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(Video) Ladrón intentó de mil maneras penetrar a vivienda de El Millón y hasta se desnudó como última opción…
-Los dueños de la vivienda estaban en el “quinto sueño”-
Santo Domingo.- Era exactamente la 1:50 de la madrugada cuando el ladrón se “voló” la verja de una residencia del sector El Millón, en el Distrito Nacional.
De manera sigilosa, logró penetrar al patio y buscar mil maneras de penetrar a la casa, como queda registrado en las cámaras de seguridad instaladas en la vivienda. Tanto, que en uno de sus últimos intentos hasta se despojó de sus ropas y quedó como Dios lo trajo al mundo, y tampoco lo logró.
Mientras todo esto ocurría, los propietarios de la vivienda probablemente se encontraban en el “quinto sueño”, durmiendo profunda o plácidamente, lo que le impedía escuchar cualquier ruido o percatarse de la amenaza que representaba aquel individuo para la seguridad de lo que allí se encontraban.
El ladrón, movía con toda su fuerza una de las puertas enrejadas y como no cedía se iba a otra y esta tampoco cedía; entonces va a las verjas de hierro instaladas en el área de la cocina y trata de meter la cabeza y no puede, se despoja de una gorra que llevaba en la cabeza y nada…
Ya el reloj de las cámaras de seguridad está marcando las 2:20 de la madrugada, lo que significa que ya han transcurrido unos treinta minutos y el hombre no ha logrado su objetivo.
Como se puede apreciar en las imágenes, se trata de un individuo de aspecto lozano, con una estatura que ronda el promedio del hombre dominicano, 5 pies 6 pulgadas, que a pesar del tiempo transcurrido, no se da por vencido y decide tomar una última estrategia, que quizá en otros robos le había dado buenos resultados: despojarse de la ropa que llevaba puesta: pantalón, camisa y chancleta.
Y así lo hizo. Pero se quedó mirando detenidamente, como si pensara o se preguntara así mismo: pero por dónde, por dónde, ¿por dónde es que voy a entrar a esta bendita casa?
Finalmente, al ver que no tenía ninguna posibilidad, desistió de penetrar a la vivienda y tomó un cuchillo y se dirigió entonces a la marquesina, donde habían tres vehículos y con una destreza increíble, abrió el primero, en el que buscó, rebuscó y no encontró nada que le llamara la atención…
Fue a otro de los vehículos, que también abrió una de sus puertas con una gran facilidad, y por más que buscara no tomó nada, ni siquiera las tarjetas de crédito ni de débito que estaban en un bolso de mujer. Las dejó en uno de los asientos.
Quiso abrir el tercero, vio que le iba a dar trabajo y no insistió y se alejó, no sin antes acercase a una de las ventanas que dan a la calle para hacer un último intento de entrar a la casa… y nada.
El ladrón, frustrado por no lograr su objetivo de robar en esa vivienda que tal vez escogió al azar, así como entró a esa propiedad, ubicada en cierta calle de El Millón, así mismo se marchó: con las manos vacías.
Volvió a “volar” la verja y lo hizo tranquilamente, sin nada que le perturbara, como si fuera el dueño de la casa y hasta se sentó por un instante en una de las columnas. Luego bajó y se esfumó en un abrir y cerrar de ojos.
Lo que no se sabe es si de despedida, el ladrón se dijo a sí mismo aquella famosa frase de Arnold Schwarzenegger en la película The Terminator: “I´ll be back” (Volveré). (R.B.).