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DANILO Y LA DIGNIDAD NACIONAL

Publicado

en

humberto-salazar-foto POR HUMBERTO SALAZAR.-
Estamos escribiendo estas líneas en la mañana de hoy viernes, horas antes de que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos emita un informe, que como todos prevemos será en contra de la República Dominicana y pedirá una serie de medidas al gobierno presidido por Danilo Medina, que podrían constituirse en una violación a la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional.
El país está recibiendo enormes presiones internacionales, en una conjunción de poderes fácticos que complican nuestra relación con socios comerciales tan importantes como Estados Unidos y Haití, de las cuáles no puede escapar nuestro presidente.
Al recibir en la tarde de ayer a la Comisión, suponemos que ya Danilo conoce cuales son las conclusiones y los pedidos de los comisionados, e imaginamos que la respuesta del gobierno debe estarse discutiendo y será dada a conocer reacción frente al documento de marras.
En el caso nuestro, porque lo conocemos, no dudamos ni un segundo que la posición de nuestro Presidente, estará alineada con el juramento a que se comprometió cuando asumió las riendas del Ejecutivo el 16 de agosto del pasado año.
Ese juramento reza como sigue: ¨Juro ante Dios y ante el pueblo, por la Patria y por mi honor, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República, proteger y defender su independencia, respetar los derechos y libertades de los ciudadanos y ciudadanas y cumplir fielmente los deberes de mi cargo¨.
MI PROPIA HISTORIA
Conocí a Danilo Medina después de la primera vuelta electoral de las elecciones del año 1996, cuando a raíz de la pérdida del PRSC, nos integramos a la campaña del PLD y Leonel Fernández.
Era Danilo el cerebro de esa campaña, la persona que implementaba las estrategias y por lo tanto el que mantenía las relaciones con los que llegábamos a cumplir con las ordenes de Joaquín Balaguer, al firmar el acuerdo del Frente Patriótico Nacional.
Tuve la suerte y el privilegio de trabajar, a través de Guaroa Liranzo, quien fue la persona que designó el Presidente Balaguer para hacer la coordinación, directamente con la cúpula del PLD, Danilo Medina, Miguel Cocco, Luis Inchausti (era el Secretario de Activistas), Daniel Toribio y Temo Montás.
Pasó la campaña, Leonel asumió la Presidencia de la República, rechacé cualquier participación personal en el gobierno, a pesar de que se me ofreció y me dediqué a tiempo completo a mis actividades en el sector privado.
Sin embargo, a pesar de que ni siquiera ocupaba un cargo importante dentro de mi propio partido, las puertas del Palacio Nacional, siempre estuvieron abiertas en la entonces Secretaría de la Presidencia, donde era recibido con distinción y cariño fraterno de parte de Danilo, haciéndome sentir como parte del equipo, a pesar de que ya había pasado la campaña electoral y comenzaban las deserciones en intrigas de parte de los que hicieron la alianza en mi partido.
Creo que de ahí nació la amistad que nos une, echando a un lado el tema político, donde muchas veces hemos discutido e incluso me ha tocado estar en la acera de enfrenten una oportunidad.
LA DECISIÓN DE UN HOMBRE DIGNO
Fui testigo excepcional de la campaña del año 2000, cuando Danilo era el candidato del PLD.
Apoyé sin reservas la alianza entre el PRSC y el PLD, como lo sigo haciendo en el día de hoy.
Viví desde dentro la ultima campaña de Joaquín Balaguer, cuando fue llevado como candidato casi a rastras y como los que ¨amarraban chivas¨ con Hipólito, conspiraron desde dentro para crear un ambiente en contra de las fuerzas que, unidas, garantizaban el progreso de la nación.
Hablé con el cuando perdimos las elecciones y asistí a la rueda de prensa en el Hotel Lina dónde admitió su derrota, y fui de los que derramó lagrimas pues sabíamos que el pueblo dominicano se había equivocado en su elección.
Danilo se sentó a mi lado en el acto del Hotel Jaragüa del año 2004, donde Carlos Morales, Donald Reid, Leo Matos y otros dirigentes reformistas, apoyamos a Leonel, recuerdo que comentamos que el destino nos unía otra vez porque en verdad, nunca nos habíamos separado.
Ganamos las elecciones, acompañe a Leonel y a Danilo en el Palacio Nacional por dos años, y el trato que me dio fue el de un amigo, con privilegios y consideraciones que quizás no me había ganado.
Fue el quien me llamó preocupado la tarde el 14 de agosto del 2004, para que hablara con el Presidente electo y le expresara que no pensaba salir del país y que por lo tanto no iba a ocupar ningún cargo dentro de la Cancillería, a pesar de que no tenía ninguna necesidad de hacerlo, sin embargo consideraba que dejarme fuera del gobierno esta vez era una falta que el PLD no se debía permitir.
También fui testigo de su renuncia, después de las elecciones del 2006 a la Secretaría de la Presidencia, para irse con un pequeño grupo a hacer campaña y buscar la candidatura para las elecciones del año 2008, algo nunca visto en la historia política dominicana.
Por eso digo, que esa fue la decisión de un hombre digno y honrado, conocedor de sus obligaciones, ético y con valores familiares.
NO TENGO DUDAS DE QUE HARÁ LO MEJOR POR EL PAÍS
Para las elecciones del 2008, enfrenté su precandidatura desde mi posición de aliado al PLD, creo que entendió plenamente mi posición,ya que nunca he sentido que guarde ninguna herida ni rencor en mi contra.
Cuando llegó a ser candidato, me dediqué en cuerpo y alma a trabajar por llevarlo a la Presidencia de la República, sin importar las consecuencias dentro de mi propio partido, porque como lo conozco, sabía que iba a hacer una excelente gestión de gobierno y los resultados están ahí.
Hago esta resumida historia de mi relación con Danilo Medina, el hombre, el político, el amigo, el hoy Presidente; porque algunos ponen en duda que su decisión frente al informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, se ajuste al interés nacional, a la Constitución y las leyes de la República.
Antes de que sea dada a conocer puedo asegurar que Danilo Medina nunca cometerá perjurio, que será leal al juramento que hizo de defender los intereses nacionales por encima de todas las cosas.
Lo se, porque lo conozco.
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