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Y SI NO LES DAN «PA’ BAJO»: ¿QUÉ HACEMOS?

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en

Dr-Humberto-Salazar1POR HUMBERTO SALAZAR.-

En una sesión del Senado de la República la semana pasada, algunos senadores se pronunciaron públicamente a favor de que la policía le diera ¨pa´bajo¨, como se dice popularmente, a los sicarios y delincuentes que, como una plaga, azotan el país.

Esto fue una reacción a los detalles publicados sobre la muerte de Natasha Sing y Zuleika Flores, ejecutadas presuntamente por asesinos a sueldo, contratados motivos pasionales.
El sicariato, o muerte por encargo, se ha convertido en una forma de vida para un grupo de criminales, que por dinero, son capaces de atentar contra ciudadanos indefensos, que como en el caso de las mencionadas, realizan sus tareas diarias sin pensar que pueden ser víctimas de la violencia y la muerte con acechanza.
Es decir, cualquiera de nosotros puede ser objeto de sus acciones por el mas mínimo motivo.
A las exposiciones de los senadores, le respondió el Ministro del Interior, José Ramón Fadul, quien dijo que el problema del sicariato en el país no se resuelve dándole ¨pa bajo´, es decir. matando a los que matan y ni siquiera aumentando las penas de cárcel.
Según Monchi, lo que hay que hacer es aplicar la ley porque vivimos en un Estado de Derecho y matar delincuentes es contrario a la ley.
Como buen teórico, habla sobre la reeducación que debe haber para estos asesinos, a quienes se les debe garantizar su reinserción en la sociedad, es mas, dice Monchi que ni siquiera hay que aumentar las penas, porque eso no resuelve nada.
Pues yo quisiera que el Ministro del Interior me explicara, ¿qué hacía Sergio Humberto Mota Reynoso alias Vantroi en la calle, después de ser extraditado desde Mexico hace cinco años, acusado de haber cometido 36 asesinatos y haber causado heridas a 15 personas mas, es decir con 51 víctimas mal contadas en su carrera criminal?
Recordamos perfectamente que Vantroi cuando fue capturado y extraditado, era un sicario conocido, que había sido sometido a la justicia en 16 ocasiones por delitos graves, incluyendo asesinatos, cometidos en múltiples circunstancias.
Lo cierto es que Vantroi era un delincuente conocido en la zona norte de la capital, jefe de una banda que manejaba los puntos de drogas en los sectores de Guachupita y La Ciénega, además reconocido por generar el terror y la violencia en barrios donde tenía influencia.
Se escapó de la Iglesia Nuestra Señora de la Paz, cuando el 15 de agosto del 2004, el ex Procurador Victor Céspedes Martínez lo llevó a una misa, junto a otros delincuentes que habían sido propuestos, como el propio Vantroi, en una lista para ser indultados y que nunca llegó a firmar el Presidente de entonces Hipólito Mejía.
Con 36 asesinatos en sus espaldas, porque conciencia seguro no tenía, Vantroi fue puesto en libertad en el año 2011 por ¨insuficiencia de pruebas¨, una sentencia dictada por el Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia de la Provincia de Santo Domingo.
Bajo el Código Procesal Penal de este país, donde hay un cuerpo de policía dotado con los métodos mas modernos de investigación y recolección de pruebas, no fue posible demostrar lo que todo el mundo sabía, que estábamos frente a un asesino múltiple.
Pues Vantroi se fue a la calle a realizar lo único que sabía hacer; asaltar, matar, vender drogas, robar, en fin delinquir.
El pasado viernes, mientras según la policía, se dedicaba a ubicar a una persona para matarla por encargo, se enfrentó a una patrulla del cuerpo del orden y se le ¨dio pa´bajo¨, es decir, resultó muerto en un intercambio de disparos.
Tres hechos al parecer desconectados se unen para crear en nosotros un conflicto de conciencia: si bien es cierto que vivimos en un Estado de derecho, como dice Monchi Fadul, no es menos cierto que existe un refrán que dice: ¨muerto el perro se acabó la rabia¨.
¿Usted que opina?

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