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Periodismo y el buen uso del lenguaje 

POR CARLOS NINA GOMEZ
carlosninagomez@yahoo.com
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Hago la siguiente explicación: Cuando se habla de matemáticas pensamos en lo que no se puede distorsionar. Porque los números no se cambiar por «caprichos fraudulentos».

Aunque reconocemos que con frecuencia ocurre el manejo mafioso  de las matemáticas, la  que -en específico- corresponde a la contabilidad. Por ejemplo: Cambiar un sistema contable.

Es lo que en ese renglón de las matemáticas se conoce como «la doble contabilidad». Lo que significa elaborar dos acciones contables dentro de la realización de un trabajo de experticia respecto al segmento financiero.

El trabajo periodístico va en paralelo con las matemáticas. Como anoto en la segunda entrega, como ciencia exacta, en matemáticas siempre dos más dos sumarán cuatro. Dos contadores CPA siempre van a coincidir en que esos números no se cambian, pero así no funciona el periodismo.

Dos periodistas pueden estar en una conferencia de prensa, pero nunca escribirán el mismo texto, basado en igual redacción. No van a coincidir de manera exacta. Nunca escribirán el mismo «lead» (entrada de la noticia).

Aunque los dos reporteros coincidan, al aplicar su «buen olfato» y descubrir dónde se produjo la noticia, tras las declaraciones  del personaje  que habló en la conferencia de prensa, nunca escribirán con la misma redacción. ¡Ahí estriba la diferencia con las matemáticas, ciencia exacta!

Importante detalle: Los jóvenes de estos tiempos, que aspiran a ser periodistas y que cuentan con la «sabia orientación» de veteranos y  talentosos redactores, deben actuar con la correcta actitud académica, en especial trabajar en función del buen manejo del lenguaje, para al final de tan complejo  proceso (de aprendizaje) convertirse en estelares reporteros o redactores, para entonces pasar a ser -efectivamente- miembros del llamado «Cuarto Poder del Estado».

 La vocación es determinante para un aspirante a periodista y en el discurrir de una labor sin máculas, límpida y marcada por la eficiencia y respetando las normas gramaticales, ver concretados sus propósitos profesionales.
No obstante, reconocer que es una tarea que no resulta difícil de lograr, pero si el novato periodista se lo propone en base al trabajo constante;  no ser un mecánico que violenta las normas que traza  el buen desempeño del  rico idioma castellano.

Porque un periodista que desconozca las sencillas reglas del lenguaje, de la gramática elemental, nunca alcanzará la estelaridad como comunicador  y mucho menos llegar  al encasillado de la élite donde figuran los más capacitados redactores  que por su eficiente labor profesional  llegan a ocupar  lugares cimeros en los medios de comunicación.

 

Por Carlos Nina Gómez

Carlos Nina Gómez es periodista, escritor y analista político.

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