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EL TRAUMA EN LA VIOLENCIA (II)

Publicado

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Por Nicanor Rodríguez Tejada.-

A partir de esta experiencia fisiológica, porque y como se vincula ese cerebro primitivo a responder ante cualquier acción; esto sucede por tres causas fundamentales, miedo, vergüenza y culpa, a través de estas características y de la naturaleza por medio de la cual se llevan a cabo estos elementos, y que están asociadas al instinto, por lo tanto, el accionar del cerebro se coloca fuera del cerebro racional y conduce a una condición de irracionabilidad fuera de control, ahí se produce lo que Goleman denomina el secuestro neuronal de la amígdala

Cabe destacar que este trabajo es parte de la obra que lleva a cabo la fundación Manantial de Vida, una organización sin fines de lucro que maneja un excelente programa de capacitación con mira a educar contra la violencia en todas sus manifestaciones y cuyo material es parte de la biografía que describo en estos trabajos, en el que se determina aspecto como que: La violencia tiene consecuencia en todas las edades y una acción en la infancia es un camino seguro para la adultez, de manera que el problema de los traumas es una de las consecuencias peores que resiste una persona, cundo esto no es tratado con el cuidado y la intervención que requiere.

Ahora observamos según estudio cómo se comporta el cerebro cuando intervienen los maltratos y todas esas hostilidades a que hemos hecho alusión en el programa en el desarrollo del cerebro y las consecuencias a que se encuentra sometido el cerebro infantil

El Dr. Martín Teicher, experto mundial en los efectos del maltrato en el cerebro, de la Universidad de Harvard, publico en la revista natural de Neurociencia (2016) un artículo del que se puede extraer el siguiente resumen: (… La adversidad relacionada con el maltrato infantil es un importante y evitable factor de riesgo para la enfermedad mental y el abuso de sustancias. Aunque la asociación entre maltrato y psicopatología es convincente, hay una apremiante necesidad en conocer cómo el maltrato aumenta el riesgo de trastornos psiquiátricos. La evidencia disponible sugiere que el maltrato altera las trayectorias del desarrollo cerebral para afectar a los sistemas sensoriales, la arquitectura de redes de trabajo y circuitos implicados en la detección de la amenaza, la regulación emocional y la anticipación de la recompensa. Este artículo explora si estas alteraciones consideran los efectos del estrés temprano o cambios potencialmente adaptativos, la relación entre psicopatología y cambios cerebrales, y la distinción entre resiliencia, susceptibilidad y compensación. El maltrato en la infancia, específicamente, físico, sexual y emocional, y la negligencia física y emocional, esto ejerce una influencia predominante en las trayectorias del desarrollo cerebral y constituye un serio factor de riesgo para la psicopatología adulta)

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El propio Dr. Martin en los años 90 llevo a cabo investigaciones en donde se pudieron obtener significativo resultado y opiniones que sustentaban que el (… maltrato en la infancia revelaba un fuerte vínculo entre maltrato físico, sexual y emocional de los niños y el desarrollo de problemas psiquiátricos. Pero a comienzo de la década del 1990 los profesionales de la salud mental creían que las dificultades emocionales y sociales eran de origen psicológicos. se pensaba entonces que el maltrato en la infancia, o bien fomentaba el desarrollo de mecanismo de defensa intrapsiquico que resultaba autodestructivo en la edad adulta, o bien detenían el desarrollo psicosocial dejando un “niño herido” en el interior de la persona. Los investigadores concebían el daño básicamente como un problema de programación susceptible de ser corregido mediante terapia o simplemente borrado mediante la exhortación ¡supéralos!, este caso la ciencia ha demostrado que no era ese el enfoque correcto, en cambio nuevas investigaciones enfocada al maltrato a una edad temprana, eso se comprobó por estudio realizador el propio autor referido, conjuntamente con otros colaboradores del hospital de Belmont, Massachusetts y la facultad de medicina de Harvard, cuyos estudios concluyen en lo siguiente: “al ocurrir el maltrato contra el niño durante el crítico tiempo de formación en que su cerebro se está esculpiendo físicamente por la experiencia, el impacto del grave estrés puede dejar una impronta indeleble en su estructura y en sus funciones. Se produce así, al parecer, una serie de efectos en cascada, moleculares y neurobiológicos, que alteran de forma irreversible el desarrollo neural”.

PERSONALIDADES DESQUICIADAS

sigue estableciendo el estudio que las secuelas de un abuso sufrido en la infancia pueden manifestarse a cualquier edad y de modos diversos. Interiormente aparecen en forma de depresión, ansiedad, pensamientos suicidas o estrés postraumáticos, también se exteriorizan a través de la agresividad, impulsividad, delincuencia, hiperactividad o abuso de drogas. Una de las perturbaciones psiquiátricas más desconcertantes, muy asociada al maltrato en la edad infantil es el trastorno de la personalidad esquizoide. Esta disfunción del psiquismo se caracteriza porque quien la padece ve a los demás en termino tajante, absolutos, de blanco o negro, con frecuencia poniendo a una persona sobre un pedestal y después denigrándola por haber denotado en ella algún desliz o traición. Los afectados por este trastorno son proclive a estallar en volcánicos arrebatos de cólera y a sufrir pasajeros episodios de paranoia o de psicosis. Tienen un historial de relaciones intensas e inestables, se sienten vacíos e inseguros de su identidad, suelen escapar de su angustia abusando de las drogas y experimentan impulsos autodestructivos o suicidas.

La investigación destaca que en el año 1984, mientras el Dr. Martin H.Teicher trataba a tres sujetos que padecían el trastorno de la personalidad esquizoide, empecé a sospechar que su temprana exposición a varias formas de maltrato había alterado el desarrollo de sus sistemas límbico. (el sistema límbico es un conjunto de núcleos cerebrales interconectado (centros neuronales) que desempeñan un papel fundamental en la regulación del de las emociones y de la memoria. Dos regiones límbicas importantísimas son el hipocampo y la amígdala, situadas bajo la corteza en el lobo temporal. Se cree que el hipocampo tiene importancia con la formación y en la recuperación de la memoria verbal y la memoria emocional, mientras que la amígdala es la encargada de crear el contenido emocional de la memoria por ejemplo es el caso de los sentimientos relacionados con el condicionamiento por el miedo y las reacciones agresivas.

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