Al hablar de la belleza del matrimonio, el papa afirmó que el amor «muchas veces fracasa» e instó entonces a «sentir el dolor de este fracaso, a acompañar a las personas que han sufrido este fracaso del propio amor. ¡No condenéis!. Caminad con ellos».
Y agregó: «¡Qué bonito es el matrimonio, qué bonita la familia, qué bonito este camino y cuanto amor!. Y cuanta cercanía tenemos que dar a los hermanos y hermanas que en la vida han tenido la desgracia de fracasar en el amor».
Los nuevos retos de la Iglesia ante los cambios de familia, entre ellos el divorcio y la petición por poder conceder los sacramentos a los divorciados han sido algunos de los temas que en estos días se han afrontado en las reuniones del papa con los cardenales y los obispos en preparación del Sínodo extraordinario de octubre.
Durante su homilía de hoy, y como había indicado a los cardenales la semana pasada durante el Consistorio, pidió «no caer en la casuística» a la hora de afrontar estos temas.
«Esta es la trampa, detrás de la casuística hay siempre una trampa. Contra la gente, contra nosotros y contra Dios», agregó el pontífice de Buenos Aires.
El papa defendió también la «belleza del matrimonio» en el «que el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer y en dos forman una carne sola» y aseguró que «Dios no quiere al hombre solo».
Francisco también pidió que no se hable de un «Cristo demasiado soltero», pues «Cristo se casó con la Iglesia y no se puede entender Cristo sin la Iglesia y la Iglesia sin Cristo».
El papa argentino terminó su sermón pidiendo a Dios que les de «la gracia para no caer en los comportamientos casuísticos de los fariseos».