El Más Grande Homenaje a Juan Pablo Duarte

POR ALFREDO CRUZ POLANCO.-

El pasado 26 de enero, precisamente cuando se inicia el “Mes de la Patria”, concluyeron las celebraciones del Bicentenario del Natalicio de Juan Pablo Duarte, las cuales se caracterizaron por despertar el fervor patriótico, por mantener en alto la llama ardiente de la dominicanidad y el espíritu de la soberanía.

Durante todo el bicentenario, la Cámara de Cuentas de la República, institución superior de la fiscalización externa de los recursos públicos, que surge precisamente con el nacimiento de nuestra Nación, a través de su Comisión de Seguimiento a las Efemérides Patrias, de la cual somos su coordinador, realizó una extensa labor en apoyo a estas celebraciones, entre las que se destacan: una ofrenda floral en el altar de la patria, varias Conferencias Magistrales; distribución de afiches con la rendición de cuentas del patricio, en escuelas, colegios, universidades y en las distintas oficinas públicas.

Distribuyó además, la ley 10-04 de la Cámara de Cuentas de la República y los Himnos Patrios en discos compactos (CD); el ideario del Patricio, colocación de un mensaje sobre este acontecimiento en la página web de la institución; el Pleno celebró una solemne sesión extraordinaria, designando al patricio Juan Pablo Duarte y Diez, como “Primer Dominicano en Rendir Cuentas al País”. Dichas celebraciones culminaron exitosamente con un conversatorio sobre las distintas facetas del forjador de nuestra nación, con destacados historiadores del país.

Independientemente del éxito de las actividades realizadas en todo el territorio nacional durante dicho bicentenario, consideramos que el mayor homenaje que los dominicanos debemos rendirle al Padre de la Patria, el mayor monumento que debemos construir en su memoria, es que cada servidor público, que cada funcionario, imite su ejemplo, rindiendo cuentas al país de los recursos que recibe, tal como él lo hizo cuando le correspondió ejercer esas funciones, sin que ninguna ley ni nadie se lo exigiera, convirtiéndose la suya, en la primera rendición de cuentas que conoció el país.

Nunca como ahora se hace tan necesario el rescate y mantener viva la figura del artífice de nuestra nacionalidad, el Dominicano más ilustre; paradigma de entrega, desprendimiento y sacrificio por su país; de perseverancia, honestidad y transparencia; constitucionalista, municipalista, servidor público, político y militar ejemplar; un hombre fuera de serie, que se le adelantó al tiempo en que le tocó vivir.

Hoy más que nunca, necesitamos y requerimos de la unidad de todos los dominicanos, pues sectores externos y oscuros, enemigos de la patria, atentan contra nuestra soberanía, prácticamente los mismos a los que él tuvo que enfrentar, por los que ofrendó su vida y sacrificó sus bienes personales y los de toda su familia; los que conspiraron para evitar que hoy disfrutemos de la democracia de un país, libre e independiente.

El ejemplo de Duarte tenemos que aplicarlo en cada uno de nuestros actos, transmitírselo a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, sobre todo, en estos momentos, donde prevalece la doble moral y una gran inversión de valores, predominando por doquier, los abusos, las injusticias y la falsedad; la corrupción pública y privada.

Tenemos que predicar con el ejemplo, tal como él lo hizo, porque al Estado se va a servir, no a servirse.

¡Oh Juan Pablo: Cuántos crímenes y delitos se han cometido y aún hoy se cometen, en tu nombre!

*El Autor es Miembro de la Cámara de Cuentas de la República.
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