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Chispas!

EL CRISTO DE LA LIBERTAD

Publicado

en

salazar

POR HUMBERTO SALAZAR.-

Es la obra mas conocida de Joaquín Balaguer, escrita en plena dictadura y por muchos años única biografía publicada del Padre de la Patria.

Lo interesante de la puesta en circulación de la décima erudición, hecha en la noche de ayer, es el sentido del discurso del presidente del PRSC y Canciller de la República, Carlos Morales Troncoso.

Ubicar el texto de la obra en el contexto histórico que vivía la República al momento de su primera emisión, es interesante y creemos muestra la valentía del autor.

La llamada Era de Trujillo, época en que se escribe esta obra y centro del discurso de Morales Troncoso, fue el summun del culto de la personalidad, que llenaba la megalomanía del dictador Trujillo, quien llegó al colmo de permitir el cambio de nombre histórico de nuestra capital, por el suyo propio.

Duarte en esa época era un desconocido, un actor secundario, en un país donde lo usual eran las loas al benefactor de la Patria y Padre de la patria nueva, es decir Trujillo.

Y es Balaguer, como lo destaca Morales, quien rompe el hielo para reconocer en este libro, publicado hace mas de 60 años, la importancia de Duarte, su sacrificio personal y el reconocimiento a este personaje, mostrando signos de su personalidad que, en su decisión de entregarlo todo por los demás, lo asemejaban a un Cristo terrenal.

Recuérdese, que es el mismo Balaguer que fue sancionado por Trujillo años antes, cuando en un libro se atrevió a destacar el papel de Rafael Estrella Ureña en la llamada ¨ Revolución mas hermosa de América ¨de 1930.

Tanto susto hubo con ese libro, que su prologuista, Osvaldo Basil, escribió a Trujillo una carta aclarando su participación en ese libro diciéndole al jefe: “escribí prólogo, más no leí libro”.

Felicidades a quienes tuvieron la iniciativa de publicar esta nueva edición de ¨El Cristo de la Libertad ¨

BUENA IDEA: UN DUELO

En épocas, dónde el honor y el buen nombre eran el principal tesoro que tenían los hombres, cualquier ofensa era respondida con un reto: realizar un duelo a muerte, que tenía sus reglas y ceremonias propias.

Como es una forma de resolver el conflicto y devolver el honor perdido a los contendientes, queremos proponer una ceremonia de este tipo para resolver los problemas del partido revulú-cionario dominicano.

A ver; comenzamos con el tradicional cruce de la cara con un guante de parte de uno de los implicados, lo que comienza la ceremonia; aquí proponemos que, como dice ser el ofendido, Hipólito persiga a Miguel a cualquier lado donde se mueva y lo sorprenda con un bofetón que arme la reyerta.

Miguel. ofendido por la ¨galleta¨ pública, retará a Hipólito a un duelo por su honor, podría ser a muerte ó no, sugerimos a primera sangre; es decir aquel que primero sangre será el perdedor.

Se le envían padrinos a Hipólito para discutir las reglas, sugerimos por su tamaño y físico, a Víctor Gómez Casanova de parte de Miguel y que por las mismas razones, “Chu” Vásquez sea el de la parte contraria.

El lugar, sin dudas es el Estadio Olímpico, donde se pondría un ring de boxeo en el centro y venderíamos entradas a beneficio de Participación de Ciudadanos (Pepeachistas Convencidos).

Transmitida por televisión nacional e internacional y el que gane se queda con el PRD.

Problema resuelto, se acabaron los abogados en el Tribunal Superior Electoral y las discusiones públicas, además nos ahorran todas las imbecilidades y estupideces a que nos tiene acostumbrados sus dirigentes..

MASCARA CONTRA CABELLERA

Nos encantaría un duelo de este tipo, pero nada de espadas, cuchillos, floretes, pistolas, metralletas, uzis, correas, bates de béisbol, palos de guayaba; ni ningún instrumento cortante o arma de fuego.

Estamos en el siglo XXI y un duelo a muerte o con sangre no sería aceptado.

Sugerimos que sea máscara contra cabellera; a Miguel que ponga en juego su pelo, con bigote incluido y le ponemos una mascara, de las de anonymous, a Hipólito.

Pierde el que quede fuera del ring.

Tremendo espectáculo sería el ver a Hipólito, sin su mascara de hipócrita, o a Miguel, con la cabeza rapada, haciendo del guapo de Gurabo.

La idea esta echada.

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