EL LUCRATIVO NARCOTRÁFICO

POR HUMBERTO SALAZAR.-

En la República Dominicana hemos inventado un negocio mejor que el narcotráfico, actividad que, según la oficina de la Organización de los Estados Américanos (OEA), mueve cerca de US$85.000 millones de dólares al año. que es mas que nuestro PIB, cifra que es sólo de nuestro continente.

La hoja de coca cultivada en la selva peruana, colombiana y boliviana, se convierte en pasta base de cocaina, después de sufrir un proceso de transformación química y cuesta entre US$585 y US$780 dólares norteamericanos, comprada en los laboratorios clandestinos de la selva colombiana.

Cuando esa base, ya empacada, llega a los puertos colombianos su valor oscila entre los US$5,500 y US$7,000 dólares, es decir, ya aumentó 10 veces su valor.

Si llega a centroamérica, el mismo kilo ya cuesta US$10,000 dólares aproximadamente y si llega a la frontera norte de México su valor asciende a US$15,000 a US$17,000.

Sólo pasando la frontera y llegando a territorio de los Estados Unidos, el kilo de pasta de cocaína comprado en la selva colombiana, ya tiene un valor de US$27,000 dólares, y estamos describiendo un producto que todavía no ha sufrido ninguna alteración química.

Ya llegado a los Estados Unidos, el gramo de cocaína en las calles cuesta US$165 dólares, que multiplicado por 2,200 gramos ya el kilo que se compró en US$585 se convertirá en US$165,000 dólares.

Era el negocio mas lucrativo del mundo, hasta que nos inventamos en dominicana uno mejor.

MEJOR QUE VENDER DROGAS

Desde que en los años 90 dimos paso a la inversión privada a la generación eléctrica, este sector se ha convertido en la mayor fuente de enriquecimiento de los grandes capitales del país y el empobrecimiento, tanto del gobierno como de la sufrida clase media.

Los llamados IPPs (Independent power producer), que son los productores independientes de energía, que venden su producto, la energía eléctrica, a las distribuidoras y estas a su vez al consumidor final.

Todos recordamos la famosa Smith.Enron, construida en Puerto Plata hace ya muchos años, propiedad de figuras notables del balaguerismo, en asociación con inversores extranjeros, que cuando se atrasaba el pago de su factura simplemente apagaba la planta y sometía al país a una tanda de apagones.

Ni corto ni perezozo, el capital privado dominicano invirtió en generación, a partir del proceso de capitalización y, haciéndose socio en unas ocasiones y dueño absoluto en otras, es hoy el verdadero mandamás en el sector eléctrico.

En nuestro país, el que genera es el que manda, están demás la CDEEE, la Superintendencia de Electricidad, la Comisión Nacional de Energía , y todo organismo publico, que por ley, debería tener alguna función de regulación del sector.

Para poner un ejemplo de que este es mejor negocio que el que describimos del narcotráfico, solo tendríamos que indagar de lo que ocurre con el parque eólico de Los Cocos, propiedad del mismo grupo que posee la mayoría de las acciones de EGE-HAINA y EGE-ITABO, producen energía con molinos del viento que llega a Pedernales y la venden al sistema como si se produjera con combustibles fósiles.

Produzco con viento y cobro y vendo como si fuera con fuel oil, es definitivamente el mejor negocio del mundo.

INTERPELEMOS A LICELOT

Las declaraciones de Licelot Marte, presidenta de la Cámara de Cuentas de la República, en el sentido de que se construirían dos países con el dinero público que se ha distraído en favor de particulares, han causado reacciones de los que siempre desean tener figuración y aparecer en los medios de comunicación.

Las más interesantes de todas, son: la propuesta de Luis Abinader, de que interpelen a la veterana funcionaria, para que pueda aclarar en las barras del Senado lo que quiso decir y la Temístocles Montás, para que identifique a quiénes se refería.

Sería bueno que lleven a Licelot y le pregunten, a ver si de una vez por todas queda claro, quienes son los mayores beneficiarios de la corrupción que existe en el país, que no tiene nada que ver con la política ni los políticos.

Para que exista un corrupto en la administración pública, debe existir a su vez un corruptor en el sector privado, con la diferencia en cuanto al uso de los recursos, que, el funcionario que recibe prebendas a partir de decisiones de gobierno, casi siempre tiene relación con alguna obra de infraestructura o una acción que de algún modo beneficia a los ciudadanos.

Mientras, que el corruptor del sector privado, utiliza ese dinero para llevarlo a sus cuentas en Estados Unidos, algunos paraísos fiscales o construirse vidas fuera de la República Dominicana.

Los efectos de uno y de otro son perjudiciales, pero existen grandes diferencias.

Así que llevemos a Licelot al Senado, a ver si alguien tiene los pantalones o las faldas de pedirle cuentas sobre le enorme cantidad de dinero mal habido, que desde la época del jefe, reposa a nombre de los grandes apellidos de este país en las bóvedas de los bancos extranjeros.