Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, bloquearon las principales avenidas de Chacao, lo que desencadenó la intervención de grupos antimotines con gases lacrimógenos, chorros de agua y balines de goma, al tiempo que recibieron piedras y bombas molotov.
Inmediatamente comenzaron los enfrentamientos, poco después de las dos de la tarde, las estaciones Chacao y Altamira del Metro de Caracas suspendieron su servicio comercial debido a los hechos irregulares que se producen en sus alrededores.
Desde el 4 de febrero, Venezuela vive una ola de protestas que iniciaron estudiantes de San Cristóbal (oeste) por la inseguridad, pero que se extendieron a otras ciudades con reclamos por la inflación anual de 57,3%, la escasez de productos básicos, la liberación de detenidos en las protestas y la represión de los cuerpos de seguridad.
Además de los 41 fallecidos, las manifestaciones, cuya intensidad ha disminuido, han dejado más de 600 lesionados y un centenar de detenidos, entre ellos el mismo López y dos alcaldes.