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POLITICA

Periodista Nelson Marte dice “la calle” no está conforme con la reforma

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nelsonEl periodista Nelson Marte, renunciante director de Prensa del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), consideró hoy que una parte de los dominicanos se sintió sorprendida en su buena fe por la forma “atropellante” en que entiende fue aprobada en el Congreso Nacional la reforma constitucional para dar oportunidad a la repostulación del presidente Danilo Medina.

Marte, quien renunció del PRD precisamente por estar en desacuerdo con el apoyo de ese partido a la reforma reeleccionista, sostiene “El pregón de la calle no está contento con la atropellante reforma reeleccionista, y lo está diciendo en las guaguas, en el metro, en los carros de concho, en las paradas de motoconchistas, lo está diciendo en los talleres, en los salones de belleza por doquiera que la gente conversa”.

Marte también cita las aprensiones expuestas por varias personalidades en el sentido de que se debe revestir de mayor seguridad a las constituciones para evitar que puedan ser reformadas facilmente. A continuación el texto completo del artículpo de marte, titulado “La calle no está conforme”.

Cuando los políticos del poder juegan al cambalache con la Constitución, y se burlan de las instituciones que deberían normar la vida democrática y civilizada en sociedad.

Cuando al burlarse de la Constitución y las leyes los políticos del poder contribuyen a viralizar el irrespeto, el caos, el desorden y la delincuencia desbordadas que arropan al país.

Cuando, como dijo Balaguer, la Constitución es un pedazo de papel, con el que cada político del poder se talla un traje a la medida de sus ambiciones.

Cuando los mismos políticos del poder dicen que aquí no debe instaurarse la reelección porque no hay instituciones que controlen el desmadre de los funcionarios, pero esos mismos políticos del poder se reeligen.

Cuando Pepín Corripio pide a los legisladores “reforzar la Constitución Dominicana, para impedir los continuos cambios que se producen”, según publicara n-CDN.

Cuando el presidente Leonel Fernández propone una reforma cuya modificación “requiera de mayoría calificada y de la realización de un referendo aprobatorio”, y ni le respondieron.

Cuando Adriano Miguel Tejada, matiza: “Lo que determina que una constitución sea rígida es que tenga un procedimiento especial de reforma, -y la nuestra lo tiene- no que sea más o menos fácil reformarla.”

Cuando en un reciente editorial, el Hoy reconvenía: “Ahora se pregona la ilusión de montar un blindaje más. Se alega que es factible todavía detener futuras iniciativas reformadoras que pretendan que la ley de leyes cobre la forma que conviene coyunturalmente”.

Cuando en eficaz cuestionamiento a los desbarres políticos contra la Constitución, Pedro Silverio Álvarez advierte que “De hecho, un candado de las tres cuartas partes como requisito para la aprobación de la reforma constitucional no hubiese sido suficiente para lograr su rechazo”.

Cuando vemos que todos esos sanos e inspirados razonamientos, son en los hechos percibidos por los politicos del poder como cháchara de pendejos…

Cuando todo eso ocurre, la calle se siente burlada por las trapizondas y el irrespeto con que los políticos del poder impusieron su cambalache constitucionalero.

La calle está dejando en claro que así no fue que hablamos, que se ha sentido sorprendida y engañada en su buena fe.

El pregón de la calle no está contento con la atropellante reforma reeleccionista, y lo está diciendo en las guaguas, en el metro, en los carros de concho, en las paradas de motoconchistas, lo está diciendo en los talleres, en los salones de belleza, por doquiera que la gente conversa.

Ni el precipitado discurso del Presidente ni el alboroto chauvinista montado alrededor de las repatriaciones han logrado apagar las condenas de la calle al entuerto constitucionalero.

Es que cuando las instituciones se caen, la calle tumba lo que le habían montado y se pone jodona, jodona en el más mal averiguao sentido que le damos los cibaeños al término.

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