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Derecho saber: ¿qué solicitar vía la ley 200-04?

Por Emilia Santos Frias (*)
(santosemili@gmail.com)  

 Es altamente conocido que la información pública, esa que es creada y ofrecida por la administración gubernamental; sus instituciones y órganos que ejercen función pública o accionan presupuesto público, fortalece la democracia representativa de nuestra nación. Porque permite a las personas analizar, juzgar y evaluar los actos de sus representantes, para estimular la transparencia en la gestión del gobierno. 

Para ello, contamos con la Ley 200-04, de Libre Acceso a la Información Pública, del 28 de julio del 2004, que, pese a escollos, constituye un gran paso de avance en este derecho fundamental, constitucional; un arma para combatir la corrupción, mediante la participación ciudadana en la toma de decisiones de gobierno. Además, es un derecho instrumental clave para el ejercicio de otros derechos fundamentales.

“La participación se vuelve un proceso transformador que confiere otra dinámica al sistema democrático, y que requiere canales de comunicación permanentes entre gobernantes y gobernados-as”.

La citada normativa ha procurado en 18 años, la garantía del derecho que tiene toda persona a permanecer informada y a solicitar información a las instituciones de la administración pública; a las que manejan fondos públicos, sean descentralizadas o no. Es decir, a acceder a la información que todas y todos tenemos derecho, y que está en manos del Estado.

Permite, además, que se ejercite ciudadanía social al poder las personas identificar sus derechos, por lo que, accionan para disfrutarlos, y uno de ellos, es percatarse del manejo de los fondos públicos, del patrimonio colectivo.

La Ley 200-04, como instrumento jurídico, obliga a las instituciones a transparentar sus acciones para garantizar el derecho fundamental al acceso a la información pública, que, a su vez, facilita el goce del derecho a la participación de la ciudadanía en el monitoreo de la cosa pública.

Entonces, se puede colegir que el objetivo de esta norma es claro: transparentar el manejo de los fondos públicos, y esto es posible, cuando la población solicita rendición de cuentas en la administración pública. Esto así, porque la participación social sirve como mecanismo de control, junto a la vigilancia administrativa interna y externa de las instituciones; la responsabilidad y la honestidad en los cargos, entre otros. 

La Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), es el órgano dedicado al control, vigilancia y promoción de la ley de acceso a la información pública; es una institución pública, anexa al Ministerio de la Presidencia, que también es rectora en materia de ética, transparencia, gobierno abierto, y lucha para prevención y eliminación de la corrupción en el ámbito administrativo.

Existen dos modelos de acceso a la información pública, el primero es el ciudadano; se tiene este derecho si se es ciudadano del país en el que se hace la solicitud. Mientras que, el segundo, es el que tenemos. la República Dominicana, que suscribió el modelo de que toda persona tiene derecho a la expresión e información, basado en la Carta Magna y en normas internacionales.

Como bien indica el artículo 49 de la Constitución: “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa. Toda persona tiene derecho a la información. Este derecho comprende buscar, investigar, recibir y difundir información de todo tipo, de carácter público, por cualquier medio, canal o vía…”.

Asimismo, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que en su Art. 19, enfatiza: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. El Pacto internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, en su artículo 19, aborda la libertad de opinión y expresión.

De igual forma, la Convención Americana que trata los Derechos Humanos o Pacto de San José, de 1969, en su artículo 13, precisa que: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, y este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa…

También, la Carta Democrática Interamericana (2001), que en su artículo 3, expresa: “Los Estados Partes convienen en considerar la aplicabilidad de medidas, dentro de sus propios sistemas institucionales, destinadas a crear, mantener y fortalecer normas de conducta para el correcto, honorable y adecuado cumplimiento de las funciones públicas y mecanismos para hacer efectivo el cumplimiento de dichas normas de conducta”.

Además, la Declaración de la Cumbre de las Américas de Nuevo León (2004), que indica: «El acceso a la información en poder del Estado, con el debido respeto a las normas constitucionales y legales, incluidas las de privacidad y confidencialidad, es condición indispensable para la participación ciudadana y promueve el respeto efectivo de los derechos humanos “.

En atención a esto, la Ley 200-04 en su artículo 1, expresa que: “Toda persona tiene derecho a solicitar y a recibir información completa, veraz, adecuada y oportuna, de cualquier órgano del Estado: compañías, sociedades anónimas o por acciones con participación estatal; órganos y entidades de la administración pública centralizada y descentralizadas, entre otras.

Incluye el Distrito Nacional y los organismos municipales; empresas y sociedades comerciales propiedad del Estado; órganos e instituciones de derecho privado que reciban recursos provenientes del Presupuesto Nacional; el Poder Legislativo y el Poder Judicial, en cuanto a sus actividades administrativas.

En ese sentido, la Ley 107-13 regula las relaciones de las personas con la administración, en su artículo 4, consagra el derecho a la buena administración y derechos de las personas en sus relaciones con la administración pública, donde reconoce el derecho de la población a disfrutar de buena administración pública.

Entonces, el derecho a saber me permite solicitar a una institución u órgano del Estado, la composición; características e información contenida en la nómina; sus licitaciones; proyectos; presupuestos; compras…, y la ley obliga a la persona funcionaria a entregar la información, mediante servicio gratuito. De negarse o no hacerlo, violenta la norma siempre que la negativa sea sin la justificación que ampara la ley. Por lo que, puede ser sancionado de 6 meses a 2 años, incluso, ser inhabilitado para ocupar cargos públicos por espacio de 5 años.

Esta información será solicitada ante Oficina de Libre Acceso a la Información Pública (OAI), de la institución de nuestro interés. Allí seremos atendidos por el-la RAI o representante de la OAI, responsable de velar para que se cumplan las solicitudes que realizan las personas, así como, tramitar quejas y reclamaciones. Solo cuando la institución incurra en gastos de fotocopias, éstas serán asumidas por la persona solicitante.

El plazo para la entrega de las solicitudes es de 15 días laborables, que puede ser prorrogado 10 días más, y si en esos 25 días, la persona solicitante no obtiene la información, puede demandar; interponer un recurso de amparo. Siempre que los datos requeridos no hayan sido los limitados en el artículo 17, Ley 200-04, concernientes a información vinculada con la defensa o la seguridad del Estado, clasificada como reservada por ley o por decreto del Poder Ejecutivo. Esta no será entregada para preservar las relaciones internacionales del país.

Otro tipo es la información denominada secreta, que se refiere a estrategias, y proyectos científicos, tecnológicos, de comunicaciones, industriales, o financieros…, que su revelación pueda perjudicar el interés nacional. Y un tercer ejemplo, es la información reservada o confidencial de terceros, que describe secretos comerciales, propiedad del Estado o de particulares…

En otra oportunidad continuaremos analizando los límites de la Ley 200-04; procedimientos para hacer la solicitud de información pública y  sus escollos.

Hasta pronto

 (*) La autora reside en Santo Domingo.

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Fomentar obediencia al docente propósito del Día del Magisterio

Por Emilia Santos Frias.-

Si hablamos del deber ser, de buenas prácticas profesionales, entonces, tenemos que hacer un reconocimiento a las y los docentes que cada día dentro y fuera de las aulas realizan una labor encomiable en pro del desarrollo de su nación. Concomitantemente con la buena formación y preparación permanente para seguir haciendo aportes significativos a la patria. Porque quienes conocen su función no dejan de aprender, para así servir de manera perenne. Al entender que “aprender es como remar contra la corriente, que en cuanto se deja, se retrocede”.

Reza un proverbio hindú: “con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas más; con mis alumnos todavía más”. Aseguraba el científico, ilustrado idealista Emmanuel Kant, que tan solo con la educación, el ser humano, puede llegar a ser humano, porque no es más que lo que la educación hace de él. 

Por eso, a propósito de la efeméride, recordamos y agradecemos el aporte del ilustre educador Eugenio María de Hostos que en 1880 propició la creación de la Escuela Normal Preparatoria en nuestro territorio. Y la notable contribución de la excelsa maestra y poetisa Salomé Ureña, creó el Instituto de Señoritas, a quien tributo de pie encomio por su altruismo y servicio a la nación; más tarde sustituida por las hermanas Pellerano de Castro. Del primero emergió la promoción inaugural en 1884, mientras que de la segunda egresaron los seis primeros maestros graduados, entre ellos, Félix Mejía, Arturo Grullón y Francisco José Peynado.

De igual forma, del Instituto de Señoritas, en el 1887, recibieron título de Maestras Normales, Catalina Pou, Leonor María Feliz, Ana Josefa Puello, Mercedes Laura Aguiar, Luisa Ozema Pellerano de Castro y Altagracia Henríquez Perdomo, de acuerdo a datos extraídos del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU).

Es imperioso reconocer por siempre, que las y los educadores nos moldean, al relatarnos el pasado, mostrarnos el presente y prepararnos para el futuro. Pero ese profesional que ayer fue sustitutos de las aulas, de la madre y el padre, hoy, soporta los efectos del irrespeto y la indisciplina de sus alumnos, quienes descerrajaron la función del maestro; de la maestra; ante la falta de sanción enérgica, en común acuerdo con la buena norma, el profesorado y la sociedad de padres, madres, amigos y amigas de la escuela, para sujetar dificultades dentro y fuera del aula.

Con los años también parece que se ha perdido entre docentes y discentes, valores como la tolerancia, trabajo en equipo, seguridad, la armonía, el diálogo y la protección entre los actores del sistema de educación, carencia que genera violencia escolar, junto con la influencia de acciones propia de la transculturación. A esto se suma el descuido de la familia en su rol protagónico de ser la primera escuela. ¡Sin duda hoy más que nunca urge rescatarlo!

Es bien sabido que el docente es capaz de enseñar y transmitir correctamente conocimientos a las alumnas y los alumnos. ¡Es un sacerdocio, en el que se asumen grandes sacrificios en favor de la transmisión de la cultura! Por tanto, no es justo recibir el desprecio y la violencia de los discentes. ¡Reflexionemos!, aprender sin reflexionar es una ocupación inútil, aseveraba el destacado educador Confucio.

Las y los docentes realizan esfuerzos mayúsculos para hacernos partes y generar interés en nosotros-as por el aprendizaje, para que obtengamos desarrollo personal y social; aptitudes para la comunicación, capacidad de interacción o creatividad. Para formar liderazgos; contribuir a que alcancemos objetivos, en fin, abrirnos la mente a nuevas puertas de desarrollo, mientras mantenemos respeto y devoción hacia el buen docente. 

“Un buen maestro puede crear esperanza, encender la imaginación e inspirar amor por el aprendizaje”, ¡no lo olvidemos!Como solía expresar el científico más importante del Siglo XX, Albert Einstein: el estudio nunca debe considerarse una obligación, pero sí una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber. Respeto a las maestras y los maestros dominicanos. ¡Ovación a su labor y vocación de servicio!

Hasta la próxima entrega 

(*) La autora reside en Santo Domingo.

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Urge que los Estados ofrezcan servicios de salud oportunos y eficientes migrantes

Por Emilia Santos Frías (*)
(santosemili@gmail.com)   

La persona migrante como todo ser humano, posee derechos fundamentales, inherentes, que deben ser garantizados por todos los Estados para proteger su dignidad; su valor intrínseco o íntimo. Esos son los derechos que nos acompañan durante toda la vida y en cualquier circunstancia; que nos guían con su doble función a vivir en igualdad con nuestros semejantes y a mantenernos vigilantes en la defensa de nuestras libertades sociales, políticas, económicas y culturales. 

Siendo los derechos humanos universales, porque pertenecen a las personas; imprescriptibles, es decir permanente mientras se posee vida, y además, inviolables, nos cuestionamos ¿por qué resulta tan difícil para los gobiernos de los países de las rutas de migrantes, como la región del Triángulo del Norte de Centroamérica hacia los Estados Unidos, proporcionar servicios de salud oportunos y suficientes? 

¿Por qué tantas barreras para que las personas migrantes accedan con facilidad a servicios de salud pública?, sin duda, así no garantizan derechos humanos, las trabas que colocan solo desprotegen a esta población.

Solo en la región del Triángulo del Norte de Centroamérica hacia los Estados Unidos, más de 300 mil migrantes, padecen todo tipo de peligro, en un viaje peligroso y duro;  expuestos además, ante necesidades de salud, siendo más vulnerables las mujeres y niñas que emprenden esa ruta, de acuerdo a investigaciones de la Universidad de Texas en Austin. El número sigue en aumento.

Por esta razón, es perentorio que los gobiernos y las organizaciones humanitarias entre otros temas, también aborden los insumos, servicios de salud sexual y reproductiva. Su entrega de manera confidencial, sin requisitos que a la persona migrante, como solicitarles documento de identidad o llenado de una larga historia clínica. Es necesario el acceso a anticonceptivos, antirretrovirales y productos menstruales. Para nadie es un secreto los peligros que asechan a la población migrante, uno de ellos es la violencia sexual.

Al mismo tiempo, los Estados de todo el mundo deben de forma sistemática promover el autocuidado de la salud, mediante la entrega gratuita de kits de anticoncepción de emergencia, de anticonceptivos reversibles de larga duración y de consejería adecuada. Eliminar procedimientos y procesos burocráticos que sólo logran violentar derechos humanos de las personas migrantes.

Hace ya 43 años que la Convención sobre la Eliminación de  Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), nos preciso que los derechos de la mujer también se violan cuando se le impide obtener atención medica o se somete a prácticas tradicionales que la dañan física y mentalmente. 

¡Preservemos la vida de nuestras niñas y mujeres!; esto se logra si dejamos de hacer caso omiso a sus necesidades. Es tiempo de crear nuevas políticas públicas, fortalecer las normas y operativizar las acciones de protección a derechos. Es preciso promover una migración segura y para dejar de infringir  derechos de las mujeres.

Durante el año 2021, la Policía de Fronteras de los Estados Unidos detectó a 684 mil personas extranjeras del Triángulo del Norte en la frontera Suroeste del país, de los cuales 309 mil eran hondureños, 279 mil guatemaltecos y 96 mil salvadoreños. Diecisiete por ciento eran menores de edad, sin compañía adulta; 39% viajaban como familia y un 45% adultos solos.

La naturaleza clandestina de la migración, la falta de documentos, el miedo a presentar documentos de identificación, la corrupción sistemática en autoridades que deberían proteger a la persona migrante, las pandillas delincuenciales o maras y las bandas criminales, entre otros, son parte de los enormes escollos que enfrentan las personas migrantes, afirma  Milka Dinev, asesora regional del ForoLAC y funcionaria de la Coalición Global de Suministros de Salud Reproductiva.

“Las personas migrantes dejan sus países por razones socioeconómicas; desastres naturales que les hacen perder todas sus pertenencias; seguridad personal y falta de buen gobierno. El viaje puede durar entre 3 meses a 2 o 3 años, ya que, muchos deben ir trabajando en el camino para poder financiar el viaje. Son discriminados, no solo por su estatus migratorio, también por su pobreza; falta de educación; habilidades de trabajo y de conocimiento de las rutas de viaje”.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, que compromete a los Estados, expresa que toda persona tiene derechos, entre otros, a la salud y al bienestar; a la asistencia médica. Por lo que, los Estados tienen obligación con los derechos sexuales y reproductivos, con el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad. Carga una deuda pendiente: eliminar la violencia hacia la mujer y la niña; las desigualdades de poder; propiciar equilibrio en la sociedad.

Es bien sabido que las mujeres y niñas migrantes inician el viaje de manera fatalista, ya que, toman por sentado que serán víctimas de violencia de todo tipo, y de violación sexual como  parte del proceso para llegar a los destinos fijados, específicamente al Norte. De ellas, 80% son violadas durante el tránsito. Mientras los protocolos de atención a migrantes presentan carencias abismales en su cumplimiento. Las trabas y requisitos burocráticos de los Estados, les ahuyenta. A todo esto, se suma el alarmante porcentaje de tráfico y trata de mujeres jóvenes y niñas.

Esa obligación de los Estados con el ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos está también concebida en las metas, que se fijó el mundo para gestionar bienestar colectivo, hablamos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que busca entre otros temas, erradicar la pobreza extrema y el hambre; promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades…

Hacemos un llamado apremiante al acceso a servicios de anticoncepción que proteja a mujeres y niñas de un embarazo no deseado y enfermedades de transmisión sexual. Las migrantes permanecen suficiente tiempo en el mismo lugar, donde pueden con políticas públicas pertinentes, acceder a servicios de salud. No basta con la solidaridad en albergue, ropa y algunos productos de higiene, que ofrecen las agencias humanitarias.  

Latinoamérica tiene entre los países con mayor cantidad de migrantes internacionales, a  Argentina, seguido de Colombia, Chile, México, Venezuela, Brasil, Haití, Cuba, República Dominicana, El Salvador Perú, Guatemala, Ecuador, Argentina, Honduras, Bolivia, Paraguay, Nicaragua, Uruguay, Costa Rica y Panamá, según da cuenta el informe del año 2020 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). 

Ante lo descrito precedentemente, los gobiernos están en el deber de actualizar constantemente los planes nacionales de salud; de derechos humanos, para garantizar justamente eso, así como, para aportar seguridad, servicios y justicia a la mujeres y a las niñas.

 Asimismo, es necesaria la capacitación y sensibilización sistemática de todo el personal de la administración pública: administradores de salud, justicia; ministerio público, militares y policías que accionan protección a derechos fundamentales desde las distintas instituciones de los Estados, que como dice la maestra Regina Félix, en la investigación realizada acerca de la trata de personas, denominada: «Hijas de la Gran Puta», situaciones como las que nos convoca este escrito,  parecieran que «se les escapan a las autoridades, mientras, los controles no funciona al nivel que esperamos». La deshumanización arropa hoy más que nunca a la sociedad y como es bien sabido, los Estados siempre fallarán cuando no tienen ni muestran intención de proteger.

Hasta pronto.
(*) La autora reside en Santo Domingo.

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¿Cómo aportar al combate de la trata y el tráfico de personas?

Por Emilia Santos Frias
(santosemili@gmail.com) .-    

“La trata de personas es una violación a los derechos humanos que envuelve abuso y explotación”. Ante esta realidad, es pertinente que la población dominicana se comprometa en ser vigilante, accionar para identificar y suprimir la trata y tráfico de personas de nuestro territorio. Al tiempo de, adoptar políticas públicas que permitan la inclusión social de las actuales víctimas, para permitir su inserción laboral y educativa, tal como plantea el Plan Nacional de Derechos Humanos, 2018-2022.

La realidad es desgarradora: “el tráfico de seres humanos y  la introducción, paso y  salida  ilegal  en diferentes países del  mundo  se  ha  convertido en  un negocio que genera enormes beneficios para los traficantes y  para los sindicatos del crimen organizado, que unido a los altos niveles de pobreza, desempleo y  factores  sociales  y  culturales, como  la violencia hacia la  mujer, niños,  niñas  y  adolescentes, la discriminación por  sexo en la familia y  en la comunidad, la feminización de la  migración laboral en  los países de  origen,  pueden obligar  a  los migrantes potenciales  a recurrir a las redes del crimen”.

En materia legislativa hemos avanzado para reducir esta problemática, pero, es imperioso hacer mayores esfuerzos. Nuestra Carta Magna en su artículo 41, prohíbe la esclavitud, la servidumbre, la trata y el tráfico de personas. Asimismo, la Ley 37-03, sobre Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas, en su artículo 13, promueve el desarrollo de políticas con miras a prevenir y combatir la trata de personas, por ende, su explotación sexual y laboral. Acciones secundadas además, por la Ley General de Migración, Ley 285-04,  y Reglamento Decreto 613-11.

De igual forma, la Constitución, también prevé en el artículo 42, que toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica, moral y a vivir sin violencia., siendo protegido por el Estado en casos de amenaza, riesgo o violación. En consecuencia: ninguna persona puede ser sometida a penas, torturas o procedimientos vejatorios que impliquen la pérdida o disminución de su salud, o de su integridad física o psíquica. Sin embargo, a las víctimas le son violentados todos sus derechos fundamentales.

Asimismo, para accionar amparados a normativas internacionales, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y niños y el Protocolo Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes por Tierra, Mar y Aire, el desafío está en capacitar a  las autoridades que trabajan en la prevención de la trata y tráfico.

Además, es necesario que el Estado recuerde su compromiso con la modernización del marco legal, el fortalecimiento del sistema de gestión y control de los flujos migratorios, de cara a las mejores prácticas internacionales y al respeto de los derechos de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo. Para poder vivir respetando y mejorando la libertad de los demás, como nos sugirió el gran activista y filántropo, Nelson Mandela.

No olvidemos que la participación social es importante para reducir este mal, por lo que, es necesaria la realización de campañas masivas de concienciación dirigida a la población en materia de trata y tráfico de personas, para que ejerzan ciudadanía social. También, fortalecimiento por parte del Estado, de las alianzas interinstitucionales y de colaboración para la erradicación y control de la trata y el tráfico. Así como, la creación de programas y mecanismos de atención integral a las víctimas de trata y tráfico.

El recordado independentista estadounidense, Thomas Jefferson, con su frase, “El precio de la libertad es la vigilancia eterna”, hoy ante esta problemática, nos llama a  reflexionar.

Hasta pronto.

La autora reside en Santo Domingo, es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Accionemos para reducir el cambio climático: un desafío mundial

Por Emilia Santos Frias
(santosemili@gmail.com)

«El cambio climático tiene un profundo impacto en la supervivencia y el desarrollo de la humanidad. Es un gran desafío para todos los países», dice Hu Jintao, presidente de la República Popular China, y estamos de acuerdo con su premisa.

El preocupante cambio climático, definido como la variación global del clima de la Tierra, producido por causas naturales y las malas acciones que realizamos, entre ellas, la tala y quema de bosques; deforestación, deflagración de combustibles fósiles, el impacto de la agrícola y el transporte, hacen posible la retención del calor del Sol en la atmósfera, es decir, el efecto de invernadero y la producción de gases, como dióxido de carbono, óxido nitroso y metano, asolan la salud humana.

Estas malas prácticas nuestras hacia la casa de todos: el planeta Tierra, propicia el aumento del calentamiento global, de la temperatura, modifica patrones de la lluvia, nieve y el alza del nivel del mar, contribuyendo a sequías y tormentas; reducción ecosistemas y otros daños irreversibles a la población, que hacen a su vez, más vulnerable a América Latina y el Caribe.

Es por ello, que además del avance; expansión de la digitalización y control de la información a nivel global, en este siglo XXI es un gran reto velar por la vida humana, que está reducida por el calentamiento global.

Algunas acciones mínimas con las que podemos contribuir a contrarrestar el cambio climático, a reducir el calentamiento global,  es apagar las luces de nuestros hogares y oficinas cuando no las utilizamos; usar bombillos de bajo consumo; desconectar aparatos electrónicos, cuando no los aprovechemos, así ahorramos energía; reducir residuos o desechos, reutilizando recipientes; economizar agua; consumir más vegetales y menos carnes, por los gastos que encierra su producción, entre otros.

Además, consumir productos agrícolas nacionales, que en su producción las empresas hayan sido respetuosas con el medio ambiente, entre otros. Pero no olvidemos que:” La herramienta más eficiente para combatir el cambio climático somos nosotros».

Nuestra Constitución establece en su artículo 194 que: “Es prioridad del Estado la formulación y ejecución, mediante ley, de un plan de ordenamiento territorial que asegure el uso eficiente y sostenible  de  los  recursos  naturales  de  la  Nación,  acorde  con la necesidad de adaptación al cambio climático”.

Por lo que, siendo también, un Estado  Social y Democrático de Derechos, para garantizar a la población derechos  civiles, políticos,  económicos,  sociales,  culturales, deportivos, colectivos y medioambientales, adoptó mediante el Decreto 269-15, que creó la Política Nacional de Cambio Climático, gestionada por el Ministerios de Economía, Planificación y Desarrollo, el Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL).

La estrategia, está basada en nuestras leyes vigentes, y en los instrumentos del Sistema Nacional de  Planificación  e  Inversión  Pública. Asimismo, en los compromisos establecidos mediante acuerdos internacionales,  en procura, a largo plazo, de la reducción del cambio climático.

El Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio, ha precisado, que: “El impacto del cambio climático pone en peligro  el desarrollo institucional, económico, social y ambiental de los países en vías de  desarrollo,  en  particular  los  pequeños  Estados  Insulares como  la  República Dominicana, donde la vulnerabilidad a los eventos climáticos se ha acentuado en las últimas décadas”.

De igual forma, el Plan Nacional de Adaptación para el cambio climático en la República Dominicana 2015-2030 (PNACC RD).  Un país resiliente frente al cambio climático, coordinado por el Consejo Nacional para el  Cambio  Climático  y  Mecanismo  de Desarrollo  Limpio,  el  Ministerio  de  Medioambiente  y  Recursos  Naturales,    el  Programa de  las  Naciones  Unidas  para  el  Desarrollo  (PNUD) y el Fondo  para  el  Medioambiente Mundial  (FMAM).

Además, por el Proyecto Tercera  Comunicación  Nacional  de  la  Convención y  Naciones  Unidas  sobre  Cambio  Climático, en interés de enfrentar los impactos del cambio climático, mediante un enfoque coordinado y estratégico, que priorice la vida en armonía con la naturaleza, debido a la urgencia que existe de proteger el medio  ambiente,  cambiar  hábitos  en la producción y consumo.

Por eso, y otras conjeturas, hoy 24 de octubre conmemoramos el Día Internacional contra el Cambio Climático, en busca de concienciar a la población acerca de los efectos nocivos y devastadores del cambio climático en el planeta.

Sin dudas como dice la joven activista medioambiental, Greta Thunberg: «Nos estamos enfrentando a la sexta extinción masiva y el ritmo de extinción es 10 mil veces más rápido de lo normal. Por eso, quiero que escuchen a los científicos, que nos unamos con la ciencia, y luego, quiero que actuemos».

Hasta pronto.

 

-La autora reside en Santo Domingo. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Chispas!

Garanticemos derechos desde nuestros oficios, profesiones y arte

Por Emilia Santos Frias
(santosemili@gmail.com)

 

Mi espíritu de persona alegra, empática, cortés con quienes me rodean, y quizás, por ser hija de un hombre jocoso, alegre, tal vez, me llevó  de niña, sin proponérmelo, a amar la comedia; obra dramática, con elementos que divierten, hacen reír y siempre tiene un desenlace feliz. Los griegos, inmensos en aportes a la humanidad, la descubren para nuestra satisfacción hoy en día.

Este género literario que es una combinación entre personajes serios y cómicos, me gustaría ahora que por segunda vez abordo el tema, verlo en mi país, ejerciendo su compromiso social con mayor fuerza. La exhortación la hago con la sencillez que  me caracteriza. Los amables comediantes dominicanos, si casi siempre son los hombres que cometen dislates, deben procurar que sus escenas contribuyan a garantizar derechos humanos, derechos fundamentales en cada entrega.

Es preciso que dejemos de ser parte de la cultura que pese a los adelantos de la ciencia, alcances de derechos por parte de la humanidad, continúa haciendo todo lo posible con sus actos, acciones o forma de interactuar, para Invisibilizar conquistas que costaron tanto, que vulneran libertades.

Desde la comedia, por ejemplo; un arte maravilloso, ejecutado por personas y profesionales que  les gusta hacer feliz a sus semejantes mediante la risa, también podemos contribuir a elevar el nivel educativo, el accionar o ejercicio de ciudadanía social de nuestra población. Como hizo Aristófanes en Grecia; un auténtico maestro. En nuestro país, en la vieja escuela tenemos los aportes de César Augusto Victoria Suazo (Cuquín Victoria), para citar a mi comediante preferido. Su arte impactó nuestra niñez, también por su corte sano, inocente, cargado de bondad. Él es norte a imitar.

Se pierde más de lo que se gana cuando se ultraja a una femínea por el color del pelo, la ropa que use, la moda, su tipo de pelo, su color de piel, estado civil, condición socioeconómica…, igual ocurre cuando nos burlamos, “buscando risas”. La verdad es que no tiene nada de gracioso, y ¡lo sabemos!. Entonces porque seguir trillando ese camino…, estando al tanto de dónde conduce. Más que risa da pena. Nuestra sociedad merece un cambio de mentalidad, y debe cambiar. ¡Ayudemos a que surja!

Es necesario, con el concurso de todas, de todos; comunicadores sociales, artistas, cronistas de espectáculos, actores y actrices; comediantes, cómicos y las personas hoy llamadas influenciadoras, proyectar en nuestro actos dirigidos a públicos, respeto por los derechos fundamentales, como el libre desarrollo de la personalidad, el honor personal, la dignidad humana, la igualdad entre hombres y mujeres; libertad de conciencia y de culto, en fin, protección a las personas sin importar edad. Vivir en  libertad es salud, quitemos las amarras, hacerlo es fácil.

Para hacer reír no tenemos que denostar, burlarnos, discriminar, injuriar, blasfemar; no es necesario. Seamos garantistas, hoy en día tenemos leyes que amparan al ser humano en todos los ámbitos, situaciones y derechos. Abracemos la tolerancia, es un derecho tan importante que lo celebramos dos veces en el año.

Recordemos que toda persona tiene libertad de expresión e información, para difundir libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, pero el disfrute de estas libertades se debe ejercerse respetando el derecho al honor, a la intimidad, así como a la dignidad y la moral de las personas, en especial la protección de la juventud y de la infancia, indica nuestra Carta Magna, ley de leyes, en su artículo 49.

El uso en nuestro país del cuerpo de la mujer como objeto en comedias populares, comúnmente en la televisión nacional, y en la publicidad, ha traído secuelas perjudiciales. Es bien sabido como con ellos se ha invisibilizado derechos, conquistados con tantos macros esfuerzos, en los cuales millones de seres humanos perdieron la vida para que se crearan y garantizaran.

Desconstruyamos  la cultura machista, mediante aportes a una sociedad que necesita desaprender para aprender a respetar, a ser garantista, a ver e interiorizar en la psiquis, que hombres y mujeres nacen iguales en derechos y así deben desarrollarse y complementarse. Dejemos de ofender y ultrajar con el lenguajes, recordemos que todo lo que hacemos y decimos a través de los medios de comunicación de masa, la población lo reproduce.

Hasta la próxima entrega.

 

La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom.

Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Volvámonos Dios, agradezcamos su misericordia y adorémosle

Por Emilia Santos Frias.-
(santosemili@gmail.com)

Cada vez que escucho a alguien dudar de la existencia de Dios, del Padre creador, misericordioso, protector, siento gran desazón. Nos negamos a reconocer su existencia, validada incluso en la nuestra, en todo lo que vemos y lo que no, lo posible y lo imposible para nosotros, en todo ello está su omnipresencia y omnisciencia; su poder y conocimiento.

Sin embargo, como persona garante de derechos, respeto a cabalidad la filosofía de vida de mis semejantes, su libertad de culto y credo. Pero, la negativa de algunas personas, entre ellas, letradas, quizás, por aquello de que casi siempre, los cientistas riñen con la fe, me hace reflexionar bastante acerca de cómo es posible, que a más de un año viviendo con una pandemia mundial, en la que Dios nos ha acompañado, y en la que hemos perdido tantas vidas, pero él ha estado a nuestro lado, aun así, algunos duden de su existencia.

Cómo es posible que no seamos capaces de verlo cada día en esa sonrisa que nos brindan, en cada acción que emprendemos; en el bienestar; al despertar, al vivir en paz; tener abrigo, cobijo y quien nos ame. Él está presente también en esa persona enferma que fue levantada, en esa fuerza que nos impulsa estudiar, a destacarnos, y ascender.

Él está en la salud, y cuando atravesamos pruebas, nunca nos deja a solas. Aparece en esas pequeñas y grandes cosas que nos regala la vida…, ¡es tan fácil identificarlo!, Es real, pero, si no lo vemos en todos los ejemplos que tenemos en nuestro alrededor, que dan cuenta de él y de su misericordia, entonces, solo debemos buscar dentro de nosotros mismos…, y lo hallaremos.

Amables, amigas, amigos, con todo el respeto, no seamos incautas-os, Dios cada día hace grandes obras en nosotros,  !reales!; las vemos y lo sabemos. ¿Cómo podemos desconfiar de su existencia?

S prudente que estar consciente de que, no debemos ir al Todopoderoso por moda o por dolor, sino, que es mejor llegar a él por amor; en alegría, agradeciendo cada regalo que nos brinda diariamente. Sin fanatismo, ni adocenamiento.

Resulta que, Dios obra con perfección y con el tiempo justo para ti, por eso es necesario dejar en sus manos todas nuestras preocupaciones, sabemos que él jamás va a fallarnos. ¡Reflexionemos, tenemos tanto por que agradecer!

“Buenas cosas vienen para aquellos que creen y cosas mejores llegan para aquellos que son pacientes” y “solo con Dios guiando el camino encontraremos fuerzas, coraje y el valor para seguir adelante y también honrarle con nuestro éxito”.

No dejemos de orar, de agradecer al Creador, que cada día libra inmensas batallas en nuestro nombre, que nos crea el camino para que transitemos sin obstáculos. Aprendamos a amarlo y a creerle. Oremos con fe, es bien sabido que, “las oraciones no tienen fecha de vencimiento, y aunque pensemos alguna vez que Dios se olvidó de lo que rogamos, no es así”.

Dice un refrán que quienes se arrodillan ante Dios, tienen fuerzas para enfrentarse a cualquier cosa, y el Salmo 36:7, nos recuerda su gran amor, donde: “Todo ser humano halla refugio a la sombra de sus alas”. ¡Gracias Padre, por tanto, alabado sea por siempre tu santo nombre!

No olvides querido lector, si todavía estás negado a creer, sumido en congoja o mirando al suelo, entiende que él es real,  solo nuestra fe en el Creador, y las correctas acciones, nos impulsarán no solo a mirar, sino también, a alcanzar el cielo.

Hasta pronto.

La autora reside en Santo Domingo. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Construyamos felicidad con acciones simples pero fuertes

Por Emilia Santos Frias
(santosemili@gmail.com).- 

Hemos escuchado y usado mucho la palabra diosidencia, con la que nos referimos a casos y cosas que ocurren en nuestras vidas,  y que solo pueden ser explicados o responden a mandato divino. Justamente esto es lo que viví recientemente, cuando me encontré con el canal de YouTube, y las indicaciones del reconocido gestor cultural, Freddy Ginebra. El maestro del creativo, recordado, refrescante, educativo y divertido programa: Dígalo como Pueda, hablaba de la felicidad.

Tenía planeas de hacer otra cosa, pero el también fundador de Casa de Teatro, me mantuvo cautiva durante su monólogo. El tema tan interesante como el mensaje: construir cada día felicidad, pero, ¿cómo se construye?, ¿podemos erigirla con magia?

El llamado duende, escritor destacado, explicaba que toda persona tiene motivos para sentirse desgraciada o para ser feliz, que es solo cuestión de elegir uno de esos dos bandos. Por tanto, yo elijo el segundo, para también hacerle caso cuando expresó que no podemos atarnos al pasado, sino, por el contrario, vivir nuestra vida intensamente, construyendo felicidad. Donde podamos perdonar sin guardar rencor.

Es aquí donde entra la diosidencia que viví.  Sus palabras fueron usadas por Dios, que me permitió ser parte de un liberador, sanador acto de perdón. A él, el poder y la gloria. Su gracia y protección estuvo y ha estado siempre al lado de quien le cree y lo honra.

Este hombre versado, que usa la cultura, la educación, el arte para construir mejor ciudadanía, para procurar que su prójimo sea feliz, enfatizó que además, de aprender a perdonar sin rencor, debemos perdonarnos y seguir adelante, sabiendo que, cada día es una nueva oportunidad para vivir. Yo le creo totalmente.

Cuántas enseñanzas en las palabras del duende, que enfatizo, fueron guiadas por la divinidad, Dios lo esgrimió para que, al testimoniar su vida; su trayectoria y la de algunos amigos, impactara  a quienes les escuchara. Para sacudirnos y mostrarnos que podemos aprender a vivir  sin apego a banalidades, abrazando cosas y actos que parecen simples como dar, ayudar, cooperar, ser solidarios, contribuir con causas sencillas, grandes o pequeñas, y sin esperar recibir a cambio por el favor ofrecido.

No hay fórmula para la felicidad, pero esta tiene receta. Veamos algunos ingredientes que nos regala Freddy Ginebra: visitar a nuestra madre o padre, o ambos, cuando estén o no necesitados; a la amiga, al amigo enfermo, porque en la alegría todos llegan, siempre estamos rodeados de personas. Pero cuando les necesitamos realmente, allí es donde se conoce el alma solidaria. Otro componente es vivir con actitud positiva y tener a Dios en nuestra vida.

¡Qué les parece! Yo lo abrazo, porque sé que es lograble, ¡vale todo el esfuerzo  construir  felicidad! Dios nos guiará por el camino, si le pedimos su pauta. Como dijo Facundo Cabral, al parafrasear Los Evangelios: “Mira los lirios del campo como crecen sin trabajar ni tejer, pero Dios igual los viste; ni siquiera Salomón, lució jamás como ellos, pues si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa al fuego, el Señor la pinta bella, ¿qué no habrá de hacer contigo que fuiste hecho a semejanza de Él? Seamos felices, amigos, amigas.

Accionemos para alcanzarla. Recorramos su camino, aceptemos lo que nos apesadumbra, perdonemos hasta a quien más nos lastima, tengamos clemencia con esa persona. Respetemos la diversidad de criterios. Aprendamos a sonreír, es un excelente remedio para el dolor, la sonrisa también nos guía a la felicidad, y esta es la salud del alma.

Hasta la próxima entrega.

-La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Un país rico en cultura

Por Emilia Santos Frias
(santosemili@gmail.com)

La República Dominicana, nuestro país, es tan rica en costumbres y manifestaciones artísticas, populares, culturales, como en áreas protegidas, verdor, especies únicas, animales y vegetales. Durante siglo se ha legado la herencia cultural de generaciones en generación poblacional, incluso hoy donde lo foráneo quiere mermar las expresiones autóctonas, y la juventud tiene tanta presión a través de los medios de comunicación; con mayor frecuencia en las redes sociales por el bombardeo de tradiciones disímiles, nuestras costumbres siguen firmes.

“La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir”.

Se dice que el folclore como la cultura, es la mejor forma de identificar al ser humano. Esta, como derecho difuso e interés colectivo, no pertenece a nadie en concreto, sino a todas las personas, es por y para el pueblo.

Lo cierto es que, somos un pueblo diverso, rico en arte, tan variado como su etnia poblacional, artesanía popular, música, ritmos como el merengue, la bachata y la salsa. Somos una población que tiene música por dentro y por fuera, un pueblo musical, que camina y vive al ritmo de la música. “El baile es una escultura en movimiento”.

Desde el Siglo XIX tuvimos mayor resplandor en una de las siete Bellas Artes: la pintura. En este caso la dominicana, obtuvo mayor auge con la llegada de artistas e intelectuales emigrantes, a causa de la Guerra Civil Española. Asimismo, refulgencia en la escultura. Al mismo tiempo, nuestra costumbre, propia de nuestro folklore autóctono, se ha mantenido fortalecida y ataviada con su indumentaria colorida. Ni hablar de la belleza y diversidad del carnaval dominicano, otra estampa de identidad.

Estos derechos culturales, también son derechos humanos y fundamentales de nuestra población. De acuerdo al artículo 64 de nuestra Carta Magna, ley de leyes: el pueblo dominicano tiene derecho a participar y actuar con libertad y sin censura en la vida cultural de la Nación, al pleno acceso y disfrute de los bienes y servicios culturales, de los avances científicos y de la producción artística y literaria.

Para ello, el Estado protegerá los intereses morales y materiales sobre las obras de autores e inventores. Establecerá políticas que promuevan y estimulen, en los ámbitos nacionales e internacionales, las diversas manifestaciones y expresiones científicas, artísticas y populares de la cultura dominicana e incentivará y apoyará los esfuerzos de personas, instituciones y comunidades que desarrollen o financien planes y actividades culturales.

Además, garantizará la libertad de expresión y la creación cultural, así como, el acceso a la cultura en igualdad de oportunidades y promoverá la diversidad cultural…, reconocerá el valor de la identidad cultural, individual y colectiva, su importancia para el desarrollo integral y sostenible, el crecimiento económico, la innovación y el bienestar humano, mediante el apoyo y difusión de la investigación científica y la producción cultural.

En ese sentido, protegerá la dignidad e integridad de los trabajadores de la cultura; el patrimonio cultural de la Nación, material e inmaterial, está bajo la salvaguarda del Estado que garantizará su protección, enriquecimiento, conservación, restauración y puesta en valor.

Por lo que, los bienes del patrimonio cultural de la Nación, cuya propiedad sea estatal o hayan sido adquiridos por el Estado, son inalienables, es decir, es decir, no se puede enajenar, ni transmitir, ni ceder, ni vender. Además, son inembargables; no pueden ser embargados y son imprescriptibles; no pierden vigencia o validez.

Sin dudas, somos parte de una etnia bendecida en folklore, diversa en sabor, color y memorias artísticas. En utensilios, artesanías, tejidos, trabajos en madera, juegos, tertulias, actividades religiosidad, para las necesidades espirituales, las que reflejan la cultura empírica dominicana, esa que nos transmitieron nuestros antepasados y que transmitiremos a nuestros ascendientes o sucesores.

Aquel encuentro entre dos mundo en 1492: África y Europa, sigue presente en nuestro andar cultural,  que junto a los grandes vestigios de la población aborigen, hacen inmensamente característica las costumbres y raíces de nuestro pueblo, porque, mediante la cultura podemos transmitir valores, expresarnos, buscar formas incansables de transcendencias, por aquello de que, “la cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad”.

Por eso, queridos amigos, amigas, no olvidemos fortalecer, ejercitar y proteger nuestros derechos culturales, la cultura nos sobrevive. “Ella es lo que, en la muerte, continúa siendo la vida”.

Hasta pronto.

 -La autora reside en Santo Domingo. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Agradezco Dios: fuente de juicio y bendición

Por Emilia Santos Fria
(santosemili@gmail.com)

“Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; porque para siempre es su misericordia”, expresa Salmo 106:1. Hoy estas líneas serán utilizadas para agradecer a Dios por su bondad, gratitud y bendiciones. Porque aun en tribulación, ante él pusimos nuestra confianza y él obró, como dador de vida. Él nos ofreció paz, debido que, sabe recompensar a quienes les creen. Por eso, hoy más que nunca por la paz y los dones otorgados a mi familia, en alegría, tengo más que razones para agradecer su inmensa misericordia, abrigo y auxilio en la tributación, como nos dice en La Biblia.

Al Dios creador de todo lo posible e imposible, a ese que ha dado salud, bendición y protección a mi familia, a él quiero alabar; agradecer, abrazar. Gracias Padre amado,  porque tu amor ha sido tan misericordioso que nos has concedido milagros, cuando podíamos creer que todo estaba agotado. Gracias Padre, citando el Salmo 9:1, “quiero alabarte, Señor, con todo el corazón, y contar todas tus maravillas”. Gratitud eterna por esos prodigios realizados en mi madre, sus hijas y toda su descendencia.

Hoy Señor nuestro norte es abrazar el vía lucis, ese camino de la luz, que nos dejaste  como herencia. Además, exaltar tu vida; vivir tus regalos con júbilo y gratitud. Agradecimientos por la salud física y la salud del alma. ¡Gracias Padre!.

¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los seres humanos!, nos manda Salmo 107:8. Estamos contestes de que para Dios no existe quimera, pero tenemos que creerle y establecer una relación personal; clamarle, escucharle, dejarnos guiar y esperar en él, que él hará, como dice su palabra. Pedir con fe, con fuerzas y agradecer su obra en nosotros. Eso es lo que hoy reitero. Dar gracias a  Dios por tanto, por su magnificencia, por su amor, por su  piedad con nosotros. Por eso también, te invito a buscarle, su bendición y maravillosa guía; su protección y abrigo. Así como, su amor, que no tiene fin.

1 Crónicas 16:8, nos dice, “alabad a Jehová, invocad su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras”, y eso es lo que procuramos, porque él no tuvo reparos al extendernos las manos en cada ocasión que le hemos llamado.

“Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna”, manifiesta 1 Crónicas 16:34. Te damos gracias, hoy, mañana y siempre Padre amado, agradecida de tu magnanimidad  viviré eternamente».

Hasta una próxima entrega.

La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

 

 

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El Periodismo apegado valores éticos y morales es plataforma de la libertad

Por Emilia Santos Frias
(santosemili@gmail.com)
“Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”, dijo el periodista polaco Ryszard Kapuscinski.
Ser periodista y desarrollarme en la sensible y solidaria profesión de Periodismo, en la que, a la fecha llevo 26 años en ejercicio, en los cuales he accionado apegada a valores éticos y morales, inculcados en el hogar y reforzados en la academia: en la amada Universidad Autónoma de Santo Domingo, nuestra UASD, que nos forma para la ciencia y para desarrollarnos en la vida, ha sido más que libertad, es un inmenso honor.
En una profesión diseñada para personas sensibles, comprometidas, solidarias, dispuestas a actuar con la verdad y precisión; independencia, es decir sin ponderar intereses específicos, sino, el bien de la colectividad y actuar con equidad; también, tenemos que convivir con el intrusismo de personas; en ocasiones con bloqueos educativos  y baja escolaridad,  grandes traspiés, para actuar en una ciencia que implica cultura general.
Lastimosamente, ese intrusismo es cada día más abundante, debido a que, nuestra hermosa profesión de orientación y servicio, seduce a quienes, sin academia o sin estudios, ven en ella, solo las mieles, pero no el compromiso y los sacrificios. Vienen al Periodismo a desahogar vanidades, a usurpar el lugar, de quienes hacen importantes las noticias: los verdaderos hacedores de historias orientadoras y educativas, gracias a que viven inmersos en un océano de sabiduría, pero con los pies en la tierra, aportando  la disminución de la desigualdad social. ¡Vivimos con esa roña, y la denunciamos constantemente, porque es posible que esa caracha, por inobservancia y desconocimiento, abrace delitos para alcanzar propósitos!.
“Pon tu esfuerzo y dedicación en lo que realmente estás preparado, no en lo que no te corresponde”, dijo el fabulista Esopo.
 Por eso, desde los gremios y las academias, como parte de la membresía y como docentes, contribuimos a que nuestros-as periodistas, se formen en valores universales, como el respeto, la libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad, la honradez, la solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz, entre otros, para que en su ejercicio profesional, los observe y actúen apegados a nuestra Carta Magna, códigos deontológicos, normas nacionales e internacionales.
Y aunque “donde quiere se cuecen habas”, ser parte de una de las 10 profesiones más riesgosas del mundo, donde el sentido de responsabilidad y servicio danzan como uno solo, para mí ha sido una grata distinción, desarrollarme en ella. Aportar a la sociedad donde pernoto y me he formado. Sé que es la plataforma que Dios me regaló para hacerlo.
Hoy en víspera del Día Nacional de las y los Periodista, envío un fuerte abrazo de felicitaciones a mis colegas; conocedores de lo que implica ser periodista, porque estudiamos Periodismo, y lo ejercemos de forma responsable, respetuosa; llevando a la población, información veraz y oportuna, que eleva la dignidad de las personas; que permite ejercicio ciudadano, la garantía de derechos humanos y fundamentales. Porque el Periodismo es eso, ¡decencia!
A cada compañero y compañera que desde el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), el Círculo de periodistas de la Salud (CIPESA), la Red Dominicana de Periodistas de Perspectiva de Género, la Cooperativa Nacional de Servicios Múltiples de la Prensa (Coopnaprensa), entre otros gremios, cada día accionan para que la presente y futura generación de periodistas, eleve los niveles de calidad y competencias; ofrezca servicios abrazados a valores éticos y morales, sin dejar de aprender, porque la capacitación es constante, a ellas y a ellos, envío un fuerte abrazo.
Les expreso el grato sabor y gran decoro que significa para mí, compartir con ustedes la nación y esta riesgosa, pero desinteresada profesión. Tal como aprendimos en la academia, conscientes de que no la estudiamos para enriquecernos monetariamente, pero sí de cultura y para servir a los demás.
Periodista, gracias por encomiable labor de honestidad, sigue abonando la sociedad con la ciencia de la verdad, teniendo como traje, escudo y espada, el servicio, la ética y la moral. ¡Enhorabuena colegas!
Hasta pronto.
La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom. Es educadora, periodista, abogada y locutora.
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Hemos perdido virtudes y el arte de conversar, nuestra actitud es validada por la sociedad del vacío

Por Emilia Santos Frias.-
¿Será verdad que virtudes como la generosidad, el respeto, el amor,  ser ejemplo de vida…, escasean hoy en día?, ¿que vivimos de pantalla, exhibiendo un “amor liquido”, debido que, nada nos cohesiona, y hemos perdido los vínculos del núcleo duro, que antes unían a las personas?
Me rehúso aceptar la pérdida de vínculos y valores, como el amor, los afectos, porque simplemente no carecemos de ellos; los conocemos, pero, tenemos que hacer mayor esfuerzo para exhibirlos y para brindarlos en nuestro entorno.
Escuchar que hoy la actitud del ser humano está validada  por “la sociedad del vacío”, aunque no es vana, me movió. Esta es una aseveración del psiquiatra Juan Monegro, expresada durante una actividad de la que fui participe recientemente, junto a un grupo de personas que conmemoraron el Día del Amor y la Amistad.
Sus palabras me dejaron cuestionado qué tan acertado es ese juicio. A sabiendas de que tenemos muchos ejemplos de validez, esperanzada también de que hay tiempo para hacer el cambio de comportamiento en nuestra sociedad, teniendo como plataforma la garantía del derecho a la educación efectiva y oportuna.
“La pérdida de rituales afectivos, está destruyendo las relaciones interpersonales y el amor que es un cultivo, una construcción”.
Este facultativo de la conducta humana, asegura además, que hemos perdido el arte de conversar de manera directa; cara a cara, que a mi entender es sumamente placentero (¡claro soy una fanática de la buena conversación, franca, crítica!), y aunque la gente habla mucho, a través de las redes sociales, dice el doctor Monegro, generalmente lo que habla es mentira y acoso, debido a la exageración del ego. ¡Oh padre Santo cuánta verdad!
El facultativo se refiere a todo el acoso moral que se vierte y difunde en las redes sociales, ese que destruye imagen, solo con palabras, miradas o insinuaciones, como diría la escritora Marie-France Hirigoyen, al analizar el maltrato psicológico en la vida cotidiana, el que, constituye un tipo de relación perversa, que debemos identificar dentro y fuera de la familia, ya sea en la pareja o la empresa, donde se produzca, para que podamos neutralizarla.
Volviendo al tema afectivo, el doctor Monegro, sugiere lo siguiente: “a la gente no se le exige tanto, se les quiere”. Hace años que he hecho de esta frase un hábito. Por lo que, como diría Alberto Cortez en su canción A mis amigos: “…les adeudo la ternura, las palabras de alivio y el abrazo…,el compartir con ellos la factura que nos presenta la vida paso a paso…”.
También, como dice Mercedes Sosa, en “canción de las simples cosas, de las pequeñas cosas”, de Tejada Gómez: “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas…el amor es simple”. ¡Mostrémonos más afectivos y empáticos!
Amigas, amigos, el amor es arte, aunque lastimosamente, hoy la mayoría de la gente solo cree que es una sensación placentera, en él, es necesario cultivar el dominio de la teoría y de la práctica. Por eso les invito a leer el libro: El Arte de Amar, de Erich Fromm. ¡Hazlo, pon en práctica sus enseñanzas y pronto verás positivos resultados!
Otra obra maravillosa es El Hombre en Busca de Sentido, del psiquiatra austriaco Viktor Emil Frankl,  quien nos dice: “Cuando todo se ha perdido queda el amor. La verdad es que el amor es la meta última y más alta a la que puede aspirar el ser humano y la salvación del ser humano está en el amor y a través del amor, un amor que va más allá de la maternidad del ser amado”. El real, no el de redes sociales…, ese tiene carencia de salud.
“El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo”. Amables lectores, esforcémonos por vivir las pequeñas cosas, siendo auténticos, reales, fomentando valores y exhibiendo las virtudes que cultivamos constantemente. Dios nos ayude.
Hasta la próxima entrega.
santosemili@gmail.com
La autora reside en Santo Domingo, Rep. Dom. Es educadora, periodista, abogada y locutora.
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¿Soy parte de una verdadera red de apoyo, cómo puedo identificarla?

Por Emilia Santos Frías (santosemili@gmail.com).-

Identificar nuestra red de apoyo es importante para continuar viviendo una vida en armonía; organizada, junto a las personas adecuadas y oportunas en ella. Integrada por gente solidaria, real, colaboradora; que nos ama tal cual somos, no por lo que podamos ofrecerle, o porque saciamos sus aprietos o necesidades económicas, no por esa conveniencia, sino por razones afectivas legítimas.

Dar de forma voluntaria produce buenos resultados, dice la Biblia en 2 de Corintios 9:7, dice: “Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre”. Sin dudas es así, pero en nuestro entorno, con quienes nos desenvolvemos y establecemos alianzas, debemos identificar y diferenciar si hay lobos y ovejas, aunque el disfraz sea igual, no es la misma especie. Hagámoslo para que nuestra red de sustentáculo sea verdadera.

De igual forma, diferenciar entre mansas palomitas y aves carroñeras, a estas debemos sacarlas de nuestro círculo. Es seguro que seremos más felices sin su presencia. ¡Que nuestra red de apoyo no esté compuesta por ellas! Ese armazón está conformado para que todos vivíamos en igualdad. Sabiendo que no estamos solos; que el auxilio es real y desprendido. Por tanto, no tenemos alimentos para los buitres.

Dentro y fuera de la familia podemos encontrar esa red de apoyo, siempre que sus integrantes muestran competencias y actitudes para formar parte de esta importante plataforma de vida. En nuestras amistades, asociaciones sin fines de lucro y en profesionales de la salud, también podemos establecerla.

Identificar a las y los integrantes de la red de apoyo es fácil, porque casi siempre son personas desprendidas, sin vicios de personalidad, solidarias, con valores universales; requisitos sine qua non, para ser parte de ella. Estas personas son quienes aportarán abrigo emocional, compañía social, consejos o sugerencias, y estarán en servicio cuando haya dolor, no solo presentes en alegría y abundancia.

Cuando somos parte de una red de apoyo, exhibimos solidaridad ante las necesidades ajenas, conscientes de que no somos jueces, ni verdugos, ni miembros distinguidos del Consejo de los Sabios de Grecia. No es nuestra subjetividad la que debe primar, sino el bienestar del prójimo. Por tanto, es nuestro deber, ponernos en los zapatos de los demás para ayudar oportunamente, sin invadir o lastimar su espíritu. Más bien brindándole serenidad.

Imaginemos que un integrante de nuestro reducido grupo de asistencia está enfermo, vive un duelo o está desempleado, en vez de abatirle con ideas que solo están en nuestra bola de cristal, seamos compasivos, y juntos ayudémosle a insertarse en la vida laboral. Pero, sin presión o queja; nadie quiere estar desempleado, sobre todo cuando se tienen compromisos que honrar. Calmemos nuestro aquelarre y escuchemos a los demás. ¡Es tiempo, es necesario!

En tiempo de crisis, es nuestro deber como parte de la red de apoyo, ser en un canal de información y de interacción con las personas que nos importan. Ser una fuente de sostén ante la soledad, enfermedad, angustia o abandono.

Accionar como parte de esta red, es admirable, porque podemos aportar a la eliminación de problemáticas como la marginación y exclusión social. Aportar al bienestar colectivo e individual. Y podemos hacerlo porque como dice Efesios 4:7, a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Amiga, amigo, se parte; identifica tu red de apoyo y vive esta vida abrazando la paz y la felicidad.

Hasta la próxima entrega.

-La autora reside en Santo Domingo. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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Resiste el cambio con transformación espiritual

Por Emilia Santos Frias (santosemili@gmail.com).-

Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía. Esta afirmación del escritor francés, Anatole France, da en la Diana, hoy que atravesamos el coronavirus, una pandemia que llegó rauda, furiosa y con intención de permanecer.  Pero, eso es la vida, un inmenso camino en el que recorremos cambios, que, en ocasiones, hacen aportes y transforman vidas, incluso la nuestra.

El cambio, casi siempre aterra. Buscamos que éste ocurra, sin tomar en cuenta que: “Si quieres cambiar al mundo, debes cambiarte a ti mismo”, como visualizó Mahatma Gandhi. Hoy extrapolando este pensamiento, es posible decir que gracias al coronavirus hemos hecho introspección y por ende transformación espiritual en nuestras vidas; doblegando nuestro ego.

Si hacemos verdadera transformación espiritual, entonces, entendemos lo que es avivar nuestra conciencia, venerar más la vida, vivir en paz: en ausencia de violencia, abrazando, el bienestar colectivo, como nos sugiere Deepak Chopra, en El Libro de los Secretos.

Entendemos que es necesario continuar nuestro rumbo, con estos aprendizajes como plataforma, dejando atrás el veneno llamado miedo. Porque desciframos el significado de: “Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”, frase lapidaria del novelista soviético, Alexei Tolstoi.

Por eso también hoy, agradecemos al brutal coronavirus, que tantas vidas se ha llevado, y hace que cada día al salir a las calles, constituya para nosotros un nuevo reto o desafío. Sin embargo, dentro de este panorama hemos encontrado motivación, porque el cambio es parte de nuestro andar. Fomenta nuestras habilidades; nos obliga a descubrir nuevas competencias humanas, al hacernos expandir nuestra mente hacia actitud positiva, y fortalecimiento de la inteligencia emocional.

Endiosando el 2020, año que cambió nuestras vidas, y nos llevó a una nueva sociedad que poco a poco hemos hecho habitable, es necesario recordar también, fortalecer las relaciones interpersonales, siendo más flexibles, pues todos sufrimos. La situación que atraviesa el mundo amerita que pongamos más empeño en ser solidario, comunicarnos mejor, ser soportes de los demás; optimizar la red de apoyo, porque según los estudiosos de la salud humana, estamos viviendo con mucho estrés, y él, liberta hechos irremediables. Por estas razones, amigo, amiga, no sucumbas, recuerda que: “Hay algo en ti que el mundo necesita”. ¡Descubre qué es!

“Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios”. Hebreos 12:2.

Hasta pronto.

-La autora reside en Santo Domingo. Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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