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Opiniones

ECONOMÍA FAMILIAR

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(foto) LIC. PABLO DEL ROSARIO (vicepresidente de la Camara de Cuentas).Por Pablo del Rosario.-

Cuando escuché al presidente Danilo Medina expresar en su discurso de rendición de cuentas a la nación, ante la Asamblea Legislativa del pasado 27 de febrero, que la gustaría ser recordado como el “Presidente de la economía familiar”, llegó a mi memoria la máxima universalmente aceptada que reza: la familia es el núcleo de la sociedad.

Siguiendo esa línea de pensamiento, es lógico concluir que cuando la familia cuenta con los elementos esenciales para su crecimiento sano y normal desarrollo, como son unos adecuados niveles de alimentación, salud, educación, vivienda, empleo, seguridad ciudadana, transporte, entre otros, entonces se puede esperar que la sociedad evolucione de acuerdo a los parámetros de convivencia civilizada. Y es que entre las funciones capitales de la familia, más allá de brindar protección a los hijos, está la de procurar una educación primigenia fundamentada en valores, de manera que nuestros jóvenes logren insertarse positivamente en la sociedad, deviniendo en hombres y mujeres de bien que procuren el bienestar del conglomerado humano al que nos debemos todos.

La República Dominicana transita por una ruta de grandes desafíos en cuanto a satisfacer los requerimientos de una sociedad mayoritariamente joven, fruto –en parte– de una deuda social acumulada de varias décadas, lo que sin duda pudiera generar algún tipo de escepticismo en los sectores menos favorecidos; de ahí que acertadamente el presidente Danilo Medina haya apelado al optimismo de cada dominicano para enfrentar con éxito los retos que nos convocan, amparado en una serie de iniciativas tan innovadoras como transcendentales que están haciendo renacer la esperanza de innumerables dominicanas y dominicanos.

El llamado es pertinente y oportuno. De mi parte, como servidor público en el área de la fiscalización, integrante del Pleno de Miembros de la Cámara de Cuentas de la Republica, órgano superior externo del control fiscal de los recursos públicos, procesos administrativos y del patrimonio del Estado, afianzo aún más mi convicción de que con la realización de las auditorías e investigaciones especiales que nos ordenan la Constitución y las leyes, en el marco de la eficiencia, eficacia, economía, oportunidad y equidad, podemos contribuir significativamente al logro de una ejecución del Presupuesto General del Estado apegada a las normativas previstas para alcanzar las metas propuestas.

El Presupuesto General del Estado es un instrumento de desarrollo formulado para brindar respuestas efectivas y oportunas a las necesidades más sentidas de la ciudadanía, de ahí que su correcta ejecución por parte de las instituciones que de una manera u otra reciben fondos públicos sea una condición indispensable para garantizar una entrega de bienes y servicios que generen valor público, por lo que ha de articularse con una planificación orientada a resultados y encontrar impulso en otros instrumentos, como una contabilidad basada en lo devengado. Los nuevos tiempos demandan soluciones participativas, por lo que uno de los anhelos que hemos estado materializando es el fortalecimiento del Control Social, lo que nos compele, con miras a consolidar un involucramiento activo de las fuerzas vivas de la sociedad en todas las etapas que pudieran corresponder del proceso fiscalizador, incluyendo las veedurías, procurando incrementar sus capacidades para garantizar la protección del patrimonio estatal en los ámbitos financiero, social y ambiental, sobre la base de una gran alianza público-privada que fomente la emergencia de redes abiertas desde lo local hacia lo global, generando dinámicas favorables para la concreción de los indicadores que como país habremos de definir de cara a los recién adoptados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Ojala que el entendimiento de esta realidad incontrovertible, sirva para mantener e incrementar el empeño que vienen mostrando las instituciones responsables de velar por la salvaguarda del patrimonio del Estado, la rendición de cuentas con transparencia de la ejecución del presupuesto y la fiscalización y control fiscal de los recursos públicos. Si este deseo se cumpliese, tengo la certeza de que el Presidente Danilo Medina sería recordado como el PRESIDENTE DE LA ECONOMIA FAMILIAR.

Hasta luego…

*El autor es Vicepresidente de la Cámara de Cuentas de la República.

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