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Opiniones

DON JUAN BOSCH, MAGINO Y LA FABULA DEL TORO

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SERGIO CEDEÑOPOR SERGIO CEDEÑO.-

Desde muy joven escuchaba las charlas radiofónicas que daba el profesor Juan Bosch por el programa Tribuna Democrática, cuando aún era líder del PRD. Creo que luego continúo esas charlas a través de otro programa similar cuando formó el PLD.

En lenguaje sencillo, anecdótico y didáctico, Don Juan explicaba complejos problemas políticos, para que fueran de fácil asimilación por la población más humilde y de menos conocimientos.

Recuerdo la de “Magino no me mates”, pero una de las que más me impactó es cuando él narra que Magino estaba siendo perseguido por un toro muy bravo. Al intentar escapar del toro, Magino, que era bizco, vio dos ventanas abiertas en una casa y en su desesperación, se lanzó por una de ellas, intentando escapar. Resulta que al visualizar dos imágenes de la misma realidad, “Magino se metió por la ventana que no era y lo cacho el toro que sí era”.

En la vida cotidiana y en la política, ocurren casos similares y con mucha frecuencia.

Complicamos tanto las cosas, que creamos varias realidades de un mismo fenómeno y luego no sabemos cuál es la verdadera y cuáles son fruto de la febril imaginación.

Las personas que así actúan, llegan al punto de creerse las mentiras que construyen para persuadir a otros y resulta que a veces terminan siendo aplastados por esas mismas mentiras.

El buen estratega debe mantener su mirada limpia y sin contaminación visual.

Debe saber con exactitud cuál es su circunstancia y cuál la de sus contendores.

Un buen estratega no actúa díscolamente, ni toca música de oído, sino que diseña una partidura, y todo su accionar lo calcula fríamente en función de la visión, la misión, los valores, el objetivo y la estrategia que define para lograr el objetivo.

No da palos a ciegas. Tampoco cree en que la suerte lo ayudará, sino que con pasos firmes y acciones certeras, construye sus escenarios y se lanza decidido a conquistarlos.

Un buen estratega no anda de reuniones en reuniones teorizando.

Analiza, planifica y actúa. Y cuando asume un camino, no titubea, ni da zigzags. Sencillamente se dirige con entereza al objetivo, sin permitir que los contrarios los desvíen.

Un buen estratega, jamás cometería el error que narra don Juan Bosch, de entrar por la ventana que no es, para que lo atrape el toro que es.

El autor es politólogo y periodista.

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