El reto ahora está en mantener esa entrada de flujos y conseguir atraer inversión en sectores de alto valor añadido.
La llegada de capital extranjero no sólo ayuda a compensar la balanza de pagos del país, sino que también puede conllevar la generación de puestos de trabajo, la importación de tecnologías de producción modernas, y una mayor recaudación para las arcas públicas, fondos que pueden ser utilizados para garantizar un mayor bienestar de la población.
De ahí la importancia de asegurar un buen clima de negocios para asegurar la continuidad de la llegada de capitales y ampliar la gama de sectores a los que se destinan estos flujos.
La eficiente coordinación de políticas públicas es esencial para que la inversión de capital extranjero se vincule en la mayor medida posible a la economía dominicana, beneficiando directa e indirectamente a ciudadanos y empresas nacionales.