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POLITICA

MIU pide declaren Gonzalo Vargas Llosa persona no grata en RD

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DSCN3674El Movimiento Izquierda Unida (MIU) consideró un ejercicio desacertado del Representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en República Dominicana, Gonzalo Vargas Llosa, de llevar a la señora Juliana Deguis Pierre a un congreso internacional en España sobre la apatridia, cuando en realidad ella no tiene esa condición.
La organización política que lidera Miguel Mejía, consideró que el lamentable caso de Vargas Llosa pone en el tapete, de manera dramática, que la parálisis de la ONU y sus principales agencias, a la hora de enfrentar retos humanitarios, verdaderamente urgentes y colosales, como los desastres de las guerras en Irak y Siria no es sólo resultado de su incapacidad y las deformaciones burocráticas de origen, sino de la ineptitud errática y la premeditación interesada de muchos de sus funcionarios.

El Secretario General del MIU habló en rueda de prensa en presencia de la Dirección Nacional de su partido, ocasión en que aprovechó para plantear que la organización política que dirige hubiese preferido que el Presidente Danilo Medina declarase Parque Nacional a Loma Miranda, sin embargo, respetó la Observación al Proyecto de Ley dijo que el Jefe de Estado actuó respetando la facultad que en ese sentido le otorga la Constitución.

A continuación el texto íntegro del MIU:

GONZALO VARGAS LLOSA: UNA LAMENTABLE HISTORIA DE DEMAGOGIA GLOBAL.

Si nunca segundas partes fueron buenas, como afirma el refrán popular, en el caso de Gonzalo Vargas Llosa, hijo menor del Premio Nobel de Literatura, de igual apellido, es la prueba palmaria. Representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en República Dominicana, es ya célebre por sus continuos desaciertos y manipulaciones demagógicas alrededor del tema de la emigración ilegal haitiana hacia nuestro país.
El más reciente episodio de este folletín absurdo ha sido su auspicio oficial, junto a nebulosas fundaciones norteamericanas, para que Juliana Deguis Pierre asista a un congreso internacional, a celebrarse en España, sobre la apatridia.
Lo menos importante para el señor Gonzalo Vargas Llosa es que la señora Deguis, y muchos otros de sus compatriotas incluidos en el Plan de Regularización para extranjeros indocumentados, puesto en vigor por el gobierno dominicano, ya recibió su cédula de identidad y próximamente su pasaporte, por lo tanto, no puede pretender presentarse como apátrida, ni hablar a nombre de los apátridas, porque no lo es.
Lo más preocupante de esta situación no es el hecho de que un representante oficial de un organismo de las Naciones Unidas actué de manera torva y de mala fe, de forma consciente y alevosa, para empañar la imagen internacional de la República Dominicana; no lo es, siquiera, que con toda intención, y trabajando para terceros, atice las campañas en su contra y fomente falsas crisis de apatridia en el Caribe, cuando a este problema, que afecta a más de 12 millones de personas en todo el mundo, se le está dando solución en la pequeña Quisqueya , y no existe el menor indicio de que el proceso carece de seriedad. Lo más grave, y realmente preocupante, es en manos de quién están los problemas humanos más acuciantes del mundo globalizado y quiénes son los funcionarios de Naciones Unidas que deben encararlos de manera responsable, ética e imparcial.
El lamentable caso de Gonzalo Vargas Llosa pone en el tapete, de manera dramática, que la parálisis de la ONU y sus principales agencias, a la hora de enfrentar retos humanitarios, verdaderamente urgentes y colosales, como los desastres de las guerras en Irak y Siria; el dramático problema de los niños centroamericanos emigrantes ilegales en la frontera de los Estados Unidos, o el escandaloso genocidio del Estado sionista de Israel contra la población civil palestina de Gaza, no es solo resultado de su incapacidad y las deformaciones burocráticas de origen, sino de la ineptitud errática y la premeditación interesada de muchos de sus funcionarios.
En rigor, ¿quién y sobre la base de qué credenciales se escoge un representante de la ACNUR, para un país determinado? ¿Debe ser a partir de una limpia hoja de resultados concretos; de labores humanitarias en el terreno, en zonas de conflictos, y con una probada trayectoria solidaria, o se decide a partir de que la persona sea un burócrata yuppie de apellido ilustre y con residencia, en el caso dominicano, en alguna zona de las más costosas, de esas en que la jet set internacional dispone de mansiones para veranear, cada cierto tiempo?
Búsquese la hoja de vida de Gonzalo Vargas Llosa, el flamante creador de la apatridia en República Dominicana, y le costará hallar algo más que un puñado de datos dispersos y confusos sobre sus fugaces pasos por Yugoslavia y Afganistán. De creer que trabaja desde 1991 para la ACNUR, poco puede mostrar en estos 23 años de servicio, en concreto, salvo declaraciones disparatadas de campeonato, como las formuladas en el 2001 a Sandro Cruz, y publicadas en la Red Voltaire, según las cuales “…los talibanes fueron muy simpáticos conmigo”. O el dislate, botón de su superficialidad y desinformación, al afirmar, en esa misma entrevista, que “…el momento más emocionante (en Afganistán) fue en abril de 1992, cuando el gobierno instalado por los soviéticos cae y entran los talibanes en Kabul…” En rigor, este experto en declarar absurdos, desconocía que los talibanes hacen su aparición formal en ese país, en la ciudad de Kandahar, en septiembre de 1994, como coinciden en afirmar todas las fuentes consultadas.
Con tales antecedentes, ¿puede extrañarnos la escandalosa desinformación y la torva intención demagógica del señor Gonzalo Vargas Llosa, en el caso que nos ocupa?
Lamentablemente es más de lo mismo: más desinformación para el mundo; más descrédito para la ACNUR y la ONU; más infamia malintencionada contra el pueblo dominicano; más encargos cumplidos para las fuerzas que, desde las sombras, sabotean constantemente la vida socio-política, la estabilidad democrática de nuestro país, con fines hegemónicos.
Lo único positivo de esta coyuntura es que brinda a nuestro pueblo, constantemente escarnecido por figurines irresponsables como Gonzalo Vargas Llosa, la posibilidad de exigir a nuestro gobierno, también sistemáticamente ofendido, que lo declare persona no grata y le pida, con la cortesía de que este carece, su retirada del país.
Sería una respuesta digna, la única posible, a este representante de la infamia global.

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