La niña, identificada como Sophie Cruz, de cinco años, quien vive en Los Angeles, saludó al Santo Padre y le entregó la carta y una camiseta.
Los guardias de seguridad intentaron detenerla pero el Papa al ver a la niña ordenó que el Papa Móvi se detuviera y pidió que la niña se acercara.
Cuando la pequeña se acercó hacia el Papa, éste le dio un beso y la abrazó.
La carta comienza diciendo: «Te quiero contar que mi corazón está muy triste porque tengo miedo de que un día el ICE deporte a mis papás…»