Reflexión: Basta de culpas

POR SUSANA MORENO.-

JUAN 1:5- 2:2; HEBREOS 8:12. «Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.» ¿Crees que haya algo demasiado difícil para Dios? Ponte en el pellejo de otro creyente que cometió un pecado tan horroroso que, sencillamente, no puede imaginar que el Señor lo perdone.

Piensa en lo que esa persona considera que es imposible para Dios. En un artículo sobre el perdón, el pastor Charles Stanley escribió acerca de una conversación que tuvo con una adolescente a la cual le resultaba tremenda-mente difícil creer que Dios podía perdonarle sus pecados sexuales.

Ella le dijo que era creyente y que le había pedido a Jesús muchas veces que la perdonara. Aunque sabía que la Biblia dice que el Señor la había perdonado, se sentía sucia interiormente. Esa jovencita pensó que había encontrado algo que era demasiado difícil para Dios: perdonarla.

Cuando decimos que nuestro pecado es tan malo que el Señor no nos perdonará, estamos siendo ignorantes de la obra del Señor Jesús en las aguas del Río Jordán, en el sacrificio en la Cruz y de la resurrección.

El evangelio del agua y el Espíritu. Entonces estamos dudando de Su poder, y de Su amor. Estamos privándonos de nacer de nuevo del agua y el Espíritu, los grandes dones de una conciencia limpia y de la comunión con Dios (1 Juan 5:10). ¿Está tu corazón atrapado en las frías garras del sentimiento de la culpa? ¿Está apagando tu gozo y haciéndote olvidar que el perdón del Señor no se basa en lo que tú hagas, sino en lo que Cristo hizo? Pídele perdón.

Después Recibe el evangelio del agua y el Espíritu, Nace de nuevo y dale gracias por haberte perdonado y piensa, minuto a minuto, en la maravillosa gracia de Dios. -JDB

Nuestro Pan Diario.

«Cuando Dios Perdona, Es Hora Que Nazcamos de nuevo del Agua Y El Espíritu. Es Hora De Que Nosotros Olvidemos»