HONOR A LA MUJER DOMINICANA

POR EL DR. SÓCRATES ANDUJAR CARBONELL.-

Hacemos honor a las mujeres dominicanas al conmemorarse el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo, fecha que celebran los grupos femeninos en todo el mundo. Se conmemora también en las Naciones Unidas y es fiesta nacional en muchos países. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales y diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas se unen para celebrar su día, en nuestro País se puede contemplar una tradición de ciento setenta años de lucha en favor de la igualdad, de la justicia, de la paz y del desarrollo.

A partir del surgimiento de la República Dominicana el 27 de febrero de 1844, la participación activa y tenaz de la mujer en los procesos de lucha a favor de los mejores intereses de la Patria ha sido bastante sobresaliente. Es así como vemos a través de la historia grandes heroínas que lucharon por las mismas causas: La soberanía nacional, la igualdad, la equidad y el respeto a los derechos humanos.

Un breve repaso a la historia llenará el cometido del presente trabajo de mantener viva la llama del recuerdo que fue encendida por estas primeras heroínas. Muchas de esas grandes mujeres hasta sus vidas dieron por defender sus ideales patrióticos y políticos. Es el caso de María Trinidad Sánchez (1794-1845), quien prefirió enfrentarse al pelotón de fusilamiento, ordenado por el general Pedro Santana, antes que revelar los íntimos secretos de sus compañeros de conjura. Fue de las primeras víctimas del crimen político en la historia republicana. Ella luchó a capa y espada por los intereses de la soberanía nacional. María Trinidad Sánchez, Baltasara de los Reyes (1789-1867), Rosa Duarte (1821-1888) y Juana Saltitopa, la Coronela (1810-1860), son las figuras femeninas cumbres en las luchas de la primera República. Rosa, hija de Manuela Diez (1786-1858), tuvo una importante participación en los preparativos de la proclamación de la Independencia. Junto a otras amigas fabricó gran cantidad de balas que utilizaron para la gesta gloriosa del 27 de febrero del 1844.

A pesar de los fuertes obstáculos que tenían las damas de esos tiempos, el País cuenta con sobresalientes figuras en la literatura y educación que marcaron su época. Salomé Ureña de Henríquez (1850-1897) es una de las mujeres más influyentes en la cultura, letras y educación de todos los tiempos. Sus altos méritos residen en la poesía, en sus innovaciones en la educación de las féminas y en la profunda integridad que caracterizó sus ideas políticas. Fundó el Instituto de Señoritas que llevó su nombre. Otra figura ejemplar es Ercilia Pepín (1886-1939), maestra y defensora de los derechos humanos, quien se destacó en la campaña patriótica contra la ocupación norteamericana.

En los tiempos mas recientes de la vida republicana, la historia dominicana también se honra de contar, un hito en cuanto a la participación política se refiere, con mujeres de la talla de las hermanas Mirabal. Minerva, Patria y María Teresa, quienes ofrendaron sus vidas en procura de un mejor País. Las hermanas Mirabal lucharon por una sociedad democrática, con otros niveles de justicia social, y de igualdad a favor de la mujer.

El crédito que deberá ser conferido al Partido Reformista Social Cristiano “PRSC”, cuando se dispongan escribir sobre la transformación del feminismo en la República Dominicana a partir del período comprendido a mediados de los años sesenta, resaltará un meridiano obligatorio: Vale decir, antes del Dr. Joaquín Balaguer y después del Dr. Balaguer. El líder Reformista abrió las puertas del Congresos, de su gabinete y en un hecho sin precedente en la historia, puso en manos de damas distinguidas todas las gobernaciones provinciales de la Patria.

Las autoridades que dirigen en la actualidad el Partido Reformista Social Cristiano, encabezado por el presidente de la organización política, el Ing. Federico “Quique” Antún Battle, les corresponde, hoy mas que nunca, mantener los conceptos enarbolados por el Dr. Joaquín Balaguer sobre la mujer, al expresar que es un cofre de valores que la ponen fuera del alcance de las posiciones mentales discriminatorias y esencialmente anticientíficas. Este destello admirativo hacia la mujer viene aparejado desde la fundación misma del hoy Partido Reformista Social Cristiano.

En adición a la admiración que le hemos profesado a través de la historia a mujeres del calibre de Ercilia Pepín, Agibail Mejía, María Trinidad Sánchez, Salomé Ureña de Henríquez, nuestra siempre recordada Doña Emma Balaguer de Vallejo, grande entre las grandes, y a otras tantas mujeres que llevan en la frente la estrella de la superioridad cívica, patriótica o humanística, El Partido Reformista Social Cristiano, “PRSC” y sus nuevas autoridades han reconocido el inventario de mujeres extraordinarias con que cuenta el Partido, reservando para ellas una participación del 33% en todos sus organismos. Me arriesgo a predecir que a partir del 2018 tendremos más de una candidata aspirando a la presidencia del PRSC. Ese género, exquisito por demás, habrá de convertirse en una antorcha de luz para que la sociedad dominicana se apodere del renacer de la organización política que ha acumulado las mayores realizaciones a favor de los más sanos intereses de la Patria de Duarte, Sánchez y Mella.

El día 8 de marzo del 2014 es la fecha más propicia para hacerle saber a la sociedad dominicana los nombres del equipo de mujeres extraordinarias que llevarán las riendas de la Secretaria de Asuntos de la Mujer Reformista Social Cristiana. Por lo que ese día, Día Internacional de la Mujer, debe ser un reconocimiento no solamente a aquellas heroína del ámbito nacional que con sus aportes a la construcción de una Patria más justa para todos, ofrendaron sus vidas, sino también a las mujeres en general que hoy se congregan en el Partido Reformista Social Cristiano, las cuales trillarán el camino para consagrar de una vez por todas la igualdad con el hombre en todos los aspectos de la vida nacional. Viva la Mujer Dominicana, Viva la Mujer Reformista Social Cristiana,