El contenido de este pasaje va dirigido en esta ocasión a aquellos que participan de manera activa en la Política Partidista de Estado, y también a esos que se deleitan con las particularidades de la política pero que no se atreven a incursionar en la misma.
Para el beneplácito de las personas que nos siguen es necesario hacer, en el nuevo año que se aproxima, una cuantiosa auto-critica de nuestras actuaciones, así como un verdadero examen de conciencia a fin de corregir nuestro proceder en el ámbito político.
Entendemos que en política debemos manejarnos con mucha cautela dada ya la diversidad de temperamentos y conductas existentes, y además por la complejidad de los temas que se desarrollan en la misma. A nuestro entender, la política tiene aspectos de bondad y atropellos que repercuten en la vida diaria de los ciudadanos de un país, y por tanto, es importante aclarar dicho criterio.
Sin duda alguna, la política es la más pura de todas las ciencias. La perversidad está en quienes las ejercen y muchas veces la convertimos en una rama de la Cosa-Nostras. Sin embargo, si la usamos como mediación en asuntos y conflictos de índole social o económicos, entonces si tiene justificación.
En todos los países del mundo, los políticos son los que generan conciencias en las grandes masas y se aprovechan de esa influencia para gobernarnos a su antojo. Pero también, la política es el arte de dialogar y construir consensos. En uno de sus escritos Winston Churchill relataba “…que el político se podía convertir en un estadista cuando comenzaba a pensar en las generaciones del futuro y no en la contienda electoral que se avecinaba”.
En resumen, nos preocupa la percepción generalizada de que todos los políticos son corruptos, al punto de diferir grandemente con tal proposición. Sin embargo, la misma no deja de ser una realidad a medias, por lo que recomendamos, que la enunciada afirmación se nutra de evidencias contundentes a fin de apoyar dicha apreciación.
Existen muchas maneras de definir que es la política. Muchos le llaman la cara de la corrupción mientras que otros la definen como un acto de equilibrio entre la gente que quiere incursionar en política y aquellos que no quieren salir de la política. Paradójicamente, el que no sabe de política en nuestro país es probablemente el que más político se hace. Sin embargo, los ciudadanos competentes y honestos no quieren participar en política porque temen a degradarse y no soportarían las criticas sistemáticas de los opositores ni las estocadas de sus aliados.
El propósito de esta redacción no es querer confundir a nuestros lectores. Pueden estar seguros que nos mueve un interés contrario. Lo que pedimos es que no seamos neutrales ya que podemos ser parcialmente responsables de lo que acontezca.
No podemos dejar que unas bandas de “malandrines” acaben con el futuro de nuestras generaciones venideras. Todos juntos, hombres, mujeres y jóvenes deben participar y comprometerse a llevar la felicidad y el progreso a nuestro pueblo. ¡No lograremos hacer nuestro país diferente a través de tantas indiferencias!
Estos son tiempos de reflexión, reconciliación y de meditación. Contribuyamos a forjar una mejor sociedad con aportes de vida ejemplar, de amor a nuestros hermanos y de un mundo de Justicia.
Acordémonos del Rabí, el Galileo Jesús de Nazaret quien pidiera “La Gloria de Dios en las Alturas y la Paz en la Tierra para todos los Hombres de Buena Voluntad”.
Felices fiestas navideñas y que el próximo año sea de mucha salud, dicha, y prosperidad. ¡Dios los bendiga!