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Carlos Gómez: los hombres como Yaqui Núñez del Risco no mueren nunca

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El empresario Carlos Gomez conversa con el pastor Ricardo Reyes y su asistentePor Miguel Melenciano.-

NUEVA YORK.-El empresario dominicano, radicado en los Estados Unidos Carlos Gómez, describió como una pérdida incalculable e irreparable, el lamentable fallecimiento del maestro de la palabra Don Yaqui Núñez del Risco. Un talento incuestionable que sentó precedente en la producción televisiva dominicana.

Gómez expreso que Yaqui Núñez, al que tuvo la oportunidad de tratar de manera personal, fue un hombre autentico, de gran curiosidad, una persona espectacular. Un ser humano inolvidable, que definió una época en la comunicación de calidad en la República Dominicana, huellas tras la cual se han formado los nuevos talentos de la comunicación.

“Yaqui con su verbo florido se convirtió un paradigma para la juventud, en la cual siempre quiso sembrar algo positivo, principalmente, en el aspecto educativo, pero además ofreciéndoles la oportunidad para que pudieran demostrar el talento que poseían en cualquiera de las áreas del saber”, manifestó el destacado empresario.

Expreso Carlos Gómez que Yaqui Núñez fue un creativo en la televisión dominicana, a la cual le imprimía un sello característico y particular en cada una de su entrega, que lo estableció como el productor más innovador en la comunicación dominicana del siglo XX.

Aseguró Gómez que “Yaqui y su obra será reconocida y aclamada por jóvenes que ni siquiera habían nacido cuando estuvo en los medios de comunicación porque la sociedad misma se encargara de mantener vigente su legado, por su caballerosidad, su respeto y eso se ira transmitiendo en cada generación y seguirá trascendiendo con el paso de los años”.

Finalmente el hombre de negocio se unió a la pena que invade a los familiares de Yaqui Núñez del Risco, por el indeseado deceso, pero les recordó a sus hijos y viuda que le sobreviven, que a partir de ahora, nace una leyenda, que perdurara en la mente y el corazón de todos los dominicanos por los siglos de los siglos.

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