Opiniones
Que hacer ahora con el PRSC
POR VIRGILIO ÁLVAREZ BONILLA.-
El Partido Reformista eligió sus nuevas autoridades y del resultado de esta elección surgen interrogantes sobre el futuro de esa organización política, la cual no tiene otro camino que no sea la unidad en propósitos comunes.
El nuevo presidente del partido, Federico Antún Batlle, es un dirigente de mucha experiencia, regresa a la dirección del reformismo por segunda vez, y está comprometido frente al país y a sus compatriotas, a desarrollar un programa partidario que provoque en el PRSC un cambio generacional, capaz de situarlo nueva vez en el camino de la competencia electoral.
No pocos creen, que la elección de Antún Batlle y sus compromisos con el gobierno peledeista impedirán que el reformismo trace su propio destino. Los que así piensan, podrían estar muy equivocados. Antúnn Batlle, ha mantenido por años una posición muy definida sobre lo que se debe hacer en el reformismo.
Sus publicaciones conocidas como «reflexiones» y sus comentarios públicos indican que este dirigente está más que claro sobre las acciones que se deben tomar para conducir al reformismo por el sendero adecuado. Recordemos además, que el nuevo presidente del PRSC, proviene de las raíces más comprometidas con el auténtico, lo que sugiere, que su proceder al frente de la dirección partidaria estará inspirada siempre en las enseñanzas del líder reformista.
En la composición de los nuevos cuadros de dirección reformista, encontramos muchas caras jóvenes que acompañaran a los veteranos dirigentes en la labor tesonera de continuar con el rescate del partido. Aunque todavía no se conoce a cabalidad la matricula completa de estos cuadros de dirección, sabemos que los mismos serán completados llenando las necesidades de participación de las nuevas generaciones y equilibrando los mismos, con la inclusión de todos los reformistas sin exclusiones.
Esta nueva oportunidad que se le ofrece al PRSC y que puede ser la última que tenga para su rescate definitivo, estará constantemente cuestionada por la opinión pública y vigilada por sus electores, el éxito o el fracaso dependerá exclusivamente de sus actuaciones futuras, que de ante mano sabemos serán bien intencionadas.