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Chispas!

SOY NACIONALISTA, ENTONCES ….SOY RACISTA!

Publicado

en

humberto-salazarPOR HUMBERTO SALAZAR.-

Si por racismo se entiende el aceptar que existen grupos étnicos diferentes que pueden compartir un mismo territorio, pero que cada uno de sus integrantes tienen conciencia de las diferencias de origen, culturales, historia y pensamiento estructurado como visión de vida, entonces estamos en una isla donde muchos somos racistas, pero de los dos lados de la frontera.

El racismo mal entendido, es pensar que solo existe en relación a las diferencias en el color de la piel y además que solo se expresa con la discriminación de los blancos hacia los que tienen la piel de color diferente.

Esta creencia se fundamenta en la época del colonialismo, sobretodo a fines del siglo XVIII y todo el siglo XIX, cuando el exceso de liquidez y la necesidad de materias primas en medio de la revolución industrial, hizo que los países europeos occidentales invadieran y esclavizaran grandes espacios del mundo conocido, sobretodo el continente africano y partes importantes del continente asiático.

El estereotipo de que solo existe racismo desde los blancos hacia los negros, usado en nuestra contra, de una manera inadmisible en el tema haitiano, ya que la República Dominicana es un país mayoritariamente mulato, con mezclas raciales que llegan desde la época de la colonia, es inaceptable y fruto de la ignorancia histórica de nuestro pueblo.

Si algo esta ampliamente demostrado, lo vemos en nuestras calles cada día, es que, por la baja demografía que existía en la isla, los españoles se mezclaron con indígenas y negros y estos a su vez con sus descendientes, acción que impidió que existiera el esclavismo en este territorio olvidado del imperio.

Ya en el siglo XIV, después de la expulsión de los judíos y la derrota de los moros en Granada, en España, que era la potencia dominante de la época, los habitantes de la península ibérica se diferenciaban entre españoles que tenían ¨sangre pura¨sin mezcla y los que tenían sangre ¨manchada¨ por la mezcla con judíos o moriscos.

Observación: todos eran blancos.

EL RACISMO NO TIENE QUE VER CON EL COLOR DE LA PIEL

También eran blancos los judíos alemanes, polacos, franceses, checos, holandeses, rusos y muchos etcéteras que fueron exterminados en los campos de concentración de los nazis, que también eran blancos, en el Holocausto europeo.

Eran racistas también los negros de la etnia Hutu en Rwanda, un país ubicado en el mismo centro de Africa, que por un tema enfrentamientos históricos con la etnia Tutsi, con la que comparte esa nación, los atacaron con machetes y palos en 1994 y causaron el llamado ¨genocidio Rwandés¨ que contabilizó aproximadamente un millón de muertos en un periodo récord de tiempo.

Tuvimos el privilegio de visitar ese país hace pocos años y no recordamos haber visto a un sólo blanco en sus calles, parece que también hay racismo y xenofobia entre personas de raza negra.

También fuimos testigos en la historia reciente de la guerra en los Balcanes, después de la desintegración de Yugoeslavia. En 1992 estalló un conflicto armado en el mismo centro de Europa, que incluyó limpieza étnica y crímenes de lesa humanidad en Bosnia-Herzegovina, Serbia, Croacia y un sitio a la ciudad de Sarajevo, que duró cuatro largos años. Todos eran blancos.

Que nosotros recordemos, no vimos allí tropas de piel negra combatiendo contra los de piel blanca, ni viceversa; fue un conflicto con raíces históricas y de creencias incluso religiosas cuyo origen contemporáneo podría ubicarse en el reparto de territorios que realizaron las potencias triunfantes al final de la Primera Guerra Mundial.

Tampoco registra la historia que las guerras chino-japonesas, varias en distintos periodos, causadas por la expansión del imperio japonés en el siglo XIX y posteriormente en medio de la Segunda Guerra Mundial, se hayan producido por temas de diferente color de la piel, seria estúpido no reconocer que ambos pueblos representan la llamada raza amarilla o asiática.

Es bueno acotar que los japoneses se consideraban superiores a los infelices chinos.

O quizás debamos analizar la guerra en la península de Corea, provocada por la lucha Este-Oeste, Guerra Fria, Guerra ideología o como la quieran llamar, donde los únicos negros que combatieron fueron los que llevó el ejercito norteamericano; el resto de los que se murieron fueron coreanos, que aun hoy siguen divididos y dispuestos a despellejarse los unos contra los otros.

Y TAMBIEN SOY XENÓFOBO…¿CUAL ES EL PROBLEMA?

Lo que caracteriza todos los conflictos ya mencionados, es la eterna lucha por control de territorios que tenemos los seres humanos a través de la historia.

La posesión de un territorio determinado es la característica de organización mas notable que posee el hombre y la mujer desde que comenzó su organización social; peleaban pos sus cuevas para pasar el invierno, por los bosques y terrenos para cazar y plantar, por los espacios abiertos para ganarse la vida y pagar tributos al señor feudal, por que se les concediera espacios para cultivar en los reinos antiguos.

Lo gobernantes, ya sean reyes y reinas, regentes, virreyes, presidentes, primeros ministros, súbditos, lacayos y padres de familia; su existencia e importancia está determinada por la pertenencia a un espacio de tierra determinado.

El nacionalismo es poseer un sentido de lo nacional, y este sentido tiene su origen en el nacimiento de los estados nacionales, determinados por las fronteras acordadas sobre la pertenencia de la tierra y que se basa en dos principios: 1. la Soberanía Nacional, que es la base política del Estado y 2. la Nacionalidad, que sostiene que cada nación debe formar su propio estado y este debe coincidir con las fronteras nacionales.

Este principio fue admitido por las naciones europeas tan lejos como en la firma de la paz de Westfalia en 1648, cuando se dio término al periodo de las llamadas guerras religiosas en Europa.

SI ES POR ESTO, SOY RACISTA, XENÓFOBO Y NACIONALISTA….

Entonces si defender el territorio dominicano para los dominicanos y dominicanas, es ser racista y xenófobo, me confieso serlo.

Si recordar la historia que muchos quieren olvidar, de que esta nación se liberó no de España sino de Haití, soy un racista y xenófobo confeso.

Si asumir al patricio Juan Pablo Duarte como el creador de nuestra nacionalidad es serlo, también me confieso nacionalista.

Si se me pone la piel de gallina cuando miro mi bandera tricolor en tierras extranjeras, es ser racista, lo soy y a mucho orgullo.

Si he llorado como un niño de la emoción al escuchar a Juan Luis en la radio de un taxi, en lugares donde ni saben donde estamos ubicados, es ser nacionalista, soy uno de esos tontos.

Si siento el orgullo de compartir el español, una de las lenguas mas hermosas del mundo, como mi forma de expresión con mas de 600 millones de personas entonces soy racista y xenófobo.

Si reclamar el derecho que tenemos los dominicanos a defender nuestra tierra de la invasión silenciosa que nos está afectando es ser antihaitiano, lo soy.

Si pedir que se nos retribuya por el costo económico que asumimos al dar servicio médico a los haitianos que pago con mis impuestos es ser racista, lo soy.

Si decirle a las Naciones Unidas que por Haití y su estado fallido tenemos cólera en esta isla, sin que haya precedente de ello, es ser xenófobo, lo soy.

Si apoyar la sentencia del Tribunal Constitucional de que se regularice la migración a nuestro país como lo hacen las naciones organizadas, es ser racista, lo soy.

Si pedir que se transparente el financiamiento de las organizaciones no gubernamentales internacionales y sus socios locales, significa ser xenófobo y racista lo soy a mucho orgullo.

Si no dejar que me hagan un contrabando de un tal Winé, cuyos hermanos se llaman chocolate y cocoa y habla con evidente acentuación haitiana, porque es haitiano, es ser un desgraciado racista, antihaitiano y xenófobo, pues lo soy.

Es mas, si no dejarme chantajear por los que abandonaron la doctrina comunista y las ideas socializantes, para recibir pagas del ¨imperialismo¨y dar sostén interno a una alianza antinacional en contra de la República Dominicana, es ser xenófobo, racista y un maldito nacionalista, pues lo soy y lo seré todos los días de mi vida, hasta que exhale el último suspiro y mi espíritu vuelva a Dios que me lo otorgó como un regalo.

UNA SOLA RAZÓN

Si es por eso que me van a acusar de xenófobo, racista, antihaitiano y de todo lo que quieran, lo acepto con mucho orgullo, y la única razón que tengo para aceptarlo, es que soy nací aquí y soy DOMINICANO, aquí están enterrados mis padres, mis abuelos y mis bisabuelos y espero, que conmigo hagan lo mismo mis hijos y mis nietos.

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