Cennect with us

Chispas!

¡¡TODOS CON EL MURO!!

Publicado

en

Dr-Humberto-Salazar11POR HUMBERTO SALAZAR.-

Amplio respaldo en la población ha tenido la propuesta del diputado de la Fuerza Nacional Progresista, Vinicio Castillo Semán, de que se construya en la frontera domínico-haitiana un muro para controlar la migración desde Haití hacia la República Dominicana.

Para muchos podría lucir exagerada la posición del Diputado Castillo, sin embargo, a la luz de todo lo acontecido alrededor de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, las enormes presiones ejercidas sobre nuestro gobierno de parte de organismos y gobiernos extranjeros, así como los efectos que provocará la nueva ley de regularización de los migrantes que ya están en nuestro territorio, sin dudas, está es la salida racional a una situación a todas luces insostenible.
La semana pasada en un articulo del cual se hizo eco la prensa nacional, el periódico haitiano Le Nouvelliste, que es el vocero de la plutocracia que gobierna ese país, recomendaba de forma directa a los habitantes de la vecina nación a migrar hacia donde sea, como forma de sobrevivir a la terrible situación económica y social que existe en Haití.
No hay que ser muy inteligente para saber que, ante la imposibilidad de cruzar el estrecho de la Florida, por la presencia de la guardia costera de los Estados Unidos, ni migrar a las islas del Caricom que los devuelven donde quiera que los atrapen, los haitianos migrarán al territorio que les es mas fácil: la República Dominicana.
Con la implementación de la ley de regularización, podríamos esperar grandes oleadas de migrantes hacia nuestro país para ser beneficiarios de la gracia otorga esta legislación, situación que es estimulada públicamente por sus autoridades.
Los primeros que conocen la inviabilidad de Haití en las actuales condiciones, son los países miembros de la Minustah, donde sobresalen los mismos gobiernos que presionaron desde diversos organismos multinacionales a la República Dominicana, para que se violara nuestra Constitución y que el Ejecutivo, desconociera la autoridad que tiene el TC sobre todos los poderes públicos en esta materia.
Además de estas razones, en el aspecto económico, la construcción de un muro fronterizo que evite la migración ilegal hacia nuestro país, sería un respiro a nuestro sobrecargado sistema de salud, que soporta el peso de una población haitiana, que ve en la República Dominicana la única salida al tratamiento de sus dolencias, todo a cuenta del bolsillo de nuestros contribuyentes.
No hemos escuchado a ningún organismo de las Naciones Unidas, la OEA, los defensores de los derechos humanos y otras hierbas, proponer la reposición de los gastos en que incurre la República Dominicana para dar servicios sanitarios a una población sobre la cual no tiene otra obligación, que no sea la humanitaria.
Tampoco tenemos noticias de que la ONU haya ofrecido pagar lo que nos ha costado en términos de vidas humanas y gastos en medicamentos, el traslado que hizo de vibrion cólera, causante de la enfermedad que lleva su mismo nombre, desde Nepal hacia Haití y luego transferida a la República Dominicana.
Es decir, solo con la disminución de lo que gastamos en el presupuesto de salud en atender la población haitiana, unos RD$ 5,000 millones de pesos al año, se amortizaría lo que cuesta construir un muro en la frontera en muy poco tiempo.
Ya el Ministro de las Fuerzas Armadas, Almirante Sigfrido Pared Péres, dio su apoyo público a la iniciativa del Diputado Castillo Semán, con el argumento de la enorme dificultad que existe para controlar la frontera, desde el punto de vista de la seguridad y tráfico de personas y otros materiales, sin un medio físico que divida realmente los dos territorios.
Muros de este tipo los hay por donde quiera; desde la Gran Muralla China construida en el siglo V a.c. para evitar la invasión de los Mongoles, pasando por las murallas de los castillos en la edad media, hasta el moderno muro que construyó Estados Unidos para controlar su frontera con Mexico, el muro de Melilla para separar el territorio de España y Marruecos en Africa o el muro que separa a Israel de los territorios palestinos.
Estos son algunos ejemplos que pueden servir de argumento, contra los servirles pagados que de seguro alzarán sus voces para oponerse a esta iniciativa.
Y si hay problemas de presupuesto y financiamiento, es tanto el apoyo público que ha tenido la propuesta de Vinicio Castillo, que estamos seguros miles de dominicanos donarían los materiales para su construcción y otros participarían proporcionando gratuitamente la mano de obra que se necesita para su levantamiento.
Solo esperamos que una iniciativa como esta, que ya fue enviada a una comisión para su estudio por parte de la Cámara de Diputados, no duerma el sueño eterno en los escritorios de los honorables miembros de ese cuerpo legislativo.
Honorables: voten y sean responsables en la defensa de nuestra soberanía y nuestro territorio, las próximas generaciones de dominicanas y dominicanos se lo agradecerán.

Publicidad