Gracias por un sueño realizado

POR IVELISSE PRATS RAMÍREZ.-

Dos santos coincidieron en presidir esta semana sendas actividades estupendas. Un santo religioso, Pedro Poveda, derramó su espíritu en la reunión en el Centro Cultural que lleva su nombre; un laico santo, Eugenio María de Hostos, hizo presencia en el salón multiuso de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UASD.

Asistí a ambas. Me congratulo de ello. Retorno al ejercicio de militante social, ahora que por mi condición de perredeísta vieja no quepo en la jaula que aísla la Casa Nacional de mi partido, para participar en debates democráticos prohibidos en el “nuevo” PRD, que parece una corporación empresarial pre-moderna más que un moderno partido político.

Con el Sr. Hostos hablaré próximamente. Hoy, En Plural, testimonio lo que pasó el martes. En el centro Cultural POVEDA, en la casona de la Calle Pina que desde que entramos nos evoca tantas jornadas de reflexión y tantas acciones buenas, nos reunimos colaboradores y amigos, con la solidaridad a tope y las pilas puestas.

La actividad empezó con muchos abrazos de reencuentros, los “nuevos” se contagiaron con nuestras sonrisas y abrazaban también a los “viejos”.

Ya luego enseñoreó la reunión el tema que anunciaba la invitación recibida: LA RENDICI”N DE CUENTAS DE LOS TRABAJOS REALIZADOS EN LA REGIONAL 10 DENTRO DEL ACUERDO DE COGESTI”NñMINERD-CENTRO POVEDA, DESDE EL 2008 AL 2013.

Las imágenes que se proyectaron ante nosotros nos admiraron. Eran distintas a las patéticas que vemos en los medios; niños/as en escuelas públicas de sectores marginados, con talante seguro y desenvuelto, hablaban con soltura, cantaban, bailaban, mostraban proyectos ligados a la comunidad donde habitan, ¡sonreían, reían! Habían descubierto que sus vidas eran valiosas, que su asistencia a la escuela era gozosa, además de útil.

Los docentes y técnicos de la Regional 10 en la pantalla, explicaron el proceso y sus logros; también lucían diferentes a los profesores amargados, frustrados, aburridos que vemos a menudo. Estos, al igual que los alumnos, sonreían, contando con entusiasmo lo que hacían, lo aprendido en continuas jornadas de orientación certera sobre el sentido de su función y cómo ejercerla amorosamente.

En la cogestión entendieron el sentir de cuánto espera de ellos el país, cuánto se necesita de su labor; apreciaron la confianza depositada en la validez de sus esfuerzos, y tensaron la voluntad, logrando en sus aulas y en sus oficinas resultados milagrosos.

La semilla Povediana encontró tierra fértil en estos/as educadores que crecieron en sus vocaciones y competencias: el paso digno de la filosofía y la praxis Povediana en la Regional 10, construyó este modelo esperanzador de una pedagogía de la alegría que emocionaría a Pedro Poveda y a Freire.

La lista larga de los 1,098 centros educativos transformados por este aliento Povediano, en solo cinco años nos persuadió. Si así pudo llegarse con eficiencia, probidad y tesón a un 33 % de la población escolar, sin estridencias mediáticas, podría, se puede, si se mantiene la continuidad en la ruta, sacar nuestra educación del triste lugar de atraso y de exclusión en que se encuentra.

El Centro Poveda, aplicando la sabiduría de su fundador, partió de la realidad del contorno para educar en esas escuelas, y en la virtuosa experiencia mejoraron también las familias.

La experiencia plural, colectiva, tuvo un liderazgo personal, ardiente: Argentina Henríquez, quien orientó este giro virtuoso de la Regional 10. Su serenidad proverbial, su discurso comedido y certero, se enciende muchas veces en el entusiasmo.

Cristiana cabal, creo que en su devoción se arrima más a la Marta activa que a la María contemplativa de la Biblia, aunque me la imagino de noche a los pies de Jesús, cubierta por el silencio orante durante muchas horas, para poder continuar al otro día, y sonriendo, la obra santa de educar, sobre todo a los pobres.

¿Cómo, insisto más indignada aún después de comprobar cuánto de bueno se logró en estos cinco años, se incluyó el nombre de Argentina en la malhadada lista de la Orden Departamental 11-2013?

Mi enojo es compartido por todos los que asistimos al encuentro del martes. Pero como Argentina es Povediana, vale decir, serenamente piadosa a la vez que “fajadora”, en vez de protestar a gritos como yo, dio la mejor respuesta, la más inteligente, al disparate.

La rendición de cuentas que se presentó el martes 12 es un testimonio, que reafirma en las palabras de Pedro Poveda que fueron lema en este acto, “tenemos mucha fe, muchas esperanzas, y no dejaremos de soñar; hasta hemos realizado algunos sueños”.

Por este sueño realizado en la Regional 10, damos gracias. La rabia cede paso al compromiso. Con el cambio, y con Argentina y el equipo Povediano.