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Opiniones

El reto de la inseguridad

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ITOPOR VICTOR -ITO- BISONÓ.-

En una conversación que sostuve con el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, en una visita que hizo al país en julio de este año, coincidíamos en la importancia de la seguridad ciudadana como pilar del ansiado desarrollo. Su gestión como mandatario sentó las bases del exitoso camino que su país siguió, contrario al nuestro, reinado por la inseguridad y la falta de voluntad estatal, un futuro lejos de lo que la ciudadanía merece.

En Colombia, el avance ha sido notorio, hoy ese país es radicalmente distinto al que era hace 15 años. De nuestro lado, parecemos encontrarnos a la deriva, mientras el crimen, la violencia y la inseguridad nos doblan la mano, según diversos estudios recientes.

El Índice de Seguridad Ciudadana de la firma Gallup reveló que los países latinoamericanos figuran entre los más peligrosos del mundo, lista que encabeza Venezuela, seguido de Bolivia, Perú, Paraguay y República Dominicana, es decir, somos el quinto país más peligroso del mundo, superando incluso a naciones con conflictos armados en proceso.

El estudio de Gallup tomó en cuenta materias que siempre reprobamos: confianza en la Policía, donde a nivel regional República Dominicana es uno de los que menos confía en esa institución, según el Barómetro de las Américas. También nos “quemamos” en percepción de seguridad, solo un 38% de dominicanos dicen sentirse seguros, según el PNUD en la categoría de Desarrollo Humano.

Por si fuera poco, la tasa de muertes violentas es prácticamente epidémica. Tenemos 22 muertos por cada 100 mil habitantes, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, cuando en 2001 era de 12 por cada 100 mil.
En la otra vereda, Nicaragua, Panamá, Chile, Ecuador y Uruguay son los países más seguros de la región, resultado de políticas públicas efectivas para resguardar el orden y la paz; en palabras del presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter, la seguridad viene de la mano de “las instituciones sólidas y el alto índice de desarrollo humano”.

Diez años cumple la discusión en el Congreso para modificar la Ley 36 sobre armas de fuego que data del año 1965, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado se ha aprobado con modificaciones en diferentes oportunidades, pero la falta de una política definida por el Gobierno a través de sus ministerios vinculados a este tema ha impedido tener una nueva y actualizada ley.

Nos han querido vender que la inseguridad es percepción y no realidad. Mientras la gente sale a la calle con temor, víctima de un modelo quebrado y de una condena que nos afecta a todos. El auténtico cambio pasa por construir un país sin miedo. Sin seguridad no hay desarrollo.

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