EFICACIA VERSUS EFICIENCIA

Por Sergio Cedeño.-

Tradicionalmente las personas confunden lo que es eficacia con eficiencia.
Aunque forman parte de un mismo proceso, conducen a caminos diferentes.
Ser eficaz es ser capaz de lograr un objetivo o una meta propuesta.
Ser eficiente, en cambio, es ser capaz de lograr el objetivo, pero al más bajo costo posible.
Por tanto, hay que ser muy cuidadoso al momento de definir el objetivo que queremos alcanzar, pues es posible lograr el objetivo, pero morir en el intento.
Cuando esto ocurre hemos sido eficaz por obtener lo propuesto, pero ineficiente porque se murió en el intento.
Existen ejemplos emblemáticos en la historia, de personas que fueron eficaces pero ineficientes.
Uno de esos casos es el de Filípides, famoso corredor griego utilizado por el ejército de Atenas para llevar mensajes a toda velocidad entre los campos de batalla.

Filípides fue enviado a Atenas para anunciar la victoria de los griegos en la batalla de Maratón, pero cuando entregaba el documento con el mensaje, cayó muerto producto del agotamiento físico.

Este corredor fue eficaz, pero no eficiente. En su honor, a partir de 1896 se estableció en Atenas, en sus juegos olímpicos, la carrera de maratón.

Una mujer embarazada puede ser eficaz al dar a luz un una criatura saludable. Pero sin muere en el parto ha sido eficaz por lograr el objetivo de tener el bebé, pero ineficiente porque murió en el intento.

Pasa igual en los negocios. O, en la política.

Se puede ser eficaz al lograr instalar un negocio o alcanzar una posición pública. Pero se es ineficiente si el negocio quiebra o quien ha logrado la posición pública, pierde todo su prestigio y ya no puede volver a aspirar más.

Hay veces, en que las victorias son tan costosas que podría decirse como el viejo refrán: ha salido más cara la sal que el chivo.

No basta con ser eficaces, también hay que ser eficientes, si queremos triunfar en la vida.