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Opiniones

EL LABERINTO DE HIPOLITO

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en

Alfredo 1Por Alfredo Moscat.-

El ex Presidente Hipólito Mejía ha tenido sobre sus hombros la fortuna de que la vida ha colocado sobre su espalda en diversas ocasiones, el tomar una que otra decisión que gravite de manera irrevocable sobre el futuro de la nación.
El Comandante en Jefe de la revolución cubana, Fidel Castro Ruz, dice, emulando a Marx, que el azar es una fuerza tan importante que muchas veces adquiere categoría histórica. En ese sentido podríamos decir que el Presidente Mejía, como le llaman sus colaboradores más cercanos, ha sido uno de los políticos dominicanos de estos tiempos que más ha sido beneficiado por la suerte y las circunstancias; además de ser un trabajador incansable y poseer una sagacidad indiscutible.
Desde su amistad y casi hermanazgo con su compañero de estudios de agronomía en el Loyola, Iván Guzmán Klang,( fallecido trágicamente), lo que lo introdujo en el seno de la familia del exPresidente Antonio Guzmán, que prácticamente lo adoptó como un hijo y lo designó como el Secretario de Agricultura de su gobierno.
Vino entonces el huracán David y la tormenta tropical Federico, que prácticamente devastaron el país y le permitieron a Hipólito Mejía descollar como uno de los mejores Secretarios de Agriculturas que hemos tenido. “El guapo de Gurabo” se arremangó la camisa y los pantalones y su nombre quedo prendido en la mente del pueblo dominicano.
Después fue apadrinado en el PRD por el doctor José Francisco Peña Gómez, a quien le cayó en gracia el atípico político gurabense. Ustedes saben lo que dicen, que más vale caer en gracia que ser gracioso, y la gracia de Hipólito salta a la vista hasta de los más ciegos.
Al doctor Peña Gómez las fuerzas obscuras del país le impidieron convertirse en quizás uno de los mejores Presidentes que hubiésemos tenido los dominicanos, allanándole el camino al Palacio Nacional a la mas funesta claque política que nos ha gobernado, Leonel Fernández y el Comité Político del PLD.
Tras cuatro desastrosos años de Leonel y el PLD al frente de la nación y la tragedia de la muerte de Peña Gómez, nuestro pueblo pedía un cambio de rumbo a gritos y ahí entró en escena Hipólito Mejía al frente del gobierno. Fue a mediados de estos cuatro años de gestión que un grupo de colaboradores le metieron en la cabeza reformar la Constitución para intentar reelegirse, pisoteando la tradición antireelecionista del PRD y los fatídicos resultados son de todos conocidos.
Para las elecciones del 2008 la suerte estaba echada para que la doctora Milagros Ortiz Bosch fuese la candidata Presidencial del PRD y encabezara a todas las fuerzas liberales del país para ascender al poder. Así lo entendieron los líderes históricos y legendarios del partido blanco, que cerraron filas con doña Milagros, menos Hipólito y ese mismo grupo de colaboradores, que equivocados una vez más, entendieron que la mejor carta para sus intereses era Miguel Vargas Maldonado. Fue así como crearon ese monstruo y ahora todos lo estamos pagando, comenzando por él, que fue traicionado descaradamente por Miguel Vargas en las pasadas elecciones y se ha robado al PRD junto a su socio Leonel.
SALIDA DEL LABERINTO
Hace tiempo que Hugo Tolentino Dipp venia proponiendo que le dejaran el PRD a Miguel, al TSE y a Leonel y se formara un nuevo partido. Esa decisión al fin se tomo pero se perdió un tiempo valioso para llevarla a cabo. El Partido Revolucionario Moderno –PRM- es un caso atípico de la política dominicana, pues nació adulto y multiplica con creces a su antípoda, el PRD; hasta el punto de que es uno de los dos principales partidos de la nación, junto al PLD.
Pero de lo que no tiene tiempo el PRM es para embarcarse en una fratricida convención para elegir a su candidato presidencial, como la historia nos ha enseñado que han ocurrido anteriormente. No dispone de las estructuras, ni del tiempo, a menos que lo que se pretenda es buscar un candidato para las elecciones del 2020.
Creemos que el exPresidente Hipólito Mejía tiene una oportunidad de oro para tomar una decisión que lo consagre como uno de los grandes; y que de paso borre algunos de sus errores del pasado. Debe dar un salto sobre sus despistados colaboradores, que lo encomian para que aspire a la Presidencia de la República nuevamente, y que imponga una convención en el PRM. Después de un triunfo y sendos fracasos que lo han ido reduciendo.
En este país nadie cree más en las encuestas que Hipólito Mejía, el candidato del PRM para las elecciones del 2016 solo tiene tiempo de ser elegido por encuestas, y Mejía había establecido un acuerdo verbal con Luis Abinader y la cúpula del PRM para que así fuera. Pero sus colaboradores, que no pegan una, le están pidiendo que rompa su palabra nuevamente, al igual que hizo con la no reelección en su momento.
En sus manos está el pandero. Hipólito debe decidir si le da la razón a Miguel Vargas y a las bocinas del PLD, en el sentido de que él y su grupo donde están, sino encabezan el baile, desbaratan la fiesta; o si por el contrario, se convierte en la bujía que impulse una candidatura joven y sin tasa de rechazo que el pueblo está viendo como el instrumento para encabezar una gran coalición que saque del poder a estas huestes del PLD.
Reafirmando su compromiso de que se elija al candidato presidencial del PRM por encuestas, o tomando la decisión de levantar desde ya el brazo de Luis Abinader, el candidato del momento; es el único sendero que le permitirá a Hipólito Mejía salir de ese laberinto en que se encuentra.

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