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JOAQUÍN BALAGUER: VIVIR COMO EL

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en

Dr-Humberto-Salazar11POR HUMBERTO SALAZAR.-

Hoy 14 de julio del 2012 se cumplen 12 años de la muerte de Joaquín Balaguer, el personaje histórico que centró la vida política dominicana en los años de sustitución de la estructura político-militar construida por Trujillo durante 30 años de dictadura.
El juicio de sus actuaciones queda ya para historia, para unos es el padre de la democracia dominicana, que pudo sortear las presiones de los familiares del dictador, quienes querían dar continuidad al régimen tiránico a pesar del ajusticiamiento del dictador.
Para otros, dio continuidad al régimen, primero en los difíciles momentos en que heredó la Presidencia de la República, convirtiéndose de un Presidente títere en gobernante real en 1961, al ser muerto el Jefe en la carretera a San Cristóbal, y después, cuando gana las elecciones en 1966, después de la ruptura constitucional y posterior conflicto entre bandos armados en 1965, lo que condujo a la segunda intervención militar de los Estados Unidos en nuestro país en el siglo XX.
Balaguer, más que un político de los pies a la cabeza, como una vez el mismo se definió, era un solido intelectual, con un profundo conocimiento de la historia clásica, estudioso de las tendencias económicas mundiales, enamorado de los libros, dedicado a su madre y a sus hermanas, un solitario sin vicios ni amigos íntimos conocidos.
Napoleón Bonaparte, quizás el personaje histórico más admirado por Balaguer, cuando le preguntaron por sus amores con Josefina contestó: ¨mi novia es Francia, vivo por ella, lucho por ella, muero por ella¨.
Parafraseando al genio militar corso, en cuanto a Joaquín Balaguer podríamos decir: ¨su novia fue la República Dominicana, vivió por ella, luchó por ella y murió por ella¨.
Porque durante su vida esto fue lo que ejemplificó: siendo uno de los tribunos admirados, a pesar de su juventud, por el naciente dictador en 1930, prefirió irse a Europa, primero España y luego Francia, a escuchar los debates en las Cortes españolas en plena ebullición preguerra civil y luego estudiar economía política en la Universidad de Paris.
Fue cancelado de un cargo de tercera categoría que tenía en la Legación Dominicana en París, porque escribió lo que pensaba acerca de la participación de Rafael Estrella Ureña en la llamada ¨Revolución más hermosa de América¨, quien ya estaba en desgracia con el régimen, y su familia tuvo que hacer peripecias para que le devolvieran el sueldo con que pagaba sus estudios y sus gastos en la capital francesa.
A su regreso al país, se entregó en cuerpo y alma a servir como funcionario de segundo nivel del gobierno; subsecretario de Relaciones Exteriores y subsecretario de la Presidencia, de donde fue extrañado del país durante nueve años como Embajador dominicano en Colombia, Ecuador y México.
Es mucho lo que se podría escribir de Balaguer, en los últimos diez años de la dictadura. Fue Secretario de Educación, Secretario de Relaciones Exteriores, Vicepresidente y luego Presidente de la República; en todas estas funciones nunca se degradó al nivel de corrupción y crimen que caracterizó a la dictadura, es más, cuando salía al exilio en 1962, escribió una carta al Consejo de Estado, donde se ponía a disposición de la justicia dominicana en el momento en que ellos lo consideran conveniente, en uno de sus párrafos decía: ¨porque yo pasé por ese charco de sangre durante 30 años sin mancharme¨ y hasta ahora, agregamos nosotros, nadie ha podido demostrar lo contrario.
Como todos los líderes tendrá detractores y defensores, sin embargo, lo que quisiera destacar a los doce años de su desaparición, es la necesidad de que la clase política dominicana mire de nuevo a sus grandes hombres y comencemos a vivir como ellos.
Lo más importante para Joaquin Balaguer no era el oro corruptor, las grandes cuentas bancarias, ni los bienes materiales; vivió gran parte de su vida en una casa que le obligó a construir Trujillo, quien le regañó por la forma humilde en que vivía en Gazcue siendo funcionario de primer nivel del gobierno.
De esa casa, que donó antes de morir al Instituto Dominicano contra el Cáncer, pagó al Banco Agrícola hasta el último centavo del sueldo que cobraba como funcionario público, y literalmente sus bienes a la hora de su muerte, cabían todos en la pequeña habitación donde dormía en el segundo piso de la marquesina de la casa que construyó por orden de Trujillo.
Se llevó consigo las miles de páginas manoseadas de libros, que en su mayoría, se destruyen olvidados en bibliotecas abandonadas en varias universidades dominicanas.
Aunque sus ojos perdieron su capacidad funcional, y no podía leer, hasta sus últimos días disfrutaba de escuchar como le narraban los textos clásicos y modernos que eran un deleite para sus sentidos.
No aspiró a poseer helicópteros, pensaba que compartir en los caminos con los dominicanos de a pie era la forma correcta de conocer sus necesidades, cuando los tuvo que usar por la edad, tomaba todo su tiempo para escuchar a los que memos tenían en platicas interminables, donde se enteraba de las penurias que afectaban a sus conciudadanos.
No se construyó mansiones en complejos de lujo, ni los visitaba, porque sabía que recibir favores de los poderosos podía mediatizar sus decisiones de Estado.
Nadie lo vio nunca jugando en un casino, ni apostando a las patas de los gallos, ni en un hipódromo con una papeleta gritando para que ganara su potro, ni envuelto en un escándalo de corrupción, ni participando en francachelas de amigos, ni jugando dominó en una finca, ni manejando vehículos de lujo, ni disfrutando los placeres mundanos que se encuentran en los night clubs o antros oscuros, donde asisten muchos de los que dicen defender a los mas necesitados del país.
De la nada construyó un país, con la mano de hierro de la austeridad y el control de los gastos, predicando con el ejemplo antes que con las palabras, dedicando cada segundo de su existencia al bienestar colectivo antes que a sus propios intereses.
Nuestra principal crítica, porque no era Dios bajado del cielo, es que cuando no podía mas, y ante la ausencia de familiares cercanos porque todas sus hermanas ya habían muerto, permitió que su nombre fuera usado por un grupo de maleantes que, vestidos de políticos, todavía hoy pretenden usar su desvalida figura para obtener beneficios personales.
A su nombre amarraron chivas, armaron alianzas con el PLD, traicionaron todo lo que quedaba de su figura patriarcal, e hicieron grandes fortunas que hoy pretenden aumentar siempre usando el nombre y la figura de a quien reniegan su forma de vivir.
Es probable que en un cerebro tan calculador y visión estratégica como el de Joaquín Balaguer, hasta lo que ocurriría cuando no estuviera ya en el mundo de los vivos lo quiso organizar.
Por eso no murió hasta que su nombre fuera reivindicado por el PRD en la modificación constitucional que reintrodujo la reelección en el año 2002; obligó en su entierro a que la consigna del 50% por ciento mas uno se impusiera para evitar la vuelta al poder del ¨camino malo¨ y entregó el pico y la pala al enterrador de lo que queda de su partido político, el mas mercurial y comerciante de los que decían ser sus discípulos para que termine la obra de terminar con su legado político.
La risotada me parece estarla escuchando en estos momentos desde la eternidad, mientras zarandean a los que se dicen ser sus discípulos y no viven ni vivirán como el.

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