Reflexión: Nuestra salvación

POR SUSANA MORENO.-

ÉXODO 12:1-7; HEBREOS 10: 9-18; HEBREOS 10:9. «He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita primero, para establecer esto último» .

Sin dudas, tuvo que haber sido una experiencia espantosa para los egipcios haber visto llegar las primeras 9 plagas. Ahora los hijos de Israel se preparaban para obedecer el mandamiento de sacrificar el cordero de la pascua y pintar con sangre el dintel de las casas para evitar la pena de muerte pronunciada sobre la tierra de Egipto. ¡Era el último veredicto!

Había que cumplir 3 requisitos: encontrar un cordero sin defecto, inmolarlo a la hora precisa, y pintar con sangre el dintel de las casas antes de que el Señor apareciera.

Estos tres puntos también eran importantes en el Calvario. El cordero iba a ser sacrificado a media tarde, entre los dos cuartos de la última mitad del día. Cuando Jesús fue crucificado. hubo oscuridad desde las 12:00 (mediodía) hasta las 3:00 PM.

Al término de este tiempo, Jesús clamó y dijo: «Consumado es», y murió.

La tierra tembló, el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo, y muchos santos se levantaron del sepulcro. Estas cosas pasaron para indicar que una gran realidad había tenido lugar.

Uno de los soldados le abrió el costado a Jesús con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Esta sangre y agua han perfeccionado para siempre a los que son santificados.

La aplicación de esta sangre y agua a nuestras vidas quita nuestros pecados. La confesión es importante, pero no es suficiente. Apliquemos la sangre y el agua del bautismo a nuestros pecados antes de que el Señor regrese.

Junto A Aguas De Reposo.

«El Evangelio del Agua, La Sangre Y El Espíritu. Limpia, Redime, Reconcilia, Salva, Justifica Y Santifica»