Categorías
Opiniones

Un sistema que no funciona: el de pensiones

POR J. LUIS ROJAS
(lrojas50@hotmail.com)

En términos prácticos, un sistema es un conjunto de elementos o componentes que interactúan de manera integral, con el propósito deliberado de lograr determinados objetivos comunes. En este ámbito, los sistemas se estructuran y operan a partir de procesos, normas y procedimientos. Todos los sistemas, sin importar su naturaleza y modalidad, para alcanzar sus objetivos sustanciales requieren de diferentes tipos de insumos, los cuales son procesados y transformados en productos o servicios. Como se observa, el concepto de sistema alude a integración, eficacia, eficiencia y a satisfacción de necesidades.

Cuando se investigan y conocen a profundidad los principios que rigen la Teoría General de Sistemas, se concluye, entre otras hipótesis, que en República Dominicana se denomina sistema a cualquier mojiganga. Por ejemplo, según la Ley 87-01 existe el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS), el cual tiene como objetivo: “Regular y desarrollar los derechos y deberes recíprocos del Estado y de los ciudadanos en lo concerniente al financiamiento para la protección de la población contra los riesgos de vejez, discapacidad, cesantía por edad avanzada, sobrevivencia, enfermedad, maternidad, infancia y riesgos laborales”.

En el contexto de la teoría, el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) comprende a todas las instituciones públicas, privadas y mixtas que realizan actividades principales o complementarias de seguridad social, a los recursos físicos y humanos, así como las normas y procedimientos que los rigen. El órgano rector de dicho sistema es el Consejo Nacional de Seguridad Social, compuesto por 17 miembros titulares con un suplente cada uno, provenientes de los siguientes sectores: gobierno, empleador, laboral, Colegio Médico, profesionales y técnicos de la salud, trabajadores de microempresas, desempleados, discapacitados e indigentes y gremios de enfermerías. En la práctica, lo menos que hacen estos componentes es decidir y actuar para concretar el objetivo de la seguridad social dominicana.

A juzgar por los hechos y resultados, el Sistema Dominicano de Seguridad Social actual, opera al margen de los principios básicos de la Teoría General de Sistemas, ya que no hay sinergia entre los subsistemas que integran dicho sistema. La integración, el trabajo colaborativo y el compartir una misma misión y visión, son factores elementales para mantener cohesionadas y enfocadas a cada una de las partes que conforman el todo. Sin propósitos e intereses comunes entre los entes que interactúa alrededor de una determinada estructura, proyecto o causa, los sistemas no alcanzan su tarea clave: transformar insumos en productos o servicios para satisfacer necesidades. La burocracia inservible y los conflictos de intereses atrofian el buen desempeño de los sistemas.

Lo que está a la vista, no necesita anteojos. Las entidades que integran el SDSS tienen características parecidas a la de un archipiélago. Además, no existe comunicación efectiva entre ellas: Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), Dirección General de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA), Superintendencia de Pensiones (SIPEN), Tesorería de la Seguridad Social (TSS), Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL), Dirección General de Jubilaciones y Pensiones (DGJP), Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP),  Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud (ADARS), entre otras.

Hablando de sistema, recientemente la Superintendencia de Pensiones y el Banco Mundial anunciaron que firmaron un acuerdo de cooperación técnica para fomentar la investigación en temas relacionados al Sistema Dominicano de Pensiones, con la finalidad de generar posibles políticas públicas que mejoren y profundicen su entendimiento en las áreas que le competen. En este orden, el señor Francisco A. Torres, Superintendente de Pensiones, informó que a partir de ahora el Sistema Dominicano de Pensiones formará parte de una agenda de investigación más globalizada, en la que se profundizarán los temas de rotación laboral, equidad de género, densidad de cotización y los determinantes de la decisión de aportes.

«Por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7:16). Bien harían los pensionistas dominicanos en rogarles al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, para que las intenciones e iniciativas del Superintendente de Pensiones y del Banco Mundial, sean útiles y favorables a los intereses de los afiliados, debido a que el señor Francisco A. Torres, por lo general, siempre ha jugado en el equipo de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP).

Ojalá que, con la firma del referido acuerdo de cooperación técnica, el Sistema Dominicano de Pensiones, logre ser más eficaz, eficiente, humano, justo y digno. Solo en un sistema de pensiones como el dominicano, el cual ha sido hecho a imagen y semejanza de los intereses del sector financiero, es posible que una Resolución, la 572-07, aprobada el 6 de julio de 2023 por el órgano rector de la seguridad social, nueve meses después, se haya aplicado de manera parcial. Un sistema de pensiones centrado en el bienestar de las personas proporciona informaciones continuas, precisas y útiles a los pensionistas.

Habla muy mal de la forma en que opera y es gestionado el actual Sistema Dominicano de Pensiones, ya que nueve meses después de aprobarse la Resolución 572-07, con la que se reconoce el derecho de miles de servidores públicos a recibir una pensión del Estado dominicano, por estar amparados en las Leyes 379-81, 87-01, 41-08 y por disposiciones establecidas en la Constitución de la República, todavía el CNSS, la SIPEN, la DIDA, la DGJP, las AFP y la Empresa Procesadora de la Base de Datos (EPBD), no saben qué hacer y qué decir con respecto a las 1,790 solicitudes de traspasos, revisadas y aprobadas por la Comisión Interinstitucional Evaluadora, en los períodos noviembre-diciembre, 2023 y enero-febrero de 2024.

A los pensionistas dominicanos, les queda santiguar al Superintendente de Pensiones y a los representantes del Banco Mundial, para que apliquen mejoras significativas y sostenibles a al mal llamado sistema de pensiones, el cual facilita y legitima que el Poder Ejecutivo otorgue pensiones a diestra y siniestra, a quienes nunca han trabajado en el sector gubernamental, así como a instituciones autónomas y descentralizadas del Estado dominicano (Banco Central, Junta Central Electoral, UASD, Banreservas, INABIMA, Colegio Médico, Fuerzas Armadas y Policía Nacional, entre otras. En RD., muchas entidades públicas han creado distintos mecanismos para otorgar pensiones al margen de las disposiciones establecidas en el SDSS.

Sin ninguna duda, en República Dominicana existe un desorden mayúsculo con respecto a los asuntos previsionales. Un ejemplo fehaciente de ello consiste en la violación sistemática del principio UNIDAD de la seguridad social: “Las prestaciones de la Seguridad Social deberán coordinarse para constituir un todo coherente, en correspondencia con el nivel de desarrollo nacional”. Por la tranquilidad de los pensionistas dominicanos, la SIPEN y el Banco Mundial deberían actuar bien y rápido.  

¿Será qué el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) desea que los miembros del Movimiento por las Pensiones de los Servidores Públicos (MOPESEP) vuelvan a las calles a reclamarle a la Comisión Interinstitucional Evaluadora, conformada por la DIDA, SIPEN, DGJP y la ADAFP, que continúen conociendo y aprobando las solicitudes de traspasos, así como exigirles a la SIPEN, a la EPBD y a las AFP, que agilicen los operativos de traspaso de fondos de CCI a Reparto?

– Los artículos de opinión publicados en este diario no reflejan necesariamente la posición editorial de ÚLTIMAS NOTICIAS. Cualquier persona interesada en publicar un artículo puede hacerlo solo enviándonos el texto con el nombre completo del autor y una fotografía al correo: ultimasnoticias2013@gmail.com

.

Categorías
Opiniones

La comunicación y la falsa expectación

POR J. LUIS ROJAS
(lrojas50@hotmail.com)

La comunicación de expectación es un medio que emplean frecuentemente los gobiernos, las empresas, los partidos políticos, las organizaciones sociales, las marcas corporativas y comerciales, así como otros actores, con el objetivo de crear y mantener diferentes tipos de expectativas entre determinados segmentos de perceptores, clientes o ciudadanos. En este contexto, para lograr que esta modalidad comunicacional sea exitosa, es imprescindible que haya sinergia y congruencia entre la credibilidad de los mensajes que elaboran y difunden los emisores o fuentes, las necesidades y expectativas que circundan a los públicos objetivos y los resultados alcanzados.

Es simple, emplear diferentes medios y recursos para crear falsas expectativas a los perceptores o audiencias cautivas y potenciales, más temprano que tarde tiene consecuencias funestas para los intangibles del emisor o fuente. No es inteligente elaborar y difundir una determinada narrativa a partir de mentiras y promesas inalcanzables. Sin duda, este es el camino más corto y seguro para siquitrillar la reputación, credibilidad, confianza, permiso social, capital relacional e imagen pública. La comunicación de expectación debe ayudar a concretar las expectativas que generan sus mensajes entre los públicos que los reciben.

Sin importar su procedencia, cuando los emisores o fuentes deciden crearles expectativas a sus perceptores, a sabiendas de que no cuentan con los recursos y medios requeridos para satisfacerlas, lo más lógico y natural es que las audiencias destinatarias, al ver y contactar que las promesas hechas no se cumplen o que la realidad actual es totalmente diferente a la que se esperaba, entonces llegan las decepciones, frustraciones, reacciones y reclamos a los que por distintas razones el emisor tendrá que  buscarles y darles explicaciones sinceras, creíbles y racionales.

En República Dominicana, igual que en muchos países del mundo, la mayoría de los líderes de las organizaciones políticas, así como las marcas corporativas y comerciales, suelen incurrir en el gravísimo error de emplear novedosas, creativas y costosas estrategias comunicaciones pretendiendo con ellas convencer a determinadas fracciones de electores y clientes con argumentos perversos y malintencionados. En cualquier ámbito, el prometer, el no cumplir y el crear falsas expectativas tienen consecuencias negativas para los tangibles e intangibles de los que incurren en dicha práctica. En definitiva, la comunicación, sin importar su modalidad, no debería ser usada como medio para elaborar mensajes y crearles falsas expectativas a las audiencias. 

En la realidad actual es estúpido e irracional creer que es posible obtener resultados significativos, creíbles y sostenibles realizando continuas actividades de marketing y comunicación, al margen de la naturaleza y tamaño de las necesidades y expectativas que rodean a los perceptores o audiencias. Ya sea en los entornos político, corporativo, institucional o comercial, los emisores más exitosos son los que más y mejor conocen y oyen a sus audiencias. En este sentido, cuando las expectativas son gestionadas de una manera correcta, los perceptores o destinatarios se sienten satisfechos con los resultados alcanzados.

Muchos de los líderes y dirigentes de las organizaciones políticas dominicanas, conscientes o inconscientes, olvidan que en el mercado electoral existen segmentos que no se persuaden con mensajes y acciones estúpidas e irracionales. Por ejemplo: visibilizar concurridas y vistosas marchas, caravanas y concentraciones, así como colocación masiva de publicidad exterior en los espacios públicos, saturación de las plataformas digitales y de los medios tradicionales de comunicación, con historias mal elaboradas, contadas y distantes de las necesidades y expectativas de los receptores o audiencias. Valerse del poder persuasivo de la comunicación mediática para establecer y mantener expectativas que no se lograrán, es poner en alto riesgo la reputación, credibilidad, confianza y la imagen pública.  

Saber interpretar y gestionar las expectativas de las audiencias no es una tarea que cualquier persona puede realizar de manera eficiente y efectiva. La comunicación de expectativas no consiste en elaborar y difundir montones de mensajes, pretendiendo con ello incrementar el efecto sorpresa entre comunidades cautivas y potenciales de perceptores. En cualquier ámbito, llevar a cabo esfuerzos continuos de comunicación con el propósito de crear diferentes expectativas a los integrantes de un mercado, a sabiendas de que quien las hace no tiene la más mínima posibilidad para satisfacerlas, termina destrozando su credibilidad, confianza e imagen pública.

Hoy, pretender captar la atención, obtener apoyo y crear expectativas entre una determinada audiencia empleando los mismos medios, mensajes, códigos y actividades de comunicación de tiempos pasados, sin lugar a duda, es casi imposible. En el contexto actual, importantes segmentos del mercado electoral dominicano han adoptado nuevas formas de convivencia, de relacionamiento, de expectativa, de reconocimiento y hasta de comunicarse. En pocas palabras, los valores, principios y creencias que predominan en determinadas audiencias de hoy son absolutamente diferentes a los de tiempos pasados.

En términos generales, para garantizar que los mensajes de la comunicación sean un medio efectivo para ayudar a concretar las expectativas específicas de los perceptores o audiencias, es imprescindible que el emisor, sin importar su naturaleza, cuente con los mecanismos y recursos necesarios para satisfacer el nivel de expectación creado en el público objetivo. No es recomendable saturar los medios de comunicación y los espacios públicos con mensajes destinados a crear expectativas, las que por múltiples motivos jamás podrán ser satisfechas. Incurrir en la praxis de crear y difundir diversos mensajes para establecer falsas expectativas, tiene los mismos efectos que el negocio del capa perros.   

Parecería que los líderes de las organizaciones políticas dominicanas de hoy no han hecho el más mínimo esfuerzo por conocer las nuevas ansiedades y expectativas de los segmentos que integran el mercado actual electoral de RD. Por esta razón, sus relatos, medios y acciones comunicacionales no les permiten comunicarse efectivamente con sus electores cautivos y potenciales. Un pecado capital de la comunicación, sin importar su modalidad, es no escuchar y desconocer las necesidades sustanciales de los perceptores o audiencias.

Cuando los líderes de las organizaciones políticas emplean todos los medios habidos y por haber, pretendiendo con ellos crearles falsa expectación a sus seguidores con respecto a que cuentan con el apoyo y simpatía de importantes porcentajes de los electores, lo que cuando llega el momento de contactar dicha aseveración, resulta que los resultados son inferiores a los prometidos y esperados, es entonces cuando la credibilidad e imagen pública de quienes crearon expectación inalcanzable, se derrite como mantequilla alrededor del fuego.

A fin de cuentas, la expectativa es la proyección de una esperanza, un anhelo, un deseo o el logro de una meta especifica, ya sea en el ámbito material, espiritual o emocional. El problema comienza cuando el emisor de manera consciente incrementa la intensidad de las expectativas, a sabiendas de que las mismas son irrealizables. Por ejemplo, en RD., la narrativa de la AFP y ARS se centra en crearles falsas expectativas a los afiliados a la seguridad social.

Para muestra un botón. En República Dominicana, el uso inadecuado de la comunicación de expectativas no es una práctica exclusiva de los líderes de las organizaciones políticas. Las marcas corporativas y comerciales también la usan para crear y mantener falsa expectación. En este sentido, podría decirse que la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP) figura entre las entidades que más emplean la comunicación para construir y posicionar una narrativa, cuyo objetivo consiste en crear la falsa expectativa de que los afiliados pueden vivir como reyes o banqueros retirados con las indígenas e inhumanas pensiones que otorgan las AFP..

– Los artículos de opinión publicados en este diario no reflejan necesariamente la posición editorial de ÚLTIMAS NOTICIAS. Cualquier persona interesada en publicar un artículo puede hacerlo solo enviándonos el texto con el nombre completo del autor y una fotografía al correo: ultimasnoticias2013@gmail.com

Categorías
Opiniones

SIPEN y ADAFP se burlan del pueblo dominicano

Por Luis Holguín-Veras Martínez.-

El pasado 5 de febrero de 2024 se publicó en la sección de Noticias de la página web de la Presidencia de la República una reseña titulada “Sipen y ADAFP presentan plan de educación sobre pensiones Conocetufuturo.do”.  Desde que nos llegó la información, procedimos a entrar a la dirección virtual para conocer la aplicación desarrollada y que fue presentada como un “portal informativo donde las personas podrán conocer cuál es su situación actual en cuanto al ahorro para su retiro y las posibilidades de su mejoría.”

La noticia también decía que “Francisco A. Torres, superintendente de Pensiones, informó que el portal tendrá informaciones relevantes sobre los beneficios del Sistema Dominicano de Pensiones, dando así un impulso a las acciones necesarias para que las personas conozcan las bondades del sistema previsional y se empoderen con miras a mejorar la relación de la población con el sistema.”

Entusiasmado, entré a la dirección del portal www.conocetufuturo.do y fui respondiendo distintas preguntas que parecían le permitirían a la aplicación ofrecerme la información que el Sistema de Pensiones me ofrecerá para mi retiro y pensión.

El sistema me solicitó informaciones como: nombre, edad, sexo, la edad en la que inicié a trabajar como empleado, si en algún momento dejé de trabajar en el país y en ese caso cuántos años estimo que en total dejé de trabajar.

Todas estas preguntas me reforzaban la idea de que recibiría información de las opciones que el actual Sistema de Pensiones me ofrece, sin embargo, las siguientes preguntas me parecieron extrañas.

¿Cuál sería el lugar ideal para el retiro de tus sueños? Dándome las siguientes cuatro opciones de lugares ideales para retiro: Ciudad, Campo, Montaña y Playa.  La verdad es que me animé, pues pensé que las autoridades tenían lista una reforma no anunciada de grandes mejoras en el sistema de pensiones que permitiría que los pensionados pudiéramos tener la oportunidad de decidir retirarnos al lugar de nuestros sueños.  No puede ser posible, pensé, que con los deficientes beneficios que ofrecen las AFP para las personas afiliadas, la SIPEN y la ADAFP tengan la desfachatez de hacerle a los trabajadores afiliados a la seguridad social estas preguntas.

Me parecía imposible que esta pregunta la hicieran la SIPEN y la ADAFP, por ser dos organizaciones tan importantes en el actual sistema de pensiones, el mismo que condena a la indigencia a las personas afiliadas que lleguen a calificar para recibir algunas de las opciones de prestaciones previsionales que ofrece el sistema de capitalización individual.

No me imagino las respuestas que le daría cualquiera de las personas pensionadas o cualquiera de los servidores públicos que hemos tenido que reclamar día a día el reconocimiento de nuestro derecho a pensión por el sistema de reparto estatal, hasta lograr que el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) y que aún seguimos luchando para que lo ejecuten oportuna y cabalmente.

Lo único que me surgió decir fue “Esto es una burla”.

Luego de preguntar ¿Cómo quieres que te enviemos la proyección de tu futuro?, presentando sólo dos opciones, no quiero que me la envíen y aportar la dirección electrónica a la que desea que se le envíe “La proyección de tu futuro”.

El mensaje resultante de las estimaciones realizadas por la aplicación que la Presidencia, la SIPEN y la ADAFP anuncian con gran algarabía me dejó indignado, el mensaje decía:

¡Buenas Noticias Luis!
¡Estás a tiempo para retirarte en la montaña!

Según lo que nos has contado existe la posibilidad de que superes todos los requisitos mínimos y cuentes con una excelente proyección para tu pensión al momento de tu retiro.

Más adelante otro mensaje me parecía ofensivo:

“Tu deseo de disfrutar del aire fresco y la tranquilidad de la montaña en tu momento de retiro puede ser una opción alcanzable para ti. A continuación te compartimos algunas opciones y alternativas que puedes explorar para maximizar tus beneficios durante el tiempo que queda de tu vida laboral.”

Luego en la introducción a un video titulado ¿Cómo Funciona el Sistema Dominicano de Pensiones? se nos dice “La pensión es el dinero que recibes todos los meses cuando es tiempo de retirarte y ya no quieras o no puedas trabajar. Ese dinero sale de tu fondo de pensión y aquí te explicamos cómo funciona.”

Me quedé esperando que anunciaran que las pensiones son vitalicias, en cumplimiento de lo dispuesto por el Tribunal Constitucional, pero no, se limitaron a continuar afirmando que “Ese dinero sale de tu fondo de pensión”.

El referido video resultó más frustrante que todo lo presentado en la plataforma, ya que reafirma la concepción meramente financiera que tienen las autoridades y la ADAFP de lo que es el sistema dominicano de pensiones.

Al parecer el propósito del video es transmitir la idea al espectador, de que el aporte de los trabajadores y de los empleadores es muy pequeño y que la rentabilidad lograda por las AFP son los mayores aportes que han hecho crecer el fondo de cada afiliado.

Para explicar cómo funciona el sistema de pensiones, en el video se usa la imagen de un Tinaco de Agua, que representa la Cuenta Personal del Afiliado y donde el agua es el dinero que ingresa al Tinaco.

El video explica que para llenar el Tinaco se necesitan tres tuberías de agua:  La primera sale de nuestro sueldo como trabajador y dice que “sólo echas un poquito de agua”.  En un país que tiene sueldos bajos, que no se corresponden con el Costo de la Canasta Familiar, con altos impuestos y que no tienen una retribución acorde con la productividad, ni las ganancias de las empresas, afirmar que el aporte del trabajador es un poquito, es injusto.

El video continúa explicando que “la segunda tubería, echa más agua y es responsabilidad de tu empleador”.

“La tercera es el trabajo que hacen las AFP, haciendo crecer el agua para que tengas suficiente y puedas utilizarla en el futuro”. Esta tercera tubería es mucho mayor que las de los aportes de los trabajadores y de los empleadores.

Finalmente, el video explica que “Como puede ver, el Sistema Dominicano de Pensiones está pensado para que cuando estés retirado y ya no quieras o no puedas trabajar, tengas una reserva de agua (Dinero), para que puedas utilizarla a tu conveniencia.”

El video, al usar el Tinaco como símil de la Cuenta Personal de cada Afiliado, refleja magníficamente la forma en la que la SIPEN y la ADAFP la entienden, es decir, sólo destacan los aportes del sistema de capitalización individual a la macroeconomía, el incremento del ahorro nacional, y otros aportes económicos, pero no se refieren a lo que reciben los dueños reales de ese dinero, que son las personas afiliadas, así como los beneficios que reciben las AFP.

En ningún momento estos hablan de la tasa de retorno que recibirán las personas afiliadas al momento de pensionarse.  Vale la pena recordar que la misma SIPEN ha calculado que aquellos pocos que lleguen a calificar para una pensión en el sistema de capitalización individual, porque llegaron a cotizar por 30 años y llegaron a cumplir los 60 años de edad, recibirán una pensión que no será superior a un 30% del salario con el que estas personas cotizaron.

En la imagen del Tinaco, utilizada en el video, la SIPEN y la ADAFP les faltó reflejar las tuberías de servicios o de beneficios. Debería incluirse la gran tubería de salida de agua (Dinero) de cada Tinaco de las Personas Afiliadas que corresponde a las ganancias de las AFP, que el año pasado fue del 1.1% anual del monto acumulado en dicha cuenta (Tinaco) y que este año 2024 es de un 1.05% anual de total de dicho Fondo.

Así mismo deberían reflejarse las tuberías que suplen las diferentes opciones de prestaciones ofrecidas a las personas afiliadas por las AFP, de las cuales sólo se mencionan los montos totales, pero no se presenta la cantidad de personas beneficiadas y los montos correspondientes a cada una de ellas.

Lo más importante del Sistema Dominicano de Pensiones es la certidumbre que pueda garantizar a las personas afiliadas, sin embargo, la SIPEN y la ADAFP sólo priorizan el aspecto financiero, llegando a ignorar o afectar los derechos de las personas afiliadas.

En definitiva, consideramos que la campaña Conoce tu Futuro no es más que un programa de adoctrinamiento, que menosprecia el aporte del trabajador y del empleador, sobre dimensionando el aporte por la rentabilidad que logran las AFP al invertir los fondos de los afiliados, todo esto obviando el tema de lo poco que reciben las personas afiliadas del sistema previsional, cuando ya no está en capacidad de continuar trabajando y necesitan de un ingreso que le permita vivir dignamente.

Esperamos que el Tablero Interactivo de Estadística Previsional anunciado por la SIPEN y que al parecer estará disponible en su portal web, no oculte las informaciones sobre lo que reciben las personas afiliadas.

– Los artículos de opinión publicados en este diario no reflejan necesariamente la posición editorial de ÚLTIMAS NOTICIAS. Cualquier persona interesada en publicar un artículo puede hacerlo solo enviándonos el texto con el nombre completo del autor y una fotografía al correo: ultimasnoticias2013@gmail.com

Salir de la versión móvil