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LA DIGNIDAD NACIONAL ANTE TODO

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humberto salazar (foto)POR HUMBERTO SALAZAR.-

Lo ocurrido en el día de ayer en la reunión del Consejo Permanente de la OEA, no hay dudas que debe llenar de orgullo a todos los dominicanos de buena voluntad, por la respuesta firme y decidida de parte del gobierno dominicano, en defender nuestra soberanía y el derecho que tenemos a dar la nacionalidad dominicana a quienes señalen nuestras leyes.

No quedó ninguna duda, después del documento leído por César Pina Toribio, de que no vamos a ceder un ápice de nuestra soberanía a pesar de las presiones a que hemos sido sometidos como nación en las últimas semanas.

La defensa del territorio es fundamental para cualquier estado y la base conceptual que mantienen el concepto de nación desde hace mas de tres siglos, y en nuestro caso, es un motivo de supervivencia, ya que, estamos amenazados por una explosión demográfica al compartir la isla con un verdadero estado fallido, sin ninguna posibilidad, hasta ahora, de que pueda ser organizado y desarrollado sin la inversión de los países mas ricos e industrializados.

Queda claro, que la República Dominicana va a cumplir en todas sus partes la sentencia del Tribunal Constitucional que es a su vez la instancia inapelable creada por nuestro sistema jurídico para dirimir cuestiones como estas; que estamos dispuestos a que vengan observadores de la OEA a verificar que no violamos los derechos humanos de ningún ciudadano extranjero, ni tampoco convertimos en apátridas a nadie, mas bien le damos la nacionalidad que les corresponde según las leyes nacionales nuestras y de su país de origen y cumplimos con los tratados internacionales que hemos firmado.

Se les tuvo que sacar en cara a los representantes haitianos, la carga económica que representan para el sistema sanitario de nuestro país, las embarazadas, niños y adultos que son atendidos en nuestros hospitales, sin pedir a nadie un documento de identidad, ni excluir a ningún ciudadano.

Tuvimos que poner claro, que la República Dominicana otorga a los nacionales haitianos, los mismos derechos laborales que a los trabajadores dominicanos tengan o no documentación legal para la permanencia en el país.

Y por si se les había ya olvidado, los ingratos tiene muy mala memoria, les recordamos el gran esfuerzo nacional que realizo nuestro país para ayudar a Haití en su hora mas triste, el terremoto del pasado 10 de Enero del 2010.

UN PROBLEMA IDEOLÓGICO

Casi al final del documento, nuestro representante acusaba al gobierno haitiano de mantener una política agresiva en contra de la República Dominicana, a pesar de la carga económica, que como país en desarrollo tenemos que soportar por la enorme migración haitiana que hemos soportado por décadas.

Lo cierto es, que entre las élites haitianas, existe un menosprecio para con los dominicanos; queremos aclarar y subrayar que es una elite minoritaria que, sosteniendo conceptos ideológicos de raza, religión y cultura, desprecia a los que vivimos en esta lado de la isla.

Esto es lo que explica, que a pesar de todos los favores que hayamos hecho a Haití, una parte importante de su cúpula intelectual trate con desdén a nuestros nacionales; solo hay que recordar las declaraciones burlonas que realizó el Ministro de Comercio de ese país, en la crisis de los pollos y los huevos y la pérdida de tiempo que hicieron hacer a nuestro canciller en una reunión de horas, donde se sabía que no se iba a llegar a ningún acuerdo.

O también recordar, lo ocurrido en Puerto Principe con la delegación de Ministros que viajó a ese país a tratar la veda comercial a diversos productos dominicanos, a quienes de manera descortés se les hizo esperar mas de una hora, como si hubieran ido a pedir un favor o a recoger limosnas.

EL BOVARISMO COLECTIVO DOMINICANO

Para las élites haitianas, de las cuáles no forma parte el cantante metido a político Michelle Martely, el autor que trazó la pauta y construyó el marco teórico de las relaciones entre los dos países es el médico, antropólogo e historiador Jean Price Mars.

Este ciéntista haitiano, nacido a fines del siglo XIX, escribió lo que debe ser el libro de cabecera de los diplomáticos haitianos: ¨La República de Haití y la República Dominicana¨ es el título, en el se desarrolla la teoría del llamado bovarismo colectivo de los dominicanos.

Según Price Mars, los dominicanos negamos cualquier tipo de vinculo con Haití, porque nos consideramos blancos descendientes de los españoles, cuando en realidad somos negros y con raíces africanas; es decir para este historiador haitiano, no existe ninguna diferencia entre los dos países.

El término bovarismo es usado refiriéndose al libro Madame Bovary del autor francés Gustav Flaubert, que describe el estado de insatisfacción de una persona, o grupo de personas en este caso, por la no satisfacción de expectativas, ya que estas no van de acuerdo con la realidad.

En palabras sencillas, hay un desprecio hacia los dominicanos, porque no ven como un colectivo que cree ser una cosa que no es.

Esta apreciación de un negro puro como era Price Mars, fue combatida por los intelectuales dominicanos de principios de siglo en forma feroz, recuérdense las continuas referencias a la hispanidad a que hizo referencia Joaquín Balaguer durante toda su vida.

Existe un fuerte componente ideológico en las diferencias entre ambos países, reforzado por literatura de pensadores haitianos comp Price Mars, este es probablemente el intelectual de esa nacionalidad con mayor reconocimiento a nivel mundial, que se manifiesta en mayor medida en las cúpulas negras de Haití.

LOS ERRORES DE PRICE MARS

Jean Price Mars basó sus apreciaciones en el convencimiento de que las raíces africanas en la isla eran mas fuertes que lo que podía ser la influencia colonial.

Defendió y difundió el uso del creole como la lengua popular haitiana, por encima del francés, ya que sostenía que los haitianos no debían verse nunca a ellos mismos como franceses de color negro, como si ocurre en otras islas francófonas del Caribe.

También promovió el Vudú como la religión oficial de los haitianos, estas son creencias animistas con gran relación con las almas muertas, las cuáles provienen del Africa, Price Mars sostenía que la practica de esta religión o creencia era parte de la raíz cultural africana y por lo tanto se debía rechazar el cristianismo en todas sus manifestaciones, ya que era la religión colonial.

Además, defendió la pureza de la raza negra como parte de la identidad de su país, extendiendo esta creencia a la parte española de la isla, recuérdese que la guerra de independencia haitiana en 1904, se convirtió en una guerra de liberación de la esclavitud, con la muerte de todos los dueños de esclavos que no pudieron huir a la parte española o hacia la isla de Cuba.

Los mulatos son parte de una etnia impura, este es un racismo predicado por algunos desde Haití, puesto que al ser mezcla no tiene pureza en la raza negra que sería la que tendría que dominar en esta isla.

Sin embargo, como lo ha demostrado la realidad Price Mars se equivocó en cuánto a la situación de la República Dominicana; en el país hablamos español, la religión cristiana es practicada casi por el 100% de la población y los negros puros son una minoría ínfima, somos verdaderamente una República mulata.

Esas diferencias, nos hacen ser una comunidad con herencia cultural diferente y con evidentes raíces hispánicas.

SIGFRIDO PARED Y EL MURO

Visto estas razones, y muchas mas que conspiran contra la misma supervivencia de la nación, en el día de ayer el Vicealmirante Sigfrido Pared Pérez, se mostró de acuerdo en que ayudemos a los haitianos a extender el muro, que ellos comenzaron en Elías Piña, a lo largo de toda la frontera.

Esto sería altamente beneficioso para las dos naciones, tanto en temas de seguridad, combate al contrabando y al narcotráfico, comercio y migración.

Manos a la obra entonces, vamos a levantar ese muro, que podría ser la salvación de la patria para nuestros hijos y nuestros nietos.

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