Durante el encuentro, que tuvo lugar en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, estuvieron presentes Valentín Amaro, director del Libro y la Lectura, así como el Comisario del Premio, Luis O. Brea Franco.
El escritor peruano respondió preguntas de los asistentes que llenaron el salón luego de hacer énfasis en el narrador y el tiempo como problemas que tiene que resolver el novelista: “El narrador es un problema obvio, las historias están contadas por alguien. El autor de una novela tiene que decidir quién va a ser el narrador de esa historia”.
Vargas Llosa aclaró que el narrador es un personaje inventado y que en la mayoría de las novelas es el más importante de la historia, aunque este sea invisible: “El narrador de la novela solo vive dentro de la novela. El novelista, en cambio, vive antes y después de la novela”.
Para el ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, las posibilidades del narrador son infinitas, pues la historia puede ser contada por un narrador omnisciente o por varios personajes: “En las novelas clásicas, generalmente, el narrador es un equivalente de Dios, es un narrador que lo sabe todo, que se mueve por el espacio y por el tiempo con libertad, que cuenta las historias desde fuera y desde adentro de lo que les ocurre a los personajes; sus emociones, sentimientos y reflexiones¨.
En palabras del autor de 80 años de edad, si el narrador es un personaje de la historia no lo puede saber todo y tiene que actuar dentro de las limitaciones de los otros personajes: “Su visión está muy fragmentada. Y si eso no se respeta, mata la coherencia. Cuando la coherencia deja de existir en una historia, inmediatamente el lector lo advierte y siente que algo está dejando de funcionar. La coherencia es muy importante para mantener el poder de persuasión¨.
En cuanto al tiempo, el autor de novelas como ¨La Fiesta del Chivo¨ y ¨La ciudad y los perros¨ manifestó que este es inventado: ¨El tiempo nunca es una reproducción del tiempo real. Los escritores se inventan un tiempo en función de la historia para que dé una mayor persuasión¨.
Mario Vargas Llosa les recordó a los jóvenes escritores dominicanos que las novelas que más les han impresionado son aquellas en que el tiempo está íntimamente relacionado con la intensidad y el sosiego con el que transcurren las historias: ¨Ninguna historia podría ser contada respetando rigurosamente el tiempo real; sería absolutamente imposible. La manera en cómo inventan el tiempo es un elemento esencial de la credibilidad o la falta de credibilidad que tiene una historia¨.