El gran perverso del reino animal

Por Petra Saviñón.-

Un mundo loco, de guerras, muertes por doquier, violencia callejera y entre vecinos, estafas, engaños. El estropicio avanza y todo radica ahí, en el ser humano, en sus adentros. La perversidad, el egoísmo y el afán de protagonismo destruyen este universo, al género que avergüenza al resto del reino animal.

Potencias que dueñas del mundo bombardean a otras más débiles en nombre de una democracia, de una libertad que aplasta hospitales y escuelas con personas dentro, que no son más que daños colaterales.

Una violencia a gran, mediana y pequeña escala que roba la paz y llena los cementerios y de la que nadie está exento y por tanto, todos somos propensos a padecerla. Nos vulneran las autoridades, los delincuentes comunes y la masa cargada de ira.

Nos tima gente cercana a la que  entregamos la confianza y nos devuelven puñaladas vestidas de mentiras, de excusas absurdas para ocultar el ardid más vil, la cobardía más cruel.

Seres egoístas inundan el aire, lo acongojan en su intento de sobresalir a costa de lo que sea y claro, de quien sea. Esto incluye patear, pisotear, denostar para subir a una escala que  les enriquece, les da  poder. Mas, le empobrece el alma hasta los tuétanos.

Otro grupo lo conforman los protagonistas, esos que necesitan ser mirados, ser tomados siempre en cuenta y para esto  aunque tengan fama, requieren cacarear todo lo que hacen. Una sola razón los motiva, la falta de amor propio, por más que la vistan de empoderamiento.

Por dominar, la humanidad, esa a la que fue concedido el don  de razonar, reacciona con comportamientos tan ilógicos  que la empequeñecen frente a sus compañeros del reino, que actúan con sistemas de jerarquía bajo reglas, transparencia y nunca cobijados en la traición.

Así vamos por estos caminos cada vez más empedrados, dañinos para los que deben cruzarlos  a diario y para los que colocan las piedras, que alguna vez también les tocará transitar, quizás con menos éxito que los que ya de tanto andarlos están acostumbrados.