Por Marcos Sánchez.-
La Romana, R.D.- Para entender un poco el contexto de este artículo, basado en las reacciones en redes sociales en contra de una interprete actoestadounidense, debemos trasladarnos a la Nueva Orleans de Junio de 1892.
No se confunda con el famoso caso que envolvió a Rosa Parks, aquella mujer negra que se rehusó ceder su asiento en un bus a un pasajero blanco en Montgomery, Alabama, el 1 de diciembre de 1955.
Hablanos de Homer Plessy, el ciudadano negro que compró un boleto de tren en primera clase en Nueva Orleans y eventualmente fue arrestado. Era obvio que el gesto fue parte de una treta organizada por una organización local de derechos civiles a los fines de confrontar a la ley que fomentaba el racismo.
El caso tornó a Homer Plessy en una figura histórica dentro del largo periplo que ha transitado el espinoso tema de la segregación racial en los Estados Unidos.
El Tribunal Supremo, llamado (o al menos así lo veía la clase caucásica), a hacer justicia, hizo del caso Plessy uno que acentuaría las Leyes de Jim Crow en procura de una sanción federal.
El asunto finalizó con un indulto 129 años después, la Junta de Indultos del estado de Luisiana recomendó al gobernador John Bel Edwards que indultsra a Plessy por desafiar la ley. Un nutrido grupo pro Plessy (incluyendo familiares descendientes tanto de Plessy como de John Howard Ferguson), acordaron que el indulto abriría una nueva página en aspectos correctivos sobre el controvertido tema racial.
Ahora en pleno 2022, en el campo de la actuación en cine o televisión, las cosas siguen latentes casi igual que cuando el caso del humilde zapatero Homer Plessy, miembro activo en ese entonces del Comité de Ciudadanos de Nueva Orleans.
La semana pasada, en concreto, el 27 de Mayo, 2022, Disney+ estrenó la esperada serie «Obi-Wan Kenobi» basada en el personaje titular y clave en el canon de Star Wars por ser éste el instructor Jedi de Anakin Skywalker, quien luego se convertiría en el temido y poderoso Darth Vader.
En el capítulo inicial, se hizo la introducción del personaje Reva Sevander (conocida también como La Tercera Hermana) y que interpreta la actriz afroestadounidense Moses Ingram.
El fichaje de la nativa de
Baltimore, Maryland, enfureció a decenas de internautas en redes sociales y lanzaron desmesurados comentarios racistas en su contra, creando un auténtico hervidero entre los aún practicantes en contra del negro y aquellos en favor.
Ante esta oleada de ácidas críticas en desfavor de Ingram, ella misma confrontó la situación desde su cuenta en Instagram vía un vídeo y expresó que “Para resumir, hay cientos de esos. Cientos. También veo a aquellos de ustedes que se pusieron una capa para mí y eso realmente significa mucho para mí porque no hay nada que nadie pueda hacer al respecto. No hay nada que nadie pueda hacer para detener este odio. Así que cuestiono mis propósitos, incluso estando aquí frente a ustedes diciendo que esto está sucediendo”.
Las palabras de la intérprete de 27 años, fueron soportadas por cientos de capturas de imágenes de expresiones cargadas de lenguaje racista.
Moses Ingram recibió apoyo de la cuenta oficial de Star Wars en Twitter, dándole la bienvenida a la familia de Star Wars y señalando que existen más de 20 millones de especies inteligentes en el mundo de Star Wars, por lo que no es propicio actuar de forma racista.
En este punto, usted se preguntará ¿Quién es Reva, La Tercera Hermana, que ha provocado toda esta crítica?
La Tercera Hermana, también conocida como Reva, era una mujer humana sensible a la Fuerza que sirvió al Imperio Galáctico como miembro de la Inquisición durante la Era Imperial. Al igual que sus compañeros Inquisidores, la Tercera Hermana era una ex Jedi que se pasó al lado oscuro de la Fuerza y se le encomendó la tarea de cazar a los miembros supervivientes de la Orden Jedi durante la Gran Purga Jedi. Alrededor del año 9 ABY, La Tercera Hermana fue enviada junto con el Gran Inquisidor y el Quinto Hermano a Tatooine para cazar a la Jedi Nari.
Existe una marcada obsesión en ella respecto a encontrar al Maestro Jedi fugitivo Obi-Wan Kenobi para ganarse el favor del Lord Sith Darth Vader. Para ello organizó el secuestro de Leia Organa, hija del Senador Imperial Bail Organa. Sospechando correctamente que el senador se volvería hacia Kenobi, Reva se enfrentó a Kenobi en un hangar en el planeta Daiyu solo para que interviniera el Gran Inquisidor. No dispuesta a dejar que su superior se atribuya el mérito de localizar a Kenobi, apuñaló al Gran Inquisidor con su sable láser y vio cómo Kenobi huía de la escena con Leia.
Si esta breve biografía es lo que desató el odio hacia la actriz, habrá que esperar más porque ese personaje tiene más participación en la serie de Kenobi.
Pero, el tema racial también abarcó a Hollywood y su codiciable premio Óscar el cual llegó a parar en manos de Hattie McDaniel, la nana de «Lo Que El Viento Se Llevó» (1939) de Víctor Fleming y basada en la novela homónima de Margaret Mitchell, que de manera magistral adaptó al cine Sidney Howard.
Hubo que esperar a 1990 para ver el gesto. Esa vez la distinción recayó sobre Whoopi Goldberg por «La Sombra del Amor». Luego en 2002 Halle Berry se corona en la categoría de Mejor Actriz (las previas eran de reparto) por » Monster’s Ball» y después de eso, ninguna otra actriz negra ha ganado esa categoría.
Obviamente los casos de Jennifer Hudson, Regina King, Mo’Nique, Lupita Nyong’o Viola Davis y Octavia Spencer merecen cita, pero igual a las antes que Halle Berry, todas son en la categoría de reparto.
¿Existe racismo en la categoría masculino?
No hay excepción: El primer Óscar para un actor negro fue entregado al legendario Sidney Poitier en 1963 por «Los Lirios del Valle» de Ralph Nelson.
Después hubo que esperar 38 años para ver un negro ganar como Mejor Actor, en ese entonces fue Denzel Washington por «Día de Entrenamiento» de
Antoine Fuqua.
La exigua lista la completan Jamie Foxx («Ray», 2004 de Taylor Hackford), Forest Whitaker («El Último Rey de Escocia», 2006 de Kevin Macdonald) y recientemente Will Smith («King Richard», 2021 de
Reinaldo Marcus Green) con un bochornoso espectáculo previo a recibirlo.
El racismo es una práctica y sentir que no conoce credo, cultura o color de piel. La razón es casi inexplicable y se remonta a época antes de figuras bíblicas. Le cuesta trabajo al prójimo reconocer y/o aceptar al otro tal cual es y ni hablar si saborea el éxito.
De usted depende cómo ponerlo en práctica, después de haber realizado ese análisis introspectivo y que le haya hecho razonar si vale la pena.