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POLITICA

Leer a Miguel Mejía: VII Cumbre de Las Américas ¿Por qué puede sr un encuentro histórico?

Publicado

en

mmPor Miguel Mejía.-
(Secretario general del Movimiento de Izquierda Unida (MIU).-

Lo que puede conferirle un carácter histórico a esta Cumbre no son solo los importantes temas que serán abordados por los representantes de los 35 países ya confirmados a la cita, sino por ser la primera, desde 1994, en que Cuba estará presente, en igualdad de condiciones con las naciones hermanas del continente.

Santo Domingo, R.D.- En la ciudad de Panamá, en el istmo que conecta las dos mayores zonas geográficas de nuestro hemisferio, y es paso obligado para buena parte del comercio mundial, tendrá lugar, entre los días 10 y 11 de abril, la VII Cumbre de las Américas, cuyo tema central es “Prosperidad con equidad: el desafío de cooperación en las Américas”.

Abordar los problemas de la cooperación y el desarrollo sostenible, el cual es inconcebible sin equidad, gobernabilidad y paz social, confiere a este encuentro una relevancia inusitada, si sabemos que los países latinoamericanos están entre los que presentan una de las mayores brechas entre ricos y pobres, y son considerados entre los de más altos índices de inequidad en el mundo. De nada valen los procesos de desarrollo alternativo y la construcción de nuevos modelos de participación ciudadana, si estos indicadores negativos no logran revertirse, y no se avanza hacia estadios superiores de aplicación irreversible de la justicia social y la inclusión.

Pero lo que podría conferirle un carácter histórico a esta Cumbre no son solo los importantes temas que serán abordados por los representantes de los 35 países ya confirmados a la cita, sino que se trata la primera, desde 1994, en que Cuba estará presente, en igualdad de condiciones con las naciones hermanas del continente, con lo que se avanza en el proceso de dejar atrás una triste etapa de exclusiones e intentos de aislamiento por parte de diez administraciones del gobierno de los Estados Unidos.

En efecto, se trata de un acontecimiento histórico, de esos que solo es dado presenciar a pocas generaciones. Cuba regresa a su seno natural, sin concesiones indignas, con todo derecho y razón, y lo hace con la frente alta y de la mano de sus naciones hermanas, las mismas que han estado reclamando que este paso se llevase a cabo. Por su parte, el gobierno del presidente Barack Obama ha dado una evidente señal al aceptar lo erróneo y fracasado de su política, y comenzar un proceso de acercamiento con Cuba, que aún tiene un largo trecho por recorrer, pero que promete, lo cual, asimismo, contrasta con su actitud de agresión a Venezuela.

Este escenario de la Cumbre de Panamá debe contribuir a que el gobierno de Obama entienda el dilema que crea su política de acercamiento hacia Cuba y de agresión a Venezuela a la vez, y se distienda el clima de hostigamiento que como consecuencia vive el pueblo venezolano.

¿Es mejor o no, más abierto, distendido y propicio a la verdadera cooperación, sin condicionamientos políticos o ideológicos, ni unilaterales medidas de fuerza, el ambiente en que se inicia la Cumbre de Panamá, con la presencia de la delegación cubana?

Por supuesto que sí, y todas las partes tienen la enorme responsabilidad histórica de aprovechar esta oportunidad, en beneficio de sus pueblos respectivos, y el futuro de la región. Desaprovecharla o entorpecerla, con viejas mentalidades de la Guerra Fría, o por incapacidad para aquilatar la nueva correlación de fuerzas en el continente y el mundo, la misma que ha propiciado la rectificación norteamericana, no contribuiría a la nueva América Latina que todos anhelamos, y que no sería más que una quimera con la exclusión de uno solo de nuestros pueblos.

Cuba cuenta con el respaldo solidario de las economías y bloques integracionistas más significativos de la región, entre ellos, los que conforman Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Nicaragua y el compacto sistema de las naciones del Caribe. También con el respeto de gobierno de naciones hermanas como Chile, México, República Dominicana y Perú. Estas voces son suficientes para garantizar que sus aportes a la Cumbre de las Américas sean acogidos con beneplácito y espíritu constructivo.

Con la presencia del presidente Raúl Castro en la Cumbre de Panamá, en representación de la heroica Cuba, los dominicanos nos sentimos orgullosos, y hacemos votos porque los éxitos del cónclave estén a la altura de lo que nuestras naciones y pueblos, vienen reclamando desde los años épicos en que nos liberamos, hombro a hombro y mano a mano, de todas las tutelas de poderes coloniales e imperiales.

La historia sagrada de América Latina nos lo reclama: hemos de estar a esa altura.

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