Opiniones
Unidad con propósito: Dío Astacio y la política con madurez

Por Milton Olivo.-
En estos tiempos donde la política se vuelve cada vez más emocional, reactiva, polarizada, y para muchos frustrante, el discurso del alcalde de Santo Domingo Este, la Costa del Faro, Dío Astacio, ayer ante más de 500 dirigentes de su proyecto político en el Club de Aduana de Santo Domingo Este, titulado; «Unidad con Propósito», llega como un raro ejercicio de madurez estratégica y prudencia política dentro del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
No se trató de un acto partidario más, sino de una señal clara para quienes aún piensan que la fuerza reside en los nombres, no en la estructura.
Astacio respondió a la pregunta inevitable —“¿A quién apoyamos para el 2028?”— con una frase que lo resume todo: “Primero vamos a apoyarnos a nosotros mismos.” Es una respuesta que incomoda a los impacientes, pero que pone sobre la mesa una verdad fundamental: sin un PRM sólido, unido y bien organizado, no habrá futuro que heredar ni poder que conservar, ni espacio para la militancia que buscar.
El discurso es todo menos improvisado. Es un llamado a edificar, no a dividir; a sembrar estrategia en vez de pasiones. Astacio entiende algo que muchos en la política dominicana parecen olvidar: el liderazgo no se mide por lealtades personales, sino por la capacidad de construir cohesión duradera.
Su negativa a respaldar públicamente a un precandidato presidencial no fue evasión, sino sabiduría: evitar fracturas innecesarias y preservar la armonía interna, especialmente en un momento donde el partido necesita cerrar filas, no abrir trincheras.
En sus palabras hay respeto, pero también determinación. Recordó que todos los aspirantes lo apoyaron en su camino a la alcaldía, y por eso no traicionará esa memoria con decisiones precipitadas. En una política dominada por la conveniencia y el cálculo, Astacio propone algo diferente: gratitud y propósito.
Pero el corazón del mensaje no estuvo en el 2028, sino en el 2025 en adelante. Habló de formar líderes, de preparar al PRM en Santo Domingo Este para que tenga voz propia, peso real y protagonismo en el debate nacional, donde mañana los intereses de los dirigentes estén garantizados.
Dijo, con razón, que “un partido sin unidad es como una casa sin cimientos” y dejó claro que quien siembra estructura hoy, cosechará poder político mañana.
Y más aún: su discurso conectó con los intereses de la base, con la necesidad de crear las condiciones para conquistar espacios para la militancia. No fue un mensaje para las élites del partido, sino para los que militan, caminan, organizan, votan y buscan votos. Esa militancia que muchas veces es utilizada pero rara vez escuchada.
Astacio, en cambio, les habla con el lenguaje del compromiso. Les dice que esta vez –como una poderosa fuerza municipal unida, no serán relleno ni paje de nadie. Que si se organizan desde ahora, el PRM local podrá negociar desde la fuerza, no desde la necesidad, para asegurar los espacios que en la estructura de poder, merece su militancia.
Este discurso también marca un reposicionamiento estratégico. Dío Astacio no se proyecta como un simple alcalde municipal, sino como un líder institucional con visión nacional.
Está construyendo desde Santo Domingo Este una plataforma de legitimidad política que no depende de “dedazos” ni de pactos de cúpulas. Su apuesta es clara: una estructura partidaria municipal que su valor, sea por su propio peso, no por la sombra de nadie.
Finalmente, cita a Peña Gómez con una frase que resuena con fuerza: “La unidad es lo único que puede salvarnos de nosotros mismos.”
Y ahí está la esencia. Dio Astacio no quiere ser recordado sólo como un gestor local, sino como parte de una generación que salvó la política, unió al PRM y cambió la historia desde abajo hacia arriba.
En un panorama donde abundan los discursos sin contenido, este fue uno con dirección, principios y visión. Porque al final, como él mismo dijo: “Un PRM unido… jamás será vencido.”
