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Oppidum Dominicus, La Muralla Dominicana

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RAFAEL-DIAZ1Por Rafael B. Díaz.-

Una vez las personas, inicialmente nómadas, comenzaron a desarrollar el sentido de comunidad e identidad, fuese esto por lazos sanguíneos, lingüísticos, religiosos, o por las ventajas económicas que proporcionaba el trabajo colectivo, se hizo necesario ¨proteger¨ el bien común desarrollado.

Para proteger el espacio colectivo considerado propio, se edificaron murallas y fosos, delimitando dicho espacio. Existen ruinas abundantes a lo largo de Europa y Asia de Castros, Oppida, Fuertes, Castillos, Ciudades Amuralladas, que algunos consideran el ¨rostro pétreo¨ de esas comunidades, que precedieron las ciudades-estados actuales.

Los Castros, aparecen en Europa en el Siglo VI, antes de nuestra era; eran poblados fortificados, protegidos por fosos y murallas que bordeaban el área habitada, y eran utilizados por las personas que vivían en el campo abierto para protegerse en tiempo de conflicto. Colocados en lugares estratégicos, tenían una sola entrada, para impedir el paso. (Wikipedia, Castro).

Las Murallas, otro tipo de protección colectiva, cercaban castillos, ciudades o pueblos. La Muralla China y el Muro de Adriano, servían de delimitación fronteriza, además de escudo y defensa militar.

En la historia reciente, el Estado de Israel, y los Estados Unidos de Norte América, han emprendido ambos proyectos de construcción de murallas, o muros que sirvan para delimitar sus territorios y de defensa.

Estados Unidos argumenta que los muros sirven para obstaculizar el paso de inmigrantes ilegales a través de sus fronteras, e intentan limitar el flujo de drogas ilegales, desde América Latina. El Estado de Israel argumenta que está amparado en el Derecho Internacional, bajo la Autodefensa, para impedir la entrada de terroristas a los núcleos de sus poblaciones.

Las murallas y muros, en la historia antigua como en la actual, buscan proteger la colectividad de daños reales o imaginarios, económicos, sociales, culturales o sanitarios. Cuando los ejércitos eran comandados por reyes y generales, que se batían de frente y se jugaban la misma suerte que los soldados, las murallas y muros protegían los ciudadanos comunes, y sus reservas para supervivencia.

Los movimientos migratorios ilegales (traspaso de fronteras), responden a la falta de recursos en los países de origen; esto fortalece el argumento de Sócrates, que al agotarse los recursos propios, sería necesario robarlos de los vecinos. La asimetría económica entre el mundo desarrollado y los países en vía de desarrollo, es la razón principal del constante flujo de inmigrantes, legales e ilegales hacia los primeros.

Las Economías Dominicana y Haitiana a vuelo de pájaro

Esta asimetría se presenta en menor escala en países del tercer mundo, o en vía de desarrollo como es el caso de las Repúblicas Dominicana y Haití.

Teniendo ambos países condiciones geográficas, climáticas e instituciones similares desde sus inicios, la República Dominicana ha superado a Haití y a América Latina en Políticas Estructurales (apertura al intercambio comercial internacional (trade), infraestructura pública, gobernabilidad, educación, etc.) desde los años 70. (Growth in the Dominican Republic and Haiti, Why has the grass been greener in one side of the Hispaniola, Laura Jaramillo and Cemila Sancak, WHD Workshop 2006).

La promoción de la exportación de productos y servicios, e inversión extranjera directa (FDI) vía zonas francas incrementaron las exportaciones dominicanas, mientras que Haití se vio afectado negativamente por el embargo de los 90.

El uso de cambio de mando como unidad de medida de la estabilidad política muestran que la Republica Dominicana ha sido uno de los países más estables en América Latina, mientras que Haití ha sido uno de los más inestables (Jaramillo, Sancak 2006).

De acuerdo a los datos económicos ofrecidos por la CIA, la economía haitiana ha estado en crecimiento continuo desde el año 2000 hasta el 2013, experimentando reducciones en su PIB en el 2004 y 2010. El PIB, medido en Paridad de Compra (PPP) ha fluctuado de 9.150 a 13.420 millardos en dicho período.

De igual forma, la economía dominicana ha sostenido crecimiento durante el mismo período, con un descenso en el 2004. En el 2000, el PIB fue de 44.411 millardos, creciendo hasta 101 millardos en el año 2013.

De acuerdo con estos datos, la economía dominicana superó la haitiana 4.853 veces en el 2000, en incremento hasta 7.526 veces en el 2013.

(CIA World Fact Book)

Gráfico del PIB representado en Millardos US$

La Frontera Dominico-Haitiana, Historia

La primera forma de división entre los terrenos, por llamarles de alguna forma, de España y Francia en la isla Española, fue el río ¨Rebouc¨, conocido actualmente como Río Guayubín. Esto fue en 1678, luego de la firma del ¨Tratado de Paz de Nimega¨ firmado entre Francia y las Provincias Unidas.

Éste acuerdo fue sucedido por otros; en el año 1773, se firma un acuerdo delimitando la línea de demarcación, iniciando en el Thalweg (la parte donde las corrientes del agua son más fuertes y corren con mayor velocidad) de la desembocadura del Río Dajabón o Masacre, y concluiría en el Thalweg de la desembocadura del Río Pedernales o Anses a Pitre. Este acuerdo fue firmado por el Capitán General José Solano y Bote, y su homologo de la parte francesa Monsieur Devalliere.

El 29 de Febrero de 1776, se firma un acuerdo provisional para arreglar los limites fronterizos nueva vez, ya que la demarcación anterior era muy imprecisa y ocasionaba enfrentamientos entre los españoles y franceses que habitaban ambas partes de la isla. Este acuerdo se firmó en San Miguel de Atalaya, y establecía la colocación de 221 pirámides o hitos a lo largo de la línea general previamente marcada.

Los documentos que se generaron en este proceso fueron todos enviados al Castillo de Aranjuez donde fueron ratificados el día 3 de junio del 1777 por el Conde de Floridablanca, y el Marqués de Ossun en representación de Francia. Este tratado es el que conocemos por ¨Tratado de Aranjuez¨.

El Tratado de Aranjuez fue de poca duración ya que el 22 de Julio de 1795, apenas 18 años después, España cedió a Francia toda la parte Este de la isla mediante el Tratado de Basilea.

Luego de las guerras independentistas haitianas, la independencia de Haití, la ocupación haitiana de la parte Este, La Independencia Dominicana, la intervención militar de los Estados Unidos en 1916-1924, nos remontamos al 1928.

El Presidente Horacio Vásquez Lajara gestiona un acercamiento con Mr. Louis Borno, Presidente de Haití para tratar el tema de la frontera dominico-haitiana. Para llegar a un acuerdo fue necesario un plebiscito en 1895 que permitiera la modificación de la Constitución Dominicana (esto viene de lejos), para poder cambiar los limites fronterizos, que al momento estaban fijos en el Tratado de Aranjuez.

Luego de concluidos los trabajos de investigación, el 30 de Julio de 1928, se firma el Tratado Fronterizo en el Salón de Actos de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, el 21 de Enero de 1929. Éste ¨Tratado Fronterizo del 1929¨ permanece vigente hasta el día de hoy.

Se estableció el protocolo para realizar los trabajos, y se definieron seis zonas fronterizas a ser trabajadas por los comisionados. Después de 18 meses de trabajo, se identificaron cinco (5) dificultades de interpretación, que motivaron a suspender la labor el 27 de Diciembre de 1930.

Los trabajos interrumpidos fueron retomados por los presidentes Rafael Leónidas Trujillo y Stenio Vincent; luego de una reunión inicial el 18 de Octubre del 1933, buscando solucionar las dificultades de interpretación, y de definirse el Protocolo Adicional, se firma un acuerdo en Port-au-Prince el día 9 de Marzo de 1936. Para resolver los desacuerdos fronterizos entre ambos países, la parte dominicana cedió 600,000 tareas de tierra a la parte haitiana.

El 1 de Julio de 1942 concluyen los trabajos de la Carretera Internacional, un tramo de 48 kilómetros, iniciados el 14 de Abril de 1936 bajo acuerdo Trujillo/Vicent. Este tramo forma parte integra de la frontera dominico-haitiana, se inicia en Restauración y termina en Pedro Santana.

En resumen, los trabajos de delimitación de la frontera dominico-haitiana se inician el 3 de Junio de 1929 y concluyeron el 1 de Julio de 1942, con la conclusión de la Carretera Internacional. El resultado de estas negociaciones fue:

– 97 Planos

– 6 Zonas Fronterizas

– 313 Pirámides

– Una Carretera Internacional de 48 kilómetors

La información que ofrecimos fue tomada del libro ¨Frontera Dominico-Haitiana, 6 Zonas, 97 Planos, 313 Pirámides¨ de autoría del Embajador William Páez Piantini.

La Frontera Dominico-Haitiana, Actualidad

Esta es la conformación y estado actual de la frontera dominico-haitiana:

– Una línea de demarcación de 391 kilómetros

– 172 kilómetros de Frontera Fluvial

– 219 kilómetros de Terreno Común

– 313 Pirámides

o 40 Desaparecidas

o 4 Sumergidas en el Lago del Fondo

– 6 Puentes Fronterizos

– 48 kilómetros de la Carretera Internacional

– 55 Puestos Militares y Destacamentos en conjunto

– 4 Pasos Formales (Jimaní, Pedernales, Elías Piña, Dajabón)

– 4 Mercados Fronterizos Formales

Este es el resultado de una evaluación realizada en Marzo del 2002 por técnicos dominicanos y haitianos. En esa evaluación, y por documentación del Embajador Páez Piantini, se determinó que:

– Habían desaparecido 36 pirámides

– Faltan dos pirámides en la desembocadura del Río Pedernales

– Faltan dos pirámides en Don Miguel (Páez Piantini)

– Las aguas del Lago del Fondo sepultaron las pirámides 239, 240, 241 y 242

– Los ríos están siendo depredados en presencia de las autoridades

– Los puentes internacionales carecen de protocolo de uso y mantenimiento

– La localidad fronteriza de Jimaní se convierte en un gran burdel después de las 8,00pm

– Los niños haitianos cruzan de Anses a Pitre y otras comunidades haitianas al país a recibir clases sin ninguna reglamentación

– Los ríos fronterizos salen de su cauce en tiempo de lluvias, confundiendo las líneas fronterizas

– Las pirámides gemelas no. 16 fueron arrastradas por el Río Dajabón, cerrando además un meandro que ha confundido la demarcación fronteriza. Los terrenos de esa zona están siendo usufructuados por haitianos, siendo estos de toponimia dominicana.

(Páez Piantini)

Siendo esta la situación actual de la demarcación fronteriza, además del flujo constante de ilegales haitianos y de ciudadanos de otras naciones a través de las zonas sin vigilancia y sin ningún tipo de barrera física que le impida o dificulte la penetración a territorio dominicano, ¿podríamos decir a cabalidad que el Estado Dominicano tiene control de su territorio?

Indudablemente que la falta de barreras debilita nuestra soberanía, e incluso podría ser la razón principal para que nuestro país tenga que ceder parte de su territorio ante presiones internacionales, ya que se ha creado una zona gris, que, por uso o costumbre puede reclamar Haití, o pueda declararse zona neutra, y sirva de tubo de escape al problema económico y social existente en el país vecino.

Si lo enfocamos desde la perspectiva económica, el uso de los terrenos aptos para agricultura, y de los ríos y meandros por haitianos ilegales, reduce la capacidad productiva de nuestro país, y merma los importes fiscales que se recibirían si estos terrenos aportasen al PIB dominicano.

Desde nuestro enfoque, la importancia de una muralla en terreno dominicano, siguiendo la línea fronteriza a pocos metros de distancia, sería de delimitación. Una muralla física señalaría claramente que a partir de ésta, la autoridad única e inconfundible es el Estado Dominicano, y quienes entren sin autorización o con ella están sujetos a nuestras leyes.

Una delimitación física, de envergadura, a través del terreno común de 219 kilómetros, y bollas u otro tipo de señal en la frontera fluvial, dificultarían los planes de cualquier nación o persona que intente usurpar nuestro espacio, conquistado con sangre.

Creemos que existiría una diferencia palpable entre una muralla en terreno dominicano que demarque claramente nuestro territorio y las todavía existentes pirámides, esparcidas y perdidas en conucos y áreas inhóspitas, o anegadas por el Lago de Fondo.

Los beneficios concretos de la Muralla Dominicana serían:

  1. Delimitación física, formal e inconfundible del terreno dominicano,
  2. Reducir el cruce ilegal de ciudadanos haitianos y otros países,
  3. Impedir el cruce multitudinario de haitianos por problemas naturales o humanos (fortuitos o intencionados) en territorio haitiano, que crearían como resultados comunidades de refugiados,
  4. Evitar la perdida de nuestra integridad territorial bajo excusa de grupos minoritarios, etnias distintas, utilizados en otros países para iguales propósitos.

Entendemos que es pertinente reportar que, la Universidad de Maryland mantiene una base de datos para un proyecto llamado ¨Minorities at Risk¨ o grupos minoritarios en riesgo. Esta base de datos reporta que en nuestro país los haitianos son el 8% de la población, sufren discriminación, represión, violencia, etc.

(http://www.cidcm.umd.edu/mar/assessment.asp?groupId=4201)

Esta información, además de los reportes anuales emitidos por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, e información de otros grupos independientes pueden tener una incidencia negativa a nuestra contra en caso de conflictos (generados o fortuitos) con los ciudadanos haitianos en nuestro país.

Estas deben ser razones suficientes para que controlemos el flujo de ilegales a través de la frontera dominico-haitiana (descuidada, porosa, desierta).

La Estructura de la Muralla

Nuestra muralla respondería primordialmente al control del flujo de inmigrantes ilegales, y para demarcar el territorio dominicano, no para defensa militar, aunque podría servir para este propósito, dependiendo del diseño y alcance de la construcción.

Nosotros no visualizamos conflictos bélicos con la República de Haití, por lo cual creemos que el esfuerzo inicial de nuestra muralla debe ser ese: jurídico, limite físico tangible, de contención.

La Muralla de Cisjordania, como el Muro Fronterizo Estados Unidos-México tienen las siguientes características en común:

– Sensores Electrónicos de Alerta

– Bardas de Contención de hasta 6 metros de altura

– Vigilancia Permanente

– Puertas de Entrada controladas

La Muralla de Cisjordania tiene además:

– Atalayas para Control Militar

– Carretera asfaltada de dos carriles para patrulla

– Pista de arena para rastreo

– Zanja de 4 metros de profundidad para impedir acceso de vehículos

– Seis rollos de alambre de púa apilados

En nuestro caso, siendo nuestra terreno fronterizo común de 219 kilómetros, será un esfuerzo relativamente fácil de realizar, priorizando las zonas de pasos ilegales conocidas, y luego las zonas que sirvan para cultivo.

Creemos que la estructura de nuestra muralla debe ser:

– 6 metros de alto,

– 1 a 2 metros de ancho,

– construida en concreto armado

– Atalayas de observación de 8 metros de alto cada 7.5 kilómetros

– Puertas de entrada controladas

– Acceso controlados a los Mercados Fronterizos

– Pista de Arena de rastreo (2da etapa)

– Carretera asfaltada de dos carriles para patrulla (2da etapa)

Esta muralla debe extenderse a través del territorio dominicano, emulando la ruta de las pirámides; de esa manera nuestro esfuerzo no tiene que consensuarse con el gobierno de Haití.

El gobierno de Israel reporta que luego de la construcción del Muro, se han reducido considerablemente el número de infiltraciones palestinas, como el número de ataques contra civiles israelíes.

El Senado de los Estados Unidos aprobó el 15 de Diciembre del 2005 la construcción de un muro de 1,123 kilómetros. Esto evidencia la importancia que tiene para éste país el proteger sus fronteras.

El Embajador de los Estados Unidos en México, Tony Garza, respondió a las críticas sobre el muro diciendo: ¨… no hay ningún derecho humano de ingresar a otro país en violación de sus leyes …¨

(http://english.peopledaily.com.cn/200601/18/eng20060118_236366.html)

Conclusiones

Nuestra posición es que la República Dominicana se beneficiaría enormemente si construye su Muralla Dominicana. Entendemos que permanecerán otros problemas relacionados al tráfico de personas, y la complicidad de ciertos dominicanos, pero si dificultará el acceso de ilegales a nuestro territorio.

El beneficio aportado por la muralla sería positivo para ambas naciones, ya que el Gobierno de Haití tendría mayor control sobre sus ciudadanos, y una vez bajo mayor control el flujo de indocumentados e ilegales, ambos países negociarían con menos dificultades.

Como señaló la Presidenta Dilma Rousseff en la última Asamblea General de la ONU: «La soberanía de un país no puede basarse en una acción que sea en detrimento de la soberanía de otro«. La República Dominicana solo podrá mantener su soberanía si puede controlar su territorio y el acceso de terceros al mismo.

La disparidad económica y estructural entre ambos países seguirá siendo una de las razones principales para que ciudadanos haitianos busquen refugio y oportunidades en el lado Este de la Española.

Creemos firmemente que este esfuerzo debe ser respaldado, como también creemos prudente un plebiscito que documente la voluntad del pueblo dominicano respecto a la erección de nuestra Muralla. El Diputado Vinicio Castillo Seman, de la FNP tiene una propuesta formal que apoyamos.

Es nuestro parecer que además la República Dominicana debe iniciar una ofensiva diplomática buscando apoyo de países claves, y promulgar mundialmente nuestra agenda y nuestra narrativa.

Como los problemas internacionales se resuelven en el escenario de las Naciones Unidas, y los conflictos bélicos y territoriales los resuelve generalmente el Consejo de Seguridad, debemos asegurar el ¨Veto¨ a cualquier resolución que intente contra nuestra integridad territorial, como solución a un problema de gobernabilidad ajeno.

Debemos forjar nuevas alianzas con países que no tengan un interés particular en solucionar el problema de gobernabilidad haitiano a expensas nuestras. Creemos y sugerimos ahondar nuestras relaciones bilaterales con Rusia, y formalizar relaciones con la República Comunista China.

*Todos los Derechos Reservados ®

*El Autor es economista y politólogo de formación, egresado de la Universidad Pace de New York; forma parte del equipo de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana.

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