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Los accidentes de tránsito, la pandemia de siempre

Por Petra Saviñón.-

Escaso  el día en el que este país no sea vestido de luto, de dolor con los accidentes de tránsito. Esas colisiones  obedecen en tantas ocasiones a la imprudencia de conductores que intentan rebasar a otros, que viajan a alta velocidad, que violan la luz roja del semáforo y…

Las estadísticas oficiales registran que el 70 % de los fallecidos son motociclistas,   pilotos que caben en cualquier huequito y muchos parecen siempre tener demasiada prisa y por eso algunos  de forma lamentable perecen.

 Un hermoso consejo fue el que escuché de un motorista a un compañero imprudente- tenemos la responsabilidad de andar con cuidado-

Claro, ese comportamiento es el que  deben exhibir todos los que están al volante, al timón, todos, puesto que los que van en moto no son los únicos que cometen imprudencias que salen caras, muy caras.

Este territorio ha vivido choques, impactos terribles que convierten las vías en escenario de espectáculos horripilantes,  lastimosos para la vista y el alma.

Niños, embarazadas, ancianos son la población más vulnerable arrastrada en esta vorágine agresiva de la que nadie está exento y  esta violencia en las carreteras, generada por personas que llevan una urgencia desconocida, pare otras agresiones, discusiones, peleas, heridas que suman muertes.

Es obvio que nadie maneja para chocar y que muchos accidentes han ocurrido por deslizamientos, explosión de una llanta,  obstáculos en las vías pero igual las cifras están ahí y arrojan que la mayoría ha sido por temeridad de alguno de los choferes.

Esa desesperación dejada por la parca aumenta cuando las víctimas ni siquiera residen en este terruño, cuando han venido a disfrutar de este encantador pedazo de isla y son retornadas inánimes a su  hogar.

Qué desolación tan grande la de recibir de ese modo a un ser amado.

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¿La trama es contra el presidente de la Cámara de Cuentas o su favor?

Por Petra Saviñón.-

Como parte de una campaña para frenar la lucha contra la corrupción, fue definida por sectores la imputación de acoso sexual contra el presidente de la Cámara de Cuentas, Janel Andrés Ramírez Sánchez. Sin embargo…
 La cuestión gira con el depósito formal por ante el Minsiterio Público de una denuncia. Los vientos soplan contra  el joven funcionario y claro, contra  los que atribuían la cuestión a una trama de aquellos que persiguen inmunidad. Obvio, hay que probar esto.
Las dos denunciantes hicieron constar entre sus declaraciones remitidas a la Procuraduría General  que el servidor público de grado superior (sí, por eso es acoso)  las tenía intimidadas.
Esta situación debe llamar a reflexión, a aguardar antes de hablar, de calificar hechos que son materia de los órganos investigadores y del Poder Judicial. Es cierto que el acoso sexual es difícil de probar, pero esto no lo convierte en inexistente.
El documento entregado por las empleadas, por cierto, ambas abogadas, relata episodios incómodos que habrían vivido en el despacho de su superior e incluso en presencia de otras personas.
 Ya esto da un aval a esa denuncia, una fuerza a tomar en cuenta por las autoridades que manejarán el expediente, lo mismo que debe ser oída la versión de esos compañeros que habrían estado en las reuniones.
De acuerdo con el texto,  los acosos ocurrieron en jornadas extendidas, fines de semanas y de madrugada en la sede de la institución, cuando trabajaban con auditorías a solicitud de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca).
Ahora el debate versa sobre la licencia que debe tomar el incumbente para ponerse a disposición de una pesquisa que ha de ser seria, confiable. Los legisladores difieren sobre este alto en sus funciones y hasta en esto hay pérdida de tiempo, y el señalado los tiene en espera.
De repente podría ocurrir que el verdadero ardid consistía en hacer creer que las declaraciones contra este hombre eran una cortina de humo, para tronchar investigaciones en curso o cubrir otros casos, todo para difuminar su culpa.
O sea, la trama sería hacer creer que hay una trama ¿Cierto?
A las supuestas acosadas les compete mantener su postura y llegar hasta el final si tienen la verdad en la mano. De no ser así, de tratarse todo de una estratagema para dañar la moral de Janel Andrés Ramírez Sánchez, entonces habría que abrir otra investigación para determinar qué buscan, por qué, para qué  y para quién.

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