Titular del MICM firma Código de Pautas Éticas

SANTO DOMINGO.-El ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), arquitecto Nelson Toca Simó, firmó el Código de Pautas Éticas, en el cual se compromete a impulsar el régimen de consecuencias que estimula el cumplimiento de la Ley 41-08 de Función Pública, y que penaliza su inobservancia ante la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG).

El documento también lo firmaron los viceministros Juan José Monegro, de Desarrollo Industrial; Leonardo Alberty Canela Fernández, de Comercio Interno; y Marcelo Salazar Alberty, director de Comercio Exterior y Administración de Tratados Comerciales (DICOEX), indica una nota de la Dirección de Comunicaciones del MICM.

Los funcionarios del Ministerio asumieron el compromiso en presencia de dos de los miembros de la Comisión de Ética de la institución: Aneudy Berliza Leyba, coordinador general de la Comisión de Ética, e Ileana Benítez, coordinadora de ética de la Comisión, quienes ejercen su función como supervisores de la ética en función pública y el combate a la corrupción administrativa.

El Código de Pautas Éticas lo componen 18 artículos que versan sobre el buen desempeño ético, centrado en valores y principios que deben asumir los ministros, viceministros y directores de las instituciones públicas, así como del personal a su cargo.

Entre estos vale citar: honrar con actuaciones y comportamiento el cargo asignado, cumpliendo con el compromiso de servir a las personas y a la sociedad en su conjunto; someter las acciones y las del personal bajo su mando a lo pautado en la Constitución de la República, en el Código de Pautas Éticas y el Régimen Ético y Disciplinario establecido en la Ley 41-08.

También, administrar con honestidad, equidad, eficacia, eficiencia y transparencia los bienes del Estado que han sido confiados en el cargo; trabajar con entusiasmo y sin discriminación de cualquier naturaleza y respeto.

Respetar los derechos y hacer cumplir los deberes establecidos a favor de quienes laboran en la administración pública y promover la excelencia y el desarrollo de capacidades y talentos, así como rechazar dádivas, regalos, incentivos o beneficios privados, de manera personal o a través de intermediarios para beneficio propio.