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Opiniones

Dio Astacio: el modelo de presidente que demandan los tiempos

Publicado

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Por Milton Olivo (*)

«Para muestra, un botón», reza el dicho popular. Y en el caso de Dio Astacio, ese botón ha sido su gestión transformadora al frente del municipio más grande de Centroamérica y el Caribe: la Costa del Faro,  Santo Domingo Este.

En tan solo un año, Astacio ha demostrado que, con voluntad, amor al prójimo y vocación de servicio, es posible cambiar el rumbo de una ciudad y convertirla en ejemplo nacional.

Cuando asumió el gobierno municipal, heredó un municipio sumido en el abandono, donde la basura era un monstruo de múltiples cabezas que representaba la mayor crisis local. Pero lejos de amedrentarse, Astacio encaró el problema con determinación, logrando lo que muchos creían imposible: derrotar al cáncer de la basura y encaminar a Santo Domingo Este hacia un modelo de ciudad limpia, ordenada y sostenible.

Hoy, el municipio está entre los más limpios de la región y el país, y es reconocido como pionero en políticas de reciclaje, con la apertura de centros municipales de reciclaje y el fomento de centros privados. El ambicioso objetivo: convertir a Santo Domingo Este en la Capital del Reciclaje de América Latina.

Sus políticas de fiscalización e incentivo del desarrollo urbano no se han quedado atrás. Se ha restablecido el orden y la seguridad en las calles, lo que ha generado confianza y abierto las puertas a una creciente inversión inmobiliaria.

Paralelamente, se han ejecutado programas de reforestación y recuperación ambiental, incluyendo iniciativas emblemáticas para el rescate del Río Ozama, la canalización de recursos internacionales para reubicación de pobladores de su ribera y para la construcción del tan necesario sistema de drenaje sanitario del municipio.

La transformación visual también ha sido impactante. Parques recuperados, espacios públicos embellecidos con murales, y un agresivo plan de limpieza de imbornales y recuperación de un sistema de drenaje anteriormente colapsado, han cambiado el rostro de la ciudad.

Desde una visión humanista y social, Dio Astacio ha puesto especial énfasis en la promoción de la cultura y el deporte, lo que le valió el Premio Juan Pablo Duarte, -otorgado por la Federación Dominicana de Distrito Municipales-,  en su primer año de gestión.

Además, continúa  impulsado programas de apoyo al emprendimiento, formación técnica, próximamente se iniciará el Programa Municipal de Incubación de empresas tecnológicas –PRIET- y canalización de recursos para apoyar los emprendedores.

Una iniciativa medioambiental innovadora próxima,  es el programa de siembra de alimentos en el hogar –PROSAH-, para impactar el medio ambiente municipal e incrementar la producción de alimentos.  Además  ejecuta un programa de siempre de alimentos en el área de Villa Liberación,  que incluirá una granja acuícola destinada a proveer comida a barrios vulnerables mediante un futuro programa de asistencia social alimentaria a barrios carenciados del municipio. Donde se tiene proyectado sembrar unas 100 tareas en cultivo intercalado de Platano, Yuca y Auyama.

En el ámbito de la salud pública, ejecuta de forma permanente jornadas  de operativos de asistencia médica, ha lanzado un programa de entrega de vitaminas a embarazadas e infantes, reafirmando su visión integral del desarrollo humano.

Todo esto en apenas un año. Un año de cambios reales, de resultados tangibles, y sobre todo, de gestión fundamentada en valores: eficiencia, creatividad, valor, sensibilidad social y un profundo temor a Dios.

Dio Astacio no solo ha demostrado ser un gran alcalde, sino que ha encarnado el tipo de liderazgo que necesita la República Dominicana. El modelo de presidente que el país necesita. Un liderazgo comprometido, transformador, solidario y visionario.

En estos tiempos de crisis geopolítica e incertidumbre, este tipo de servidores públicos —con resultados visibles y un corazón firme— son los que  marcan el camino hacia  convertir la República Dominicana en  una nación más justa, moderna y humana.

(*) El autor es escritor y residente en Santo Domingo Este.