Embajador dominicano en El Salvador se queja procedimiento para destituirlo del cargo

El embajador dominicano en El Salvador, Víctor Sánchez, expresó su disgusto con la decisión del presidente Danilo Medina de iniciar el proceso de sustituirlo del cargo de una forma que él entiende es “desconsiderada”, poco protocolar y sin tomar en cuenta su larga trayectoria de servicios al gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Sánchez muestra su amargura y queja porque para reemplazarlo como embajador se ha actuado a espalda suya, teniendo que enterarse a través de terceros de los aprestos en ese sentido, cuando considera que por lo menos se le debió comunicar por la vía correspondiente.

En entrevista exclusiva con El Nuevo Diario, se queja de que apenas recibió una nota verbal de la Cancillería salvadoreña informándole la aprobación de un beneplácito para un nuevo embajador dominicano en ese país centroamericano.

“Me quejo amargamente con el presidente Danilo Medina, que es mi amigo y mi compañero de toda la vida, que emita un decreto para destituirme de esta manera”, manifestó.

Recuerda que durante su gestión como embajador en Taiwán, participando de un seminario en La Romana, recibió una llamada del entonces presidente Leonel Fernández para informarle sobre la designación de un ministro consejero.

Con casi 15 años en el servicio exterior y fundador del Partido de la Liberación Dominicana, Víctor Sánchez elogia sin embargo la gestión de gobierno de Danilo Medina, a quien dijo admira como uno de los hombres más cercanos al profesor Juan Bosch.

“Danilo es muy parecido a la forma de don Juan, pero creo que en el caso mío lo han asesora mal porque él me conoce más que nadie”, sostuvo.

SUS APORTES AL SERVICIO EXTERIOR

Víctor Sánchez afirma que como embajador en Taiwán, donde permanecí durante poco más de diez años, trajo al país alrededor de 12 delegaciones de inversionistas taiwaneses.

Destaca que cuando apenas en República Dominicana se introducía el internet, él fue el primer embajador en conseguir la donación de cinco mil computadoras para el país.

“El presidente de Taiwán, al despedirme, dijo que yo era uno de los diez mejores embajadores con que contaba ese país”, sostuvo.