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Opiniones

Los requisitos para ser presidente (a) en RD

Publicado

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POR J. LUIS ROJAS
([email protected])

Desde siempre, los seres humanos se han visto obligados a crear medios que les ayuden a mantener la cohesión, la convivencia, el respeto a los derechos de los demás, garantizar la igualdad, proteger los bienes comunes y la propiedad privada, así como facilitar la sostenibilidad de la familia, el Estado y de las demás organizaciones. Para ello, históricamente, se han establecido diferentes leyes, normas, procedimientos, procesos, estatutos y políticas. El propósito esencial de cada uno de estos instrumentos ha consistido en preservar la institucionalidad, el bienestar colectivo y el establecimiento de relaciones positivas entre los ciudadanos y los ecosistemas que integran el sistema social.

Desde el27 de febrero de 1844, fecha en la que se inició la historia republicana dominicana, el liderazgo político, empresarial y social de esta sociedad ha emprendido esfuerzos tendentes a establecer leyes y normas que contribuyan a su desarrollo y su buen desenvolvimiento. El anhelo de vivir en una sociedad organizada, disciplinada e institucionalizada, ha permitido que ciudadanos de otros países, en algún momento y circunstancia, hallan dicho que en RD existe un exceso de leyes, las que por lo general muchos ciudadanos desconocen y no cumplen.

Un ejemplo fehaciente de la magnitud del analfabetismo jurídico que acompaña a los ciudadanos dominicanos, es, sin lugar a duda, el activismo político a destiempo que llevan a cabo determinados ciudadanos provenientes de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos de RD.  En franca violación a las disposiciones establecidas en los artículos 40, 41, 42, 43, 44 y 46 de la Ley núm. 33-18. Por ejemplo, en el 41 dicha ley establece el período de la campaña interna. Este artículo define la precampaña como el periodo en el que los partidos, agrupaciones y movimientos políticos realizan actividades para definir las candidaturas a cargos de elección popular.

Asimismo, la Ley 33-18 en el párrafo II de su artículo 46 indica que: “si los partidos políticos deciden escoger sus candidatos y candidatas a cargo de elección popular mediante la modalidad de primarias lo harán a más tardar el primer domingo del mes de octubre del año preelectoral y para las demás modalidades lo harán a más tardar el último domingo del mismo mes del año preelectoral”. Definitivamente, hay que estar muy desesperado para emprender esfuerzos proselitistas, a sabiendas de que faltan más de tres años para las elecciones ordinarias generales (2028). Además, la propia Ley 33-18 instruye con respecto a los períodos en los que los partidos, agrupaciones y movimientos políticos de RD podrán realizar sus respetivas campañas internas.  

Como si no existiese un marco jurídico electoral en República Dominicana, miembros de las principales organizaciones políticas del país, hace rato que están inmersos en proselitismo político, pretendiendo con ello lograr que los electores los perciban como opción para ocupar, en el 2028, la presidencia de la sociedad dominicana. En la actualidad, más de nueve funcionarios públicos del PRM están en campaña abierta, buscando la presidencia de RD. A lo interno del PLD, la situación es peor, ya que han hecho intento por escoger sus candidatos fuera del período establecido por la Ley 33-18. En cambio, en la FP los aprestos proselitistas para alcanzar la presidencia de la República en las próximas elecciones generales, son menos ruidosos y visibles que los que llevan a cabo los perremeistas y peledeistas. La causa aparente de esta situación, está asociada a que en esta organización solo dos han mostrado interés en dirigir el Poder Ejecutivo. Entiéndase, padre e hijo.   

Tomando en cuenta la calidad y cantidad de los dirigentes políticos que dicen poseer las competencias, habilidades y experiencia para llegar a la presidencia o vicepresidencia de RD, en su momento, será necesario revisar los requisitos actuales que para tales fines exige la Carta Magna en su artículo 123: “para ser presidente de la República se requiere: 1) Ser dominicana o dominicano de nacimiento u origen; 2) Haber cumplido treinta años de edad; 3) Estar en pleno ejercicio de los derechos civiles y políticos; 4) No estar en el servicio militar o policial activo por lo menos durante los tres años previos a las elecciones presidenciales”, sentando las bases para las aspiraciones de dominicanos y dominicanas. Como se puede observar, según la Constitución dominicana, cualquier gallo loco puede ser elegido (a) como presidente (a) o vicepresidente (a) de RD. Para mejorar la calidad humana y profesional de los que quieren ser presidentes (as) de la sociedad dominicana, es urgente actualizar los requisitos institucionales actuales para ello.

En los tiempos actuales, para ser presidente (a) o vicepresidente (a) de la República Dominicana se requieren otros requisitos más allá de los que hoy establece la Carta Magna. No es posible que cualquier dominicano, sin las competencias duras y blandas necesarias para gestionar recursos públicos con eficiencia y eficacia, así como sin el conocimiento riguroso para comprender y abordar de manera estratégica los cambios globales que inciden en la estabilidad social, política y económica de un país, pueda anhelar ser presidente (a) de la sociedad dominicana. Hoy, para ser presidente de RD no basta con ser gracioso o poseer un determinado nivel de posicionamiento heredado. Se requiere liderazgo, autoconocimiento, pensamiento estratégico y una visión holística, inclusiva y sostenible, institucional y democrática de país.   

Son muchos los dirigentes y miembros de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos de RD, que quieren ser presidentes (as), pero pocos (as) reúnen las condiciones para alcanzar tan codiciada y compleja meta. Para evitar hacer el ridículo, muchos de los que creen tener las condiciones para ser presidente (a) de la República, harían muy bien en aplicarse la célebre frase: “conócete a ti mismo”, la cual es atribuida a Sócrates. Como en algún momento dijo Sócrates: “conocerse a uno mismo significaba explorar el alma, la razón y los propios límites”. Además, consideraba que la verdadera sabiduría no consistía en acumular conocimientos externos, sino en reconocer la propia ignorancia y buscar el bien a través del entendimiento interior”. Dicho en otras palabras, la virtud es conocimiento, y solo quien se conoce puede actuar con justicia y sabiduría.

Antes de actuar como payasos y monos de circo, los dirigentes y miembros de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos de RD, que sueñan con ser presidentes (as) de la sociedad dominicana, es aconsejable que primero se conozcan así mismos. Para ello, podrían someterse a un autoconocimiento para que sepan de manera objetiva quiénes son y para qué sirven realmente. El autoconocimiento es un proceso científico que pone en evidencia el estado de las emociones, los valores y principios. Además, determina las fortalezas, debilidades, deseos, motivaciones y miedos de las personas. Ser líder y guía de un pueblo, es una responsabilidad enorme, la cual solo puede ser asumida por los que son capaces de conocerse plenamente así mismos.