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Reflexion: Atentos a la voz de Dios

Jesus POR SUSANA MORENO.-

La oración es un diálogo, no un monólogo. Para orar eficazmente debemos tanto hablar como escuchar a Dios. Debido a que Dios nos ha llamado a una relación de amor, hemos de comprender la importancia de lo que implica este tipo de vínculo.  Ya sea oír la Palabra de Dios para una mejor comprensión de la Escritura, o a fin de recibir su dirección divina para nuestra vida, el saber hacerlo es sumamente importante. Para escuchar la voz de Dios debemos tener la actitud correcta: “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta” (Juan 7: 17). En este versículo, Jesús nos revela la importancia de una actitud dispuesta con relación a la voluntad de Dios.Sea cual fuere la forma en que Dios prefiera hablarnos, debemos aprender a escuchar, y acordarnos de juzgar todo lo que oigamos por su Palabra revelada: la Biblia. Al apóstol Juan le preocupaba particularmente esto cuando escribió: “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (l Juan 3:24-4:1).Así que el Espíritu Santo es capaz de dirigirnos a una sensibilidad espiritual mediante la cual podemos “probar” Juzgar) lo que oímos; y distinguir entre la guía de Dios y las voces humana o satánica. ¿Y cómo nos dirige Dios? Al igual que un cajero de banco es capaz de distinguir entre billetes falsos y verdaderos porque maneja estos últimos, también nosotros, si permanecemos en El y guardamos sus mandamientos, podemos discernir la voz de Dios. En el evangelio de Mateo, leemos: “Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (24:23-24). A medida que nos vayamos acercando a los últimos días, la falsa profecía abundará más y más; y Satanás intentará engañar a la Iglesia utilizando muchas voces. Sin embargo, los que aprendan a escuchar a Dios no serán engañados, porque sabrán la diferencia que existe entre El y las voces falsas. Si saben oír la voz del Señor, no podrán ser engañados por otras voces. Cada vez es más importante aprender a probar los espíritus y ser capaces de distinguir entre Dios y el diablo. Jesús continúa describiendo el estado del mundo al final de esta era, y afirma: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entro en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39). El tiempo anterior a la Segunda Venida de Jesucristo se conoce como los últimos días. Los versículos que acabamos de citar describen esos días, que serán semejantes a aquellos en los que Noé construyó su arca. Cuando se acercaba el día del juicio, la gente seguía actuando como si nada sucediera; no estaban conscientes del tiempo en que vivían. También hoy día, la gente se ocupa en sus asuntos normalmente, sin saber que se aproxima el fin del mundo. No están escuchando a la voz de Dios ni se encontrarán listos cuando venga el Señor.

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