Con sombrillas, bultos y hasta maletas, los capitaleños asistieron a Güibia, para darse el «chapuzón» en una zona un poco más cerca del hogar, en comparación con los balnearios que se sitúan en las afueras de la ciudad.
«Yo vivo en Villa Mella y con 80 pesos llegué aquí con mi mujer y mis dos hijos», explicó entre carcajadas Nelsón Fernández, quien aseguró que le fue mucho más barato llegar hasta el Malecón que irse hasta Boca Chica y, aseguró, «se goza igual» .
Muchos de los asistentes optaron por llevar la comida desde casa, cuyo plato más común eran los espaguetis, que tradicionalmente comen los dominicanos en balnearios por su fácil preparación.