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EL PRÍNCIPE DE MÓNACO: VÍCTOR GRIMALDI

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humberto-salazar-foto11POR HUMBERTO SALAZAR.-
La telenovela protagonizada por su excelencia el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Dominicana ante la Santa Sede, Soberana Orden Militar de Malta y la República Helénica de Grecia, Víctor Grimaldi, es digna de ser considerada una de las metidas de pata mas grandes en la historia de la diplomacia.
Ya nos imaginamos el ego que llena a una persona que se atreve a escribir debajo de su firma en una carta, todos los títulos que encabezan esta columna, cual si fuera miembro de la realeza europea, sin recordar que todos desaparecen con la sola firma de nuestro sencillo y humilde presidente de la República Danilo Medina.
Al parecer el Señor Embajador ante la Santa Sede, en su periplo de varios años respirando aires europeos, ha hecho investigaciones genealógicas que lo ubican dentro del árbol de ascendientes de Francisco Grimaldi, quien fundó en la edad media la casa Grimaldi y tomó para su propiedad Mónaco, donde hoy en día permanece un pequeño estado dirigido por la dinastía que encabeza el príncipe Alberto.
Solo eso podría explicar la carta que envió a nombre de su principado, en este caso el trono de una isla del Caribe, al Papa Francisco en defensa de lo que el considera es la civilización occidental.
SOLO UN JEFE DE ESTADO LO PUEDE HACER
Es que todas las acciones que hizo Victor Grimaldi en solo dos días solo corresponden a un jefe de gobierno, por esto es que suponemos que saldrá de la sede de la embajada en el Vaticano, sin oficina y sin local hace varios años, para reclamarle al Príncipe Alberto el trono de Mónaco y tendremos el primer gobernante de ese minúsculo estado producto de la diáspora monegasca en una isla del caribe.
Ningún embajador, que es un representante acreditado de su país ante un gobierno extranjero, puede por decisión propia enviar una comunicación a su nombre con las bárbaras acusaciones que hizo Grimaldi en contra de un igual de un tercer país.
Nos imaginamos la carcajada, por la ridiculez y ruptura de los canales diplomáticos, que se escuchó en la Cancillería Vaticana, una de las mas formales del mundo, al recibir la carta del representante dominicano.
Pongamos las cosas en su lugar: El Vaticano es un estado, el mas pequeño del mundo, y se maneja con las reglas diplomáticas de un estado, es decir, no tiene nada que ver con la Iglesia Católica bajo la óptica del derecho internacional.
El Nuncio de Su Santidad en la República Dominicana, es un embajador representante del estado Vaticano, no es un sacerdote enviado para dar misas en las iglesias católicas del país, en reciprocidad nuestro el estado llamado República Dominicana, envía un embajador ante el estado Vaticano.
Los países acreditan embajadores ante el gobierno del Estado Vaticano, no ante la Iglesia Católica, sino ante el Papa, que para estos fines es el jefe del estado Vaticano.
La barbaridad que hizo el señor Grimaldi, a nombre de la República Dominicana, fue enviar inconsultamente una carta al jefe del estado Vaticano, acusando al embajador de un tercer país, en este caso los Estados Unidos, de conspirar para ¨arrancar la cabeza´ a un príncipe de la Iglesia.
Una ensalada de disparates solo admisibles en un cerebro desubicado y delirante.
A NADIE LE IMPORTA ESE TEMA
En primer lugar, ni a Grimaldi ni a nadie le importa la vida privada del embajador norteamericano en el país James Brewster, si a alguien se le olvidó, nuestro gobierno le otorgó el placet, antes de venir a la República Dominicana, por lo tanto fue una decisión de nuestras autoridades aceptarlo como representante de los Estados Unidos, lo que se hizo por las vías competentes.
En segundo lugar, lo cierto es que el señor Brewster en muy poco tiempo se ha ganado el respeto y el cariño de muchos dominicanos, que vemos en el a una persona sencilla y preocupada por mantener relaciones de amistad y solidaridad con nuestro pueblo.
A nadie en su sano juicio se le puede ocurrir que una reunión pública en la residencia del embajador norteamericano en el país, con los grupos organizados de Gays, Trans, Lesbianas y Bisexuales, puede constituir una conspiración en contra del Vaticano y el Cardenal López Rodríguez.
Por si Su Majestad Grimaldi no lo sabía, hace tiempo que la embajada de los Estados Unidos tiene relación con estos grupos a través de los programas de USAID para la prevención de la epidemia de VIH-SIDA, e incluso existen financiamientos del gobierno de ese país dentro de la Respuesta Nacional en la lucha contra el virus.
Además si el señor Brewster tiene un esposo y no una esposa, es porque las leyes de su país, en ejercicio de su soberanía lo permiten, y eso no le incumbe a ningún embajador de la República Dominicana, porque es un derecho exclusivo de los Estados Unidos, como lo es de Argentina, Mexico y Brasil, que son países latinoamericanos donde es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo.
METE LA PATA Y ES MALCRIADO
Decimos que Su Majestad Victor Grimaldi se cree por encima del bien y del mal, no sabemos que o quien lo apoya en sus desvaríos, porque después de la monumental metida de pata, que pudo desatar un conflicto diplomático entre nuestro país y los Estados Unidos, se pone de malcriado con su jefe inmediato, que es el Vicecanciller de la República y se jacta de ello enviando pruebas de su insubordinación en una carta pública a los medios de comunicación.
Una de las personas mas decentes y de buen trato que hemos conocido, es el vicecanciller José Manuel Trullols, quien es el superior jerárquico de Grimaldi, excepto que en sus delirios se crea de verdad que pertenece a la realeza monegasca.
La carta inconsulta que envió a la cancillería vaticana, lo que merecía era una reprimenda y desautorización pública, ya que ademas de una frescura, hablaba de una conspiración internacional en contra del estado receptor de la comunicación, todo fruto de la imaginación del señor Grimaldi.
Pues la persona decente y de buen trato que es Jose Manuel Trullols, le hizo una llamada en forma privada, nos imaginamos que para recomendarle bajar el tono y dejar que la basura que dispersó fuera recogida de modo silencioso por la cancillería dominicana.
Esto al parecer ofendió mas a Su Majestad, que cual Júpiter tronante respondió con una carta publica donde se declaraba en rebeldía en contra de su jefe y superior inmediato, anexando bajo su firma mas títulos que la Duquesa de Alba, quien es la persona de mayor cantidad de títulos nobiliarios en Europa.
El ¨tapabocas¨ del gobierno dominicano no se hizo esperar, público como debió de ser desde el principio, poniendo en su puesto a Grimaldi y disminuyendolo a lo que es, un subalterno en una pequeña embajada europea y rompiendo con un alfiler la burbuja que construyó en sus delirios de grandeza.
Como es un malcriado y arrogante, esperamos prontamente su renuncia al cargo, porque después de todo es un destino ínfimo para el ego que lo acompaña al señor Embajador.

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