Pasan aplanadora en PRSC; Hay decenas de cancelados

Decenas de empleados de la sede principal del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) han sido cancelados en las últimas semanas por recomendación del presidente en funciones de esa entidad política, Sergio Cedeño.

Cedeño, quien fuera candidato a senador por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) por la provincia de San Pedro de Macorís en las pasadas elecciones congresuales y municipales, fue nombrado recientemente como secretario ejecutivo del PRSC e inmediatamente comenzó a cancelar empleados.

Entre los despedidos hay técnicos que laboraban en los departamentos de Cómputos y Administrativo, así como choferes, secretarias, recepcionistas, seguridad, serenos y hasta humildes mujeres que hacían trabajo de limpieza y de colar café, todos de larga vida de militancia en el reformismo.

Este mismo martes, en horas de la mañana, despidió a otros dos empleados que hace varias semanas habían sido cancelados por el propio Cedeño, pero que por órdenes del presidente del partido, Quique Antún, habían sido reintegrados.

En uno de los pasillos del partido y ante la presencia de numerosas personas gritó a todo pulmón: “Búsquenme al Administrativo para que me preparen la cancelación de estas dos personas, que no las quiero ver por aquí”.

El ex candidato a senador del PRD y que hoy se quiere vender como más reformista que todos los reformistas, dijo que esa es ya una orden suya y que nadie la echará para atrás.

Cedeño, a quien de manera despectiva los reformistas le llaman “pichón de dictador” o el “presidentico”, lucía hoy fuera de control, rabioso y regañando a todo el mundo.

En una reunión celebrada cerca del mediodía en la segunda planta de la sede del PRSC, Cedeño provocó un mayúsculo desorden cuando un dirigente que participaba en el encuentro dijo que tenía que ausentarse porque tenia un compromiso de trabajo.

“Aquí nadie se va, aquí hay que terminar la reunión para poder pararse de esa silla”, gritó el secretario ejecutivo del partido, dejando asombrado y boquiabierto a todos los presentes.

-Pues yo si me marcho, porque tengo un compromiso al mediodía-, le respondió el dirigente de manera serena, al tiempo que se ponía de pie y tomaba su maletín para marcharse.

Para sorpresa de todos –nuevamente- Cedeño se movió a la puerta a toda prisa para impedir que el dirigente saliera del salón y amenazó con golpearlo: “si sale de aquí nos vamos a matar como dos perros, te voy a romper la boca, come m…”

Varios dirigentes tuvieron que sostenerlo a la fuerza y pedirle que se controlara, al tiempo que le advertían que él está supuesto a dar el ejemplo de orden y disciplina en el partido en su condición de secretario ejecutivo -con todos los poderes habidos y por haber- , pero el hombre estaba tan frenético y fuera de si que seguía con sus gritos ensordecedores: “Cuando te vea allá bajo nos vamos a matar, te voy a romper la boca, te voy a…”.

Y el dirigente reformista y ex candidato a senador por el PRD saltaba de rabia, gritaba y hacía gestos de quitarse la chaqueta y volvía a repetir “ven a matarnos, coñ…:. Y si te advierto que si te va, voy a cancelar ahora mismo a las dos personas que tu recomendaste, para que vea quien soy yo”.

Al final lograron calmarlo, le buscaron su vasito de agua y su tececito, pero lucía decepcionado e incómodo porque no logró impedir que el dirigente que abandonó la reunión se quedara, a pesar del deprimente espectáculo que hizo en la oficina del presidente del partido.

En lo que todos coinciden en el Partido Reformista es que el presidente de la organización, Quique Antún, está ajeno a la situación que se está dando en la entidad política con la actuación de Cedeño, creando un gran malestar allí y haciéndole daño a la imagen del reformismo.

De las dos fotos que ilustran este trabajo, en la de abajo aparece en el afiche que usó Sergio Cedeño en su campaña como candidato a senador por el PRD en la provincia San Pedro de Macorís en las elecciones de 2010, en la que afirmaba que el Partido Reformista iba a desaparecer porque no lograría el 1% de los votos. (R. Brito)