su día, sino a amenazar a la República Dominicana con un boicot al turismo que recibe, y a otros eventos internacionales que se convocan en su suelo. El motivo de semejante desatino no es otro, como era de esperar, que el fin del plazo establecido para que los extranjeros ilegales en el país, sean de la nacionalidad que fuesen, pudiesen acogerse al Plan de Regularización y evitasen, de esa manera, un proceso de repatriación.

Para cerrar con broche de oro, el Sr. De Blasio, contrariamente a lo que opinan organizaciones internacionales de refugiados y protección de derechos humanos en el terreno, llamó a este proceso “…un acto ilegal, un acto inmoral, un acto racista”

Como en la biografía del Sr. De Blasio se dice que es graduado por la Universidad de New York, con un máster en Asuntos Internacionales, por la Universidad de Columbia, debemos descartar que sus posiciones se deban a un brote de ignorancia supina, ni que sus desatinos, coronados con amenazas dignas de un procónsul imperial, hayan sido motivados por un exabrupto circunstancial.

Muy diferente fue su actitud el día antes, y carente del vigor con que se apresuró a condenar y amenazar a República Dominicana, cuando, en una ceremonia religiosa en un parque memorial de su ciudad, se limitó a deplorar “con tristeza”, los más recientes asesinatos racistas perpetrados, en la ciudad de Charleston, contra nueve afronorteamericanos. Hasta donde sabemos, tampoco el Sr. De Blasio, tan enérgico promotor del boicot contra el pueblo dominicano, no propuso ninguna medida drástica contra las autoridades de Charleston por permitir que la bandera confederada, símbolo de los defensores a ultranza de la esclavitud y el racismo visceral, siguiese izada en medio de estas tristes jornadas de duelo.

El pueblo dominicano, por estos días en que se conmemoró el cincuenta aniversario de la, ahora sí, “inmoral, ilegal y racista” intervención norteamericana contra nuestro país, causante de cientos de muertos entre la población civil, hubiese esperado y agradecido que las energías y el ansia de justicia del Sr. De Blasio se hubiesen concretado en una disculpa pública a nombre de su gobierno. Quizás fue esperar demasiado. Al recuerdo de aquel crimen impune ahora sumamos esta nuevo ataque, igualmente invasivo, que atenta contra la economía nacional, el empleo y al sostén de las familias dominicanas, al atacar el turismo, una de sus principales fuentes de divisas.

No vale la pena desplegar ante el Sr. De Blasio los contundentes argumentos ya presentados a la comunidad internacional por las autoridades dominicanas, los cuales justifican el proceso de reordenamiento de la emigración a un país pobre que, a diferencia del que vive el Sr. De Blasio, aun siendo el más rico de la tierra, deporta, sin miramientos, y de manera abrupta, violenta, y frecuentemente racista. No vale la pena porque su extravío no proviene de la falta de información, sino del libreto que le imponen ciertos intereses anti-dominicanos, anti-patria, anti-soberanía y anti-integración regional, cuyas campañas de mentiras, manipulaciones y odio solo han servido para que todos los dominicanos nos unamos más en esta lucha.

No es casual que cuando avanzamos, aunque lentamente, en la lucha por la calidad de la educación, contra el analfabetismo, por la defensa de los intereses estratégicos del país, los recursos mineros, el medio ambiente y la integración regional con pueblos hermanos, surja esta falsa causa divisionista a defender, y sea enarbolada, precisamente por políticos de la nación que ha invadido militarmente a Haití varias veces; que ha explotado sus riquezas; que ha apoyado las atroces dictaduras que lo han asolado, y que no ha cumplido ninguna de sus promesas de ayuda, tras el terremoto del 2010. Todo eso, Sr. De Blasio, si es “ilegal, inmoral y racista”.

El pretendido boicot que aquí se propone ha nacido muerto. De todas formas estaba condenado a una corta vida. Nos asisten la verdad, la razón y la historia.

La forma en que los dominicanos organicemos nuestro país, en el que nos hemos ganado el derecho a vivir en paz, tras siglos de lucha, sangre y sacrificios, no depende de un efímero político neoyorkino, y si de nuestra Constitución y demás leyes.

Sr. De Blasio: mire, humildemente, lo que acaba de ocurrir con Cuba, tras medio siglos de boicots y agresiones norteamericanas. Ahórrese el ridículo.

Miguel Mejía

Secretario General

Publicidad