Opiniones
¿Y ese diálogo?

Por Danilo Cruz Pichardo
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El presidente de la República, Luis Abinader, ha convocado para el día 14 del presente mes a un diálogo a los expresidentes dominicanos, entiéndase Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía, para hablar en torno al tema haitiano. Algunos han saludado la iniciativa del jefe de Estado, al procurar el parecer de cada uno de los antiguos mandatarios respecto a una problemática de primer orden, conforme a los resultados que arrojan las distintas encuestas de opinión desde hace mucho tiempo.
Hablar y buscar opiniones con esos exgobernantes nunca está demás, porque ellos, en su momento, también posiblemente hubiesen pretendido conocer las ideas de figuras experimentadas sobre un aspecto espinoso y que amerita enfrentar de forma inteligente. Sin embargo, a un presidente lo eligen para gobernar y sus atribuciones descansan en el Artículo 128 de la Constitución de la República. Los gobiernos tienen a un canciller, que regularmente es un conocedor de política exterior y, además, cuentan con asesores sobre los diversos problemas de la vida nacional y se da como un hecho que las 15 medidas anunciadas por el presidente Abinader fueron ponderadas anticipadamente.
Algunas de esas medidas ya se venían implementando y se han repatriado a millares de nacionales del vecino país, en el marco de la Ley 285-04 y en calidad de país soberano, aunque habría que ver si las deportaciones se hacen respetando los derechos humanos de esos extranjeros. De todas maneras, al Gobierno dominicano lo ha fortalecidomucho el hecho de que la administración Trump inició priorizando la expulsión, de territorio estadounidense, de ilegales latinoamericanos, medida que otorga calidad moral a las autoridades dominicanas para proceder en la misma dirección.
El hecho de que Estados Unidos esté botando de su país a ilegales libera de presión exterior a República Dominicana, máxime en momentos en que la comunidad internacional se envuelve en la guerra de Aranceles desatada por Donald Trump y a ninguna potencia ni organismo regional ni mundial se le ha ocurrido plantear condena alguna contra nuestro país, lo que de seguro hubiera ocurrido un tiempo atrás.
El diálogo que solicita el presidente Abinader es positivo partiendo de sus intereses, porque baja tensiones políticas en el liderazgo nacional y quiérase o no eso resulta favorable a la gobernabilidad, aunque terminen hablando de pelota o temas propios de hombres que no vienen al caso.No creo, empero, que Abinader vaya a dejar sin efecto las medidas anunciadas y que viene ejecutando por el hecho de que los expresidentes piensen otra cosa. Además, es lógico que Leonel y Danilo no coincidan con el Gobierno, porque su rol es precisamente hacer oposición. Cada uno juega su carta.
Leonel Fernández es un hombre educado y da muestras de cortesía al aprobar el diálogo (él fue abanderado de los diálogos cuando fue presidente),aunque sugirió que esta vez se haga con la mediación el Centro Económico y Social y en la sede de ese organismo, no en Palacio Presidencial, mientras Danilo Medina hace una contrapropuesta, invitando a Luis Abinader al local principal del Partido de la Liberación Dominicana, ubicado en la avenida Independencia.
Creo que el Gobierno está en un momento de creación de noticias. Sometió al Congreso Nacional el Proyecto de Ley Orgánica de Libertad de Expresión y Medios Audiovisuales, donde se celebrarían vistas públicas, pero le interesa fortalecer presencia mediática del tema haitiano, que no es deliberativo, es política exterior del presidente, pero le surge la idea del llamado a diálogo a los demás líderes nacionales. Algunos especulan que se pretende diluir tragedia de Jet Set.
